Dios busca un adorador que adore en verdad

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Dios busca un adorador

“Dios es espíritu y los que le adoran en espíritu y en verdad es necesario que adoren”, Dios busca un adorador.

¿Por qué la adoración? Y ¿Por qué Dios pide que le adoremos?

Esto es tan importante, que adorar es amar extremadamente por eso necesitamos gente que ame extremadamente al Señor.

Si algo ha querido el diablo es que se le adore y tan atrevido es que al mismo Jesús le pidió que le adorara y todos los reinos del mundo le daría pero el que a Jesús le pidió que le adorara, el Señor le dice; escrito está, al Señor tu Dios adoraras y a él solo servirás.

Hoy nos debatimos en medio de un universo evangélico donde todo el mundo hace palmas, canta coros, usa la Biblia y predican sermones.

Pero la iglesia pentecostal tiene la esencia, ésta no es iglesia más, esta iglesia es diferente porque esta iglesia sabe adorar a Dios en Espíritu y en verdad.

Para adorar a Dios hay que conocerlo por eso no todo el mundo adora, la gente sí le canta, sí le hace palmas, la gente aprende versículos, la gente ora pero para adorar a Dios hay que conocerlo primero.

La Biblia dice; «estamos en el verdadero, en su hijo Jesucristo, este es el verdadero Dios y la vida eterna».

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La razón es que lo adoremos, usted verá sino lo hace, el que adora a Dios se sana, es libre, es lleno del Espíritu Santo.

Cuando Jesús nació, nació el más grande, no hay otro más grande, lo estaban esperando y la gente que conocía el tiempo dice: «Su estrella hemos visto, ha nacido el que es».

Se fueron varios días de camino pero no se fueron con las manos vacías llevaban incienso, mirra y oro, fueron a un lugar muy humilde es que no importa el lugar, lo que importa es él.

El olor es terrible pero no importa, hay que reconocer al que nació y después de ese viaje tan largo, hay una escena bastante conmovedora allí porque está María, José y el niño acostado.

Pero a ellos no les interesa María, ni José, le interesa el niño y la Biblia dice, que ellos entregaron sus presentes y después de que entregaron los presentes, la Biblia dice, que se postraron y lo adoraron porque el único que merece adoración es él.

Incienso reconociendo que era el sumo sacerdote, mirra reconociendo que él es el buen pastor y oro reconociendo que es él Dios humanado.

Hay una señora con problema de adulterio, ella no sabe nada de cultos, mucho menos de adoración.

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Dios busca un adorador.

La mañana como era de costumbre va a sacar agua al pozo para el sustento del día pero esa mañana la historia se le partió en dos porque ahí en el pozo estaba el que está hoy con nosotros.

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Y Señor le dice; mujer, dame de beber. Ella se queda mirándolo y le parece un judío común y corriente y le dice; ¿Cómo tu siendo judío me pides a mí que soy samaritana que de beber?

El Señor le dice; «si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice “dame de beber” tú le pedirías y Él te daría agua viva» y la mujer le dice; Señor, no tiene con qué sacarla.

Y comienza hacer una cantidad de deducciones pero el Señor le sigue hablando y le dice: «Ve y llama a tu marido y cuéntale estas cosas y ella dice; no tengo marido y el Señor le dice; eso has dicho con verdad porque 5 has tenido y el que ahora tienes tampoco es tu marido y ella dice; Señor, me parece que eres profeta».

Ya no lo vio como el hombre, ahora lo vio como el profeta pero el asunto avanza y la mujer empieza a sentirse tocada por Dios y le dice: «Señor, usted es el Mesías que nosotros estábamos esperando».

Y cuando lo conoció, cuando se dio cuenta quién era Jesús, que no era la segunda persona, que no era el enviado, sino que era Dios manifestado en carne y le dijo:

«Señor, nuestros padre adoraron en este monte ¿Dónde dices tú que debemos adorar? Y el Señor le dice; mujer, la hora es cuando los verdaderos adoradores adoraran al padre en Espíritu y en verdad».

Hay un hombre ciego de nacimiento, está en el camino y pasa Jesús con la turba, cuando los discípulos lo vieron ni se les pasó por la cabeza que Jesús lo podría sanar.

El mal no les interesa a ellos, ellos lo que sacan es relucir su conocimiento biológico y dicen:

«¿Quién pecó, este o sus padres para que hubiese nacido ciego?» Y Señor se queda mirándolos y dice: «ni él, ni sus padres sino para que las maravillas de Dios sean manifiestas en él«.

Ese pobre ciego no sabía nada pero ahora el Señor se le acerca y recuerda su creación porque en el mundo estaba y el mundo por él fue hecho.

Pero el mundo no le conoció y hace un poco le lodo y le pone a ese hombre en sus cuencas y le dice:

Ve y lávate y cuando se lavó quedó viendo, Dios le creó los ojos y ese hombre estaba abismado y vio a todos menos al que lo había sanado.

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Fueron a la casa a buscarlo porque la fama de Jesús sigue creciendo enormemente y fueron a indagar al papá del ciego y le preguntaron:

¿Dónde está el que sanó a su hijo? Y el hombre dice; edad tiene, pregúntele a él.

Una mañana se fue al templo y cuando el Señor se acordó de él, se le acerca y le dice:

¿Crees tú en el hijo de Dios? Y el que ha sido sano dice ¿Quién es para que yo crea? Y Jesús le dice: el que habla contigo, él es y cuando escuchó eso.

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La Biblia dice, que se postró y lo adoró, si Jesucristo no fuera Dios le hubiese dicho no me adore a mí, adore al padre.

Pero Jesucristo recibió la adoración porque él es Dios sobre todas las cosas y bendito por los siglos de los siglos.

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Dios busca un adorador.

La razón es que lo adoremos, no interesa en que estrato vive o que título tenga, el soberano sigue siendo él.

No se le dónde se le metió a la gente que en el cielo hay tres tronos, en el cielo no hay sino un solo sentado en el trono.

«¿Quién es este rey de gloria? Jehová de los ejércitos, Él es el Rey de la gloria».

Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el hijo del hombre que está en el cielo por eso es que nosotros no nos cabe trinidad por ninguna parte.

Los ángeles lo ven y no dicen: santos, santos, santos, los ángeles lo ven y le dicen santo, santo, santo Jehová de los ejércitos, en el cielo lo adoran.

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La Biblia hablando del trono de Dios habla de 24 ancianos que están alrededor del trono, los ancianos están coronados pero cuando lo ven a él a la máxima autoridad.

La Biblia dice: que se quitan las coronas, se postran y lo adoran.

Hoy se canta mucho pero se adora poco, se habla mucho pero se adora poco a la medida que usted le entrega adoración, él le entregara poder.

Cómo no adorarlo si por esta iglesia hubo derramamiento de sangre.

Hay gente peor que la adúltera, peor que el ciego, peor que el leproso pero somos reyes y sacerdotes para Dios. Dios busca un adorador.

Hay que quitarse las coronas, postrarse y adorarlo.

Por: Jhon Fabio García

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