Cristiano antes que músico

Ser cristiano antes que músico, determinara ser un buen músico para la gloria del Señor, el libro de Lucas en el capítulo 14 en el versículo 25 en adelante, dice que grandes multitudes iban con Jesús.

Deteniéndose Jesús los observa y les hace unas prerrogativas y les dice, el que no dejare a padre o a madre, a hijo y aun a su propia vida, entonces no puede ser mi discípulo.

Incluso, aquel que no renuncie a todo lo que posee, tampoco puede ser mi discípulo.

De esta manera, lo que Jesús les quiere dar a entender, es que él es primero.

Cuando observamos este pasaje podemos notar que el interés de Jesús era por las multitudes, puesto que él venía a salvar lo que se había perdido.

Pero a raíz de eso surge una interrogante, ¿Por qué se detuvo Jesús?

Esto nos hace pensar que dentro de esa multitud iba gente con un propósito diferente al de él.

Un ejemplo de esto lo encontramos en el capítulo 9 de Lucas, donde un hombre le dice a Jesús:

“Maestro te seguiré a donde quiera que tu vayas”.

A lo que Jesús le responde:

“Las aves de los cielos tienen nido, las zorras tienen guarida y el hijo de Dios no tiene donde recostar su cabeza”.

¿Por qué Jesús le da esta respuesta a este hombre?, es porque este hombre llevaba un propósito diferente al de él.

Por otro lado, Jesús de dice a otro hombre, “ven y sígueme” a lo que este responde, yo voy contigo pero si tu aceptas mi condición.

Podemos notar que este también tiene un interés diferente al de Jesús porque continúa diciéndole.

Si primero dejas que vaya y entierre a mi padre, entonces después te seguiré.

Hoy día tenemos excelentes cantantes en nuestra iglesia, pero que en algún momento quisieron condicionar a Jesús.

Y que también han querido condicionar la administración de la iglesia, alegando que si no les permiten cantar de la forma que ellos desean no lo seguirían haciendo.

Esta es una situación dolorosa porque muchos de los que pensaban así ya no están hoy con nosotros, pero que bueno sería pensar en ser cristiano antes que músico.

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Jesús en cierta ocasión comisionó a 70 hombres, y les dijo:

“Vayan de dos en dos y anuncien que el reino de los cielos se ha acercado”.

“Sanen enfermos, limpien leprosos, echen fuera demonios, resuciten muertos”.

No habían sido bautizados, ni sellados aun, pero iban con una autoridad delegada por Jesús.

Es importante entender este principio de autoridad, y esa misma autoridad que tiene Dios sobre cada uno de nosotros.

Porque mejor es estar disciplinados y bajo la autoridad de Dios que fuera de él.

Donde no tendríamos seguridad alguna, ni mucho menos salvación para nuestras almas.

De esta manera, fueron los discípulos de dos en dos, haciendo lo que Jesús les encomendó, y cada uno de ellos volvió gozoso.

Ya que, cuando nosotros hacemos lo que Jesús nos dice, esto produce gozo en nuestras vidas, y esto da resultado como les sucedió a los discípulos.

Estos volvieron a él y les decían “Señor los demonios se nos sujetan a tu nombre” y Jesús les dijo:

“Yo veía caer a satanás del cielo como un rayo y a ustedes doy autoridad que pisoteen serpientes, escorpiones y toda clase de enemigo y nada les hará daño».

Y no debemos alegrarnos solo por esto, no por servirle de esta manera a Dios.

Debemos alegrarnos porque nuestro nombre está escrito allá arriba en los cielos.

De esta forma debemos procurar ser cristiano antes que músico.

Debemos ser cristianos antes que servidores, debemos ser cristianos antes que todas las cosas.

El ser músico en nuestra iglesia es consecuente de lo primero.

No podríamos tener otro cargo en nuestra iglesia o servir en otra área si primero no somos cristianos.

Y en esto debemos regocijarnos en Cristo, puesto que, siempre que seamos cristianos vamos a tener el privilegio de estar siempre a sus pies ante su presencia.

Todo ofreciéndolo siempre ante su presencia, todo logro, toda meta, todo lo alcanzado, siempre debemos ofrecerlo ante él, porque todo a él le pertenece.

De la misma manera, lo expresa el libro de las revelaciones, donde en el momento que aparece el rey, todos los ancianos se postra, dejando sus coronas en el suelo.

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Para poder ser cristiano antes que músico, debemos pensar igual que estos ancianos, dejando siempre todo lo que tenemos a los pies de nuestro rey y Dios Jesucristo.

Así mismo lo hizo María Magdalena, cuando estaban en la casa de Simón.

Se mantuvo a los pies de Jesús, cuando él resucitó a sus pies estaba y ese es el camino que debemos tomar.

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No se puede dejar de ser cristiano y seguir siendo músico.

Porque así no podemos seguir en el palacio del rey, ya no podríamos ser los príncipes hijos del rey.

Es triste que así lo han hecho muchos que hoy no están junto a nosotros, que prefirieron seguir siendo músicos, antes que seguir verdaderamente a Dios.

No nos podemos quedar con la práctica, en Cristo debemos quedarnos absolutamente con la esencia si queremos ser primero cristiano antes que músico.

Esto le sucedió al rey Nabucodonosor, cuando el profeta Daniel le advierte diciéndole, rey redime tus pecados con justicia y será prolongado tu reino.

Cosa que este olvidó, se llenó de soberbia, el palacio admiraba su reino y alardeaba de la gran ciudad que él había edificado con su fuerza para su gloria y majestad.

Pero en respuesta de ello, Dios lo hizo habitar con las bestias del campo y semejante a ellas mismas así se alimentaba, comiendo del pasto, como el buey del campo.

Por esto, es necesario que tengamos cuidado y nos mantengamos íntegros para con Dios.

Porque como lo dice la palabra, en los íntegros es hermosa la alabanza.

Cuando al rey Josafat le anunciaron que venía una gran multitud hacia él para hacerle frente.

Este convocó al pueblo y dice la palabra que llegaron al llamado los levitas.

Estos vinieron vestidos de ornamentos sagrados, y Josafat los ordenó delante de esa gran multitud y les dijo, que glorificasen el nombre de jehová.

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En ese instante los enemigos comenzaron a matarse unos contra otros y la clave de esto es que Dios habita en medio de la alabanza de su pueblo.

Y aún más cuando estamos vestidos con ornamentos sagrados, son la vestidura del Espíritu Santo.

Todo esto nos permite ser un cristiano antes que músico, y que de esta manera, nuestra alabanza se siga convirtiendo en bendición para nuestras vidas.

Así le sucedió a David, un músico humilde el cual tenía como escenario el campo, pero que su dulce canto llegaba hasta la presencia del Señor.

Por eso, la presencia de Jehová se quitó de Saúl y se fue con la humildad de David, y un espíritu malo enviado de parte de Dios atormentaba a Saúl.

Para lo cual, los siervos de Saúl propusieron buscar un músico que aliviase al rey cada vez que el espíritu malo venía a atormentarle.

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Pero lo curioso es que no se dirigieron a la escuela a buscar a los mejores músicos.

Sino que se dirigieron a buscar al más humilde músico, pero que Jehová estaba con él.

De esta manera, debemos adorar a Dios en el lugar en donde estemos y en el momento en el que estemos, no es necesario estar en ninguna convención ni en un gran evento.

Nuestra adoración debe ser humilde ante Dios, sincera y pura, para que de esta manera siempre sea mucho más agradable a los ojos del Señor.

Pastor: José Payares