Un buen síntoma

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Un buen síntoma

“¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío” Salmos 42. El tema que abordaremos es: «Un buen síntoma».

Si preguntamos hoy ¿Qué hombre fue muy apasionado por la presencia de Dios? Tendríamos que decir, que David desde muy niño tuvo el privilegio de tener contacto con la presencia de Dios.

Siendo adolescente haciendo el trabajo que se le había encomendado, que era cuidar las ovejas, de un momento a otros los animales iban a atar sus ovejas.

Pero el salía al encuentro del animal, sentía que sus manos se cambiaban a manos sobrenaturales

Nadie es capaz de devorar un oso o un gran animal, mucho menos un joven, pero estaba experimentando que estaba la gloria y la presencia de Dios con él.

Esto nos muestra que podemos tener contacto con Dios en cualquier lugar, en quizá muchas veces a nosotros nos parezca el lugar menos indicado.

Pero Dios no tiene lugares el se mueve donde este un corazón que lo anhele.

La Biblia nos indica, que el dónde David estaba siempre permanecía dispuesto a tocar el arpa, a componer y a alabar.

David es un gran referente para todos nosotros, desde muy niño estaba dispuesto.

Cuando convocaron a David para tocar el arpa al rey Saúl porque lo atormentaba un espíritu, dice la Biblia, que el espíritu se iba, es claro que había una unción en David.

Podemos imaginar a David el día que lo llamaron para ser ungido con el aceite de la unción.

Es que no hay nada más glorioso que sentir la Gloria de Dios cayendo en nuestras vidas, es algo especial que David también experimentó.

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Hay algo que podemos notar, el día que lo llamaron par reinar su primera pregunta fue: ¿Dónde está el arca?

Porque el arca para Israel era la misma presencia de Dios, es impactante porque muchos pudieron en esa situación pensar en fama, riquezas, coronas o cualquier cosa terrenal.

Pero para David no había algo más importante que esa gloriosa presencia, para un hombre de Dios nada es mas importante que eso, porque tiene una búsqueda continua y su corazón anhela sentirlo.

Cuando el ser humano empieza a experimentar que nada es más hermoso e importante que estar rendido a los pies de Dios es un buen síntoma, significa que está enfocado y reconoce que sin Dios no es nada.

Antes de cumplir cualquier función o cargo debemos siempre tener claro, que sin Jesús y sin su dirección nada funcionaria como debe.

Lo que esta iglesia es, solo es obra del Espíritu Santo en ella.

Y manifestaba que en la presencia de Dios hay plenitud de Gozo. “En tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre” Salmos 16:11.

Hemos encontrado el gozo pleno y no necesitamos más, David había experimentado que nada era mejor que estar en Dios.

Cualquiera puede encontrar refugio en la presencia de Dios, no importa su condición, todos tenemos entrada libre.

En la presencia de Dios sentimos anhelo de alabar “Bienaventurados los que habitan en tu casa; perpetuamente te alabarán.” Salmos 84:4.

También en esa gloriosa presencia recibimos fuerzas, hay fuerzas para todo el que desee tenerlas. «Irán de poder en poder…”, somos fortalecidos, porque renovamos fuerzas en Dios.

Quien esté triste y agobiado puede en esa maravillosa presencia sentir alegría, en su palabra encontramos evidencia de esto “me ceñiste de alegría”.

Cuando conocemos y experimentamos en la presencia de Dios, no podemos vivir sin ella, porque entendemos que nada es más grande ni sublime que la grandeza de nuestro Dios.

Dicha presencia no se pue comparar con nada en este mundo, nada es mejor.

Recordemos estamos desarrollando el tema: «Un buen síntoma».

Hay dos momentos para David muy trascendentales en su vida:

  1. Cuando pecó, en el Salmo 51, está marcado por una noche oscura donde falló, y esto nos indica que la vida cristiana es de cuidado.

David ese hombre amante de su Dios, que le decía: “Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela”.

Hay algo de debemos detallar, cuando David falla, sigue haciendo el culto, sigue habiendo el ritual.

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Pero nota que en su alma no hay alegría y su cuerpo se consume, y se esta muriendo, nota ausencia de gozo.

Y esto nos indica que la relación con Dios va más allá de ir a un servicio, de visitar la iglesia, es mas que dar una ofrenda y que cantar.

La relación con Dios es un asunto de intimidad con él, está marcado por la fidelidad hacia él, por una relación estrecha de dos amigos que no se fallan, que se aman.

Pero David el día que detectó que no podía seguir así, llegó a la presencia de Dios quebrantado y las palabras que siente decir en forma de clamor es “no me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.”

Pidió perdón al Señor con completa humillación, pidió ser lavado y limpiado, él reconoció que necesitaba esa presencia gloriosa en su vida y que sin ella moriría.

Un buen síntoma es reconocer que realmente no podemos vivir sin Dios.

Aunque seamos seres humanos, no somos iguales al resto, en nosotros los hijos de Dios, en los que anhelamos esa presencia y la buscamos.

Hay gozo, palabra, alegría, es como una fiesta todo el día, todos los días dentro de nosotros.

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Pueden venir angustias y dificultades, así vengan momentos difíciles y de dolor, nosotros llevamos en alto la presencia de Dios, porque el gozo de Jehová es nuestra fuerza.

  1. El anhelo, en el Salmo 42 David tiene un anhelo, está diciendo: “como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo”.

David percibe que siente algo, que tiene sed, y eso es un buen síntoma; cuando sentimos ese anhelo y que percibimos que nos está haciendo falta más intimidad con Dios.

Muchos hemos sentido en ocasiones una distancia de Dios, que aun sin estar en pecado, hay algo que no esta bien, que se siente un vacío, una sequedad y soledad dentro de nuestro ser.

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Y si te encuentras así el día de hoy, David será nuestro referente en estos tres factores:

  • David tuvo la capacidad de percibir su propia necesidad, muchos en lejanía con Dios pierden la sensibilidad y poco a poco se van alejando más y más.

Pero David sentía y reconocía que su alma necesitaba de Dios.

David recordaba el gozo que sentía al estar en el santuario, en la vida no nos podemos acostumbrar a vivir de recuerdos.

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Jesús siempre tiene mucho mas para darnos, en Dos no nos debemos conformar.

  • David no se dejó afectar de los comentarios de quienes se burlaban y lo desanimaban; cuando estas en el momento difícil se escuchan voces de desánimo, que quieren destruirnos y dañar nuestra fe.

El enemigo es experto en eso, en querer hacernos dudar de donde esta nuestro Dios en los momentos no tan buenos, pero siempre debemos confiar y saber que pase lo que pase, está a nuestro lado.

“Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?” Romanos 8:31.

  • David guardaba una esperanza, la turbación es la confusión de las convicciones. David le dijo a su alma: “espera en Dios; porque aún he de alabarle, salvación mía y Dios mío”.

No estamos delante de un dios que nos olvida o que está lejos, nuestro Dios está muy cerca, este Dios quien es el único, quiere llenarnos.

Un Dios que fue capaz de abrirse en el santuario y quitar las divisiones y que se derramara su gloria.

Vea también: Anhelando la presencia de Dios

Hoy puedes acercarte más, sentirle más, adorarle más. Un buen síntoma es sentir siempre la necesidad de estar muy cerca de Dios.

David faltó, pero reconoció que no podía seguir así, si en tu vida te has equivocado toma a este hombre como referente y sigue adelante, porque la presencia de Dios es el mejor lugar donde podemos sentir refugio.

Pastor: Jeremías Velázquez

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