El Espíritu Santo

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El Espíritu Santo

Quienes no han recibido el Espíritu Santo, muchas veces desconocen qué hacer o cómo pedírselo al Señor, el día de hoy abordaremos este importante tema.

La obediencia es un factor determinante para recibir el Espíritu Santo, entendiendo que la persona ya debe haberse arrepentido y convertido. La Biblia dice, que Dios se lo ha dado a los que le obedecen.

Muchos se desaniman y piensan que nunca podrán ser llenos del poder de Dios, pero creamos porque él lo ha prometido para todos.

Es importante tener la experiencia de ser bautizado por el Espíritu Santo, no debemos despreocuparnos o pensar que estamos bien siendo fieles a Dios y ya, es fundamental recibir esta promesa para la vida del creyente.

Cada día debemos humillarnos para que Dios nos llene, no podemos tener tranquilad al auto justificarnos por orar, ayunar y llegar puntual a cada servicio. Debemos anhelar el Espíritu Santo.

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Quienes hemos tenido esta experiencia sabemos lo gloriosa y maravillosa que es, también es importante que nosotros presentemos en oración e intercedamos por quienes están buscando ser llenos con la promesa.

Cada creyente puede recordar cómo fue su experiencia ese glorioso día en que fue lleno, pero todos coincidimos en que había un anhelo y una humillación en nuestras vidas, ese deseo de poder sentir tan maravillosa llenura de parte de Dios.

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Así como en nuestras oraciones presentamos a los hermanos enfermos o a quienes tienen alguna necesidad, problema o dificultad, así mismo debemos presentar a quienes están buscando sentirle de esta manera y animarlos.

La Biblia dice: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos”. Hechos 2, ese fue el inicio de la iglesia.

Muchos quieren que el Espíritu Santo llegue a sus vidas, pero se cohíben y no le dan libertad.

Algunos hasta pueden creer que es vergonzoso saltar o corres bajo la influencia del Espíritu Santo, pero quien en verdad lo anhele no mira eso.

Por el contrario, un corazón con ganas de él le da toda libertad porque entiende la importancia de recibir la promesa.

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Ante la presencia de Dios nadie puede resistirse, cuando una persona derrama todo su ser ante él, el llega y nadie lo puede contener.

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La Biblia relata que en Samaria se encontraba Felipe y estaban sucediendo milagros, prodigios y bautismos, pero ninguno había recibido el Espíritu Santo.

Pero cuando Pedro y Juan llegaron impusieron las manos sobre los creyentes y recibían la promesa hablando en otras lenguas.

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También podemos constatar en la Biblia la pregunta que le hace Pablo a los creyentes al llegar a Éfeso, «¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?». Hechos 19:2.

Desde aquellos días se ha manifestado y lo sigue haciendo hasta nuestros días en quien tenga el anhelo de ser lleno.

Si aún no has recibido la promesa, recuerda que está dada para todos los que se humillen y crean, confía que el Señor te llenará, siempre y cuando sea tu mayor anhelo.

Cree en él y recibirás de su poder hablando en otras lenguas.

Por: Laureano Messino

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