Déjate guiar de Dios

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Déjate guiar de Dios

“Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré”. Hablaremos sobre el tema: «Déjate guiar de Dios».

Uno lee pasajes de la Biblia y se acostumbra a repetirlos.

Estamos frente a la historia de Abraham, él tuvo el sueño de tener un hijo y ya en edad avanzada él recibió de Dios una promesa condicionada, que se fuera de su tierra a una que él le iba a mostrar.

Abraham le creyó a Dios y pasó 25 años esperando el hijo que Dios le había prometido.

Figúrese una espera de ese tiempo, ya era un anciano cuando ese niño llegó, imagine el impacto que tuvo ese niño en la casa de Abraham.

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El niño creció y se hizo un preadolescente, Abraham estaba realizado y cuando estaba mejor con ese muchacho Dios tuvo la fabulosa de idea.

“Abraham quiero que me sacrifiques a tu hijo, único al que amas, Isaac”.

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Dios lo quería era a él, su hijo soñado, la ilusión de su vida, la esperanza de darle una familia grande.

Usted se imagina que Dios le diga que le sacrifique a un hijo, un hijo no es como un billete de 10 mil que tú das en la ofrenda, un hijo es como la propia vida.

Pero Dios no quería a un anciano, él quería era a un joven.

Lo interesante de este incidente es que al otro día, muy de mañana iba a presentarle una ofrenda a su Dios.

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Uno sabe cómo es, cómo reacciona cuando le tocan lo más querido, tú sabes quiénes son y cómo son.

A Abraham le habían pedido lo que más quería.

¿Cuándo Dios te pide algo cuanto de demoras en dárselo? ¿Cuánta confianza tenemos Dios?

La confianza en Dios no se nota cuando le pedimos que nos de plata para la comida, se nota cuando nos pide algo y lo calculamos y pensamos “será que se lo doy”.

Pero Abraham tenía plena confianza en Dios. Dios quiere guiarnos y llevarnos al lugar donde está la ofrenda que él nos está pidiendo.

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Déjate guiar de Dios.

Tú serías capaz de dejar que Dios te lleve de la mano para que tú puedas hacer la ofrenda que él te está pidiendo, si dejamos que él nos lleve algo va a pasar en nuestras vidas.

Vamos a caminar con el Señor al lugar que él nos va a mostrar.

Dios es especial y cuando te pide algo es para darte algo mejor, él no necesita nada pero tú sí necesitas darle algo a Dios, una mejor ofrenda.

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Cuando uno le da algo al Señor y se queda alegre, eso es una buena señal porque hay gente que da pero sin ganas.

En la vida con Dios no pierde nadie, todos ganamos.

Abraham iba atrás de una descendencia y buscaba una ciudad cuyo arquitecto y constructor era Dios.

¿Tú qué buscas?

¡Ofréndale tu vida al Señor!

Pastor: Álvaro Torres

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