El Espíritu Santo se debe recibir con evidencia

2120

El Espíritu Santo se debe recibir con evidencia

La persona que tiene fe para recibir el Espíritu Santo, no se queda quieto, porque hace hasta lo imposible para poder recibirlo, porque el Espíritu Santo se debe recibir con evidencia.

Algunos dicen que ya no es necesario de hablar en nuevas lenguas.

Pero el Espíritu Santo es una experiencia vivida, es una vivencia real y personal no es presunción, es una herramienta principal.

Síguenos en Facebook Generación Pentecostal

Recibir el Espíritu Santo no es «desde que creíste recibiste» sino que debe haber prueba de haber recibido y es hablando en nuevas lenguas.

Porque el Espíritu Santo se recibe hablando en nuevas lenguas.

SUSCRÍBETE

Únete a más de 5.000 personas que ya reciben contenidos exclusivos.
Sólo ingresa tu correo electrónico en el campo de abajo y espera el correo de confirmación.

[wysija_form id=»1″]

Suscríbete a nuestro Canal de Youtube

También te puede interesar: La necesidad de ser llenos del Espíritu Santo

Nosotros somos gentiles y si hoy tenemos la oportunidad de recibir el Espíritu Santo, es porque Dios nos metió en su programa y gracias a Dios por habernos tenido en cuenta.

Si alguien te quiere impedir a ti recibir el Espíritu Santo repréndelo en el Nombre de Jesús.

«Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 

Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.

Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua». Hechos 2:1-6.

Si deseas ampliar sobre este tema, te invitamos a que veas la siguiente enseñanza.

Pastor: Clodomiro Lobo

Artículo anteriorYo estoy sediento
Artículo siguiente¿Qué clase de maestro soy yo?