Dios trabaja mejor en nuestras debilidades

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Dios trabaja mejor en nuestras debilidades

“Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad…” 2 Corintios 12:9. Dios trabaja mejor en nuestras debilidades.

A nosotros los humanos nos gusta presentar nuestra parte fuerte, especialmente los jóvenes.

A cada joven le gusta mostrar su fortaleza, tanto conocimientos, como en el amor, en lo social, físicamente y en cada aspecto.

Al ser humano le place enaltecer su parte fuerte, su parte de gloria.

Recordemos ese pasaje donde Dios decide sacar un hombre para que gobierne Israel y visita la casa de Isaí y le pide que le presente a sus hijos.

Isaí presentó los que para el eran mejores para la guerra, más fuertes, más capacitados como guerreros.

Ese padre mostró a quienes, a su parecer podían hacerlo bien; pero Dios no se deja llevar solo por la vista, sino que conoce los corazones, porque Dios trabaja mejor en nuestras debilidades.

Es por eso que el profeta de Dios, le pregunta si solo eran ellos, Isaí le dice que faltaba uno que estaba en el campo cuidando las ovejas, pero le profeta es claro y dice que se sentaría nadie a la mesa hasta que ese muchacho llegara.

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Cuando aparece, la alarma en el corazón del profeta se enciende, la campana suena y Dios le muestra que era él.

Tengamos siempre presente que Dios trabaja mejor en nuestras debilidades, muchas veces no queremos, que en la iglesia, el pastor, amigos descubran o conozcan nuestros puntos débiles, esos puntos que nos hacen sentir incapaces.

Quizá, esos son los que hoy te detiene en una decisión, quizá esos mismas son las que te hacen llorar en ocasiones, quizá esos puntos débiles son los que te afectan para avanzar.

Estas debilidades las hemos podido tener posiblemente, desde antes de llegar a los pies de Cristo.

A muchas personas les hemos podido escuchar, que no son capaces de llegar a Jesús porque son débiles con las drogas, con las fiestas, con el baile o con la vanidad.

Las debilidades a esas personas les han sido de tropiezo y dificultad para buscar a Dios.

Hay debilidades en nosotros que no nos dejan servir exitosamente a Dios, y escondemos lo mas que podamos nuestra flaqueza, buscamos que nadie sepa en la iglesia eso que nos hace débiles.

Pero Pablo dice, que a él las debilidades no lo opacan, sino que lo hacen gloriar. Él reconoció que el poder de Cristo se perfeccionaba cuando reconocía su flaqueza.

“Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo” 2 Corintios 12:9.

Pablo entendió que Dios trabaja mejor en nuestras debilidades.

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Cuando te sientes mas santo, muy predicador y muy bíblico, cuando tomas glorias de las obras que Dios hace por medio de ti.

Es ahí cuando baja el poder, esas glorias humanas inflan y te hacen caminar por las nubes.

Eso te hace sentir un súper hombre y empiezas a creer que eres tu el de las capacidades, crees que eres mejor y más grande que muchos.

Pero Pablo dice, que podemos crecer más y no usando nuestras fortalezas, sino nuestras debilidades.

En el sermón del monte Jesús dijo: “Bienaventurados los pobres”, porque en la riqueza podemos encontrar hombres arrogantes, contumaces, desobedientes, que no temen hablar mal de Dios, personas que no tienen temor de Dios.

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Pero que lindo es que nosotros que en ocasiones hemos pasado algún tipo de necesidad o escases económica, y eso nos ha servido para oír la voz de Dios para reconocer y depender aún mas de él.

Lo hemos visto obrar, porque Dios trabaja mejor en nuestras debilidades.

Hoy le reconocemos como el Dios que nos sustenta en medio de nuestras flaquezas, por él vivimos y somos.

Jeremías dijo: «Bueno es el hombre llevar el yugo desde su juventud».

Algunas veces quizá, ponemos como poco lo que somos, hoy saca esa debilidad que tienes, para que el poder glorioso de Jesús se glorifique y te conviertas en un embajador de este reino de Dios.

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Pablo le dice a los Corintios, Dios escogió lo débil y con ellos avergüenza a los sabios porque Dios no mira tus estudios, tus capacidades, tu currículo, Dios no te mira como los demás.

El poder de Dios se perfecciona en nuestras debilidades.

En la Biblia podemos constatar que las personas en Listra al ver que Pablo y Bernabé y habían hecho una obra de sanidad a un cojo de nacimiento, pensaron que eran dioses en la tierra y ya querían hacerles sacrificios.

Pero Pablo dice: “Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros” Hechos 14:9.

Tomemos este ejemplo, reconozcamos que Dios es Dios sobre todas las cosas, y que por él es que somos lo que somos.

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Dios trabaja mejor en nuestras debilidades y cuando le reconocemos; la debilidad te hace aceptar el compañerismo, la fortaleza te hace creer muy independiente.

Y quien es débil se hace dependiente de Dios.

Dios tomó la debilidad de Gedeón, y le rebajó sus hombres de batalla a 300, antes siendo 32.000, demostrando que la fuerza no venía por grandeza humana, sino por la grandeza de Dios.

Reconozcamos siempre que él es el grande y nosotros los débiles, reconozcamos que sin él nada somos y nada podemos ser.

Pastor: Edgar Quintero

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