De vida o muerte, «Te salvas o te pierdes»

Satanás se cansó de matar tanta gente durante muchos siglos, hasta que parece que se le ilumina la mente al mismo demonio y dice “hay que cambiar el plan, si no puedo acabar con ellos, voy a idearme la manera de que ellos mismos se acaben”. Hablaremos sobre «De vida o muerte».

Por eso estamos viendo ahora una cantidad de doctrinas, de enseñanzas, de personas que creen que Jesús es Dios.

Que se puede recibir el Espíritu Santo, y al mismo tiempo creen en la lotería, en el juego de azar, en vivir con varias mujeres y hacer todo lo malo, pero creyendo en Jesús.

Ya el demonio ha empleado la táctica, ya no es tanto perseguir, sino iluminarlos, como darles claridad.

Por eso tenemos que continuar perseverando en la doctrina de los apóstoles.

Algunos ya han salido de nuestro lado, y han montado su iglesia aparte, pero lo raro es que no encuentran de quien hablar, sino de nosotros “esa iglesia, esos pastores…»

Qué bueno que se retiraran y hablaran de Jesús, de la santidad, del poder, de la gloria, de la alabanza que Él merece.

El enemigo ha dicho: “Lo que yo puedo hacer ahora, es que como esto es de vida o muerte y me queda poco tiempo, voy a crear un ambiente de Dios, aunque lo detesto y lo aborrezco, pero voy a tener que aceptarlo que hablen por todas partes de Él”.

Por eso la iglesia en pleno siglo XXI, en medio de los ataques que se presentan y en medio de las dificultades.

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Tiene que estar unida, ligada, sostenida, abrazar esta fe de la sana doctrina y creer firmemente que nada ni nadie nos podrá arrebatar lo que hemos recibido.

Debemos saber que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos, tiempos de vida o muerte, «o te salvas o te pierdes».

Estamos en una línea, y la iglesia está en una línea que si se va mucho para un lado es un problema, y si se va mucho para el otro lado, también.

Es una línea que solo el Espíritu Santo nos puede guiar, para no irnos más a un lado o al otro.

Porque puede ser que sin darnos cuenta el enemigo esté haciendo las cosas fáciles.

Después nos quedamos tan tranquilos y cruzados de brazos, y el enemigo atacando, y atacando.

Hay que abrir bien los ojos, en cuanto al tema de las falsas doctrinas, los falsos conceptos, las falsas opiniones.

Porque no nos puede cualquiera cambiar la doctrina que nos ha costado miles de muertos, pero que ahora también hay miles de salvos.

Es de vida o muerte porque hay dos cosas; lo primero, el ascenso, y lo segundo, el descenso.

Dos cosas en la vida que todos tenemos que afrontarlo algún día, ascenso y descenso.

Como iglesia hemos vivido nuestra etapa, y ahora disfrutamos de todo lo que hay agradable, pero ahora hay que poner atención y cuidado.

Antes, si alguien decía “quiero ser pastor”, la respuesta era: “vete a donde mataron ayer a ocho” y él varón decía: “yo no me voy para allá”.

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A otro le decían «vete allá pero dinero no hay, pero te tienes que ir si quieres servir” y había escasez de servidores, y ahora hay abundancia.

Hay que poner cuidado quien se va, porque allá por la mitad del camino da media vuelta y se regresa y ataca al que lo mandó allá.

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Nos combaten, nos demandan, nos mandan a los estrados judiciales, cuando antes nos llevaba en oración, ayunaba con nosotros y hasta cantaba con nosotros.

Se debe mirar bien a quien sacan a servir a Dios, porque ha llegado el momento en que Dios está seleccionando sus servidores, y nosotros debemos ir conociendo bien a nuestros pastores.

Conozcamos bien quien nos predica, cómo nos predica, cómo vive el que nos predica la palabra; es más fácil descender, que ascender, pero también es más difícil ascender.

Pero… si es más fácil descender:

¿No será que el ataque del enemigo ahora es hacernos las cosas fáciles para que nos vayamos desviando?

Es fácil deslizarse sin darse cuenta, es fácil irse arrastrando o dejarse arrastrar por algo, y ahí está ya el ambiente.

Ya ahora es fácil ser cristiano, es fácil vivir de cualquier manera, es fácil hacer todo lo imaginable “y voy a la iglesia tal, y voy a la iglesia tal”.

Pues, todavía queda un remanente que dice que esta iglesia es diferente a todas las demás iglesias.

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Hay que entender que esta vida cristiana hay que vivirla bien, porque si la vivimos regular nos perdemos todos.

Dios nos sacó del mundo de la maldad, nos arrancó de allá y nos tiene aquí alabando y glorificando su nombre en Espíritu y en verdad.

En la parte inferior de este artículo dejaremos una enseñanza, la cual fue la base para estas cortas líneas.

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Pastor: Reinel Galvis