El día que nos encontramos con Jesús

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El día que nos encontramos con Jesús

Aunque el hombre lograse amontonar las riquezas más grandes del mundo, y alcanzar el más alto estrato que tenga la sociedad, nada podrá compararse al día que nos encontramos con Jesús.

“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo”. Mateo 13:44.

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Es muy importante saber que Jesús es el tesoro y la riqueza más grande que pueda existir.

Muchos cuestionan la vida de los cristianos, y se preguntan:

  • ¿Por qué adoran?
  • ¿Por qué van tanto a un templo?
  • ¿Qué tanto hacen ahí?

La respuesta es que tenemos un tesoro incomparable, una riqueza inescrutable.

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El cielo es su trono y la tierra el estrado de sus pies, Jesús es quien detiene el viento y calla la mar, y mientras más conocemos de él, más queremos adorarle porque hemos recibido de su parte una riqueza celestial y dichas riquezas son en gloria.

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Este evangelio es un tesoro preciado y los que ya hemos experimentado un cambio al cruzarnos con esta riqueza, debemos llevar el mensaje de salvación a todo el mundo, esa palabra que transforma y libera.

No obstante, muchas veces encontramos corazones endurecidos ante este tesoro, reacios a esta gloriosa palabra, pero debemos estar plenamente convencidos que Dios es quien se encarga de ellos.

Esas personas tarde o temprano tendrás su encuentro con Dios, y de ahí su rumbo será diferente, porque el día que nos encontramos con Jesús la vida nos cambia para siempre.

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Aunque sean corazones duros y renuentes, solo él es quien los ablanda y moldea, no hay nada ni nadie que pueda impedir, la obra de Dios en un hombre que se humilla y reconoce que cruzarse con él, en el camino es encontrar un tesoro inmenso.

Hoy quiero que medites un poco sobre, ¿El día de tu encuentro con Jesús? Estoy muy seguro que ese día fue tan especial y que jamás lo has podido olvidar.

Ser uno de sus hijos y pertenecer al pueblo que ha salvado, es un regalo inmerecido, hoy podemos gozar de su abundante gracia y su infinito amor.

Vea también: Cómo se crece dentro de la iglesia

Esperamos que estas cortas líneas, contribuyan para tu crecimiento espiritual, y recuerda, el día que nos encontramos con Jesús, fue un día determinante en nuestras vidas porque cuando llegó cambió todo para siempre.

Por: Jorge Elías Simanca

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