Este poderoso evangelio

Antes que Jesucristo viniera desde los Hechos de los apóstoles para atrás, el mundo tenía una religión que la había dado Dios, la ley era santa, buena, era perfecta, no tenía problemas. Desarrollaremos el tema: «Este poderoso evangelio».

Como todos sabemos, están los mandamientos:

• Amarás a Dios sobre todas las cosas
• No tomarás el nombre de Dios en vano
• Santificarás las fiestas
• Honrarás a tu padre y a tu madre
• No matarás
• No cometerás actos impuros
• No robarás
• No dirás falso testimonio ni mentirás
• No consentirás pensamientos ni deseos impuros
• No codiciarás los bienes ajenos.

El problema no era la ley, el problema era el hombre ¿Qué estaba mal para que Dios viniera a cambiarlo?

“Porque lo que era imposible para la ley, por lo que era la carne por la carne, Dios, enviando Hijo en la carne sin hueso de la carne del pecado y la causa del pecado, condenó el pecado en la carne”. Romanos 8:3.

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El problema no está en la ley, el problema está en tu ojo, lo que tienes en tu corazón, lujuria.

La ley exige y el hombre no puede. El problema no es el medicamento, es quien lo recibe.

Dios se inventó una solución que arreglara al hombre y es ahí donde entra el evangelio, algo extraordinario, poderoso.

Jesucristo no es un mito. No era solo un argumento teológico, era una palabra viva.

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Jesucristo tiene un mensaje verdadero y entre las cosas que Juan anunció, decía:

“Yo no soy el mesías, no soy el profeta, yo solamente soy una voz que suena en el desierto, se oye una voz, pero detrás de mi viene uno, y ese si es grande y poderoso y bautizará con Espíritu Santo y fuego”. Juan 1:21.

Cuando resucitó les dijo:

“Ustedes vayan a Jerusalén y esperen ahí”, aunque ellos no sabían lo que iban a esperar.

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“Van a ser llenos de poder de lo alto y eso va a producir un milagro en sus vidas”.

La dificultad más grande que tiene la gente hoy es que sabe mucho.

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Hace que el consciente y el inconsciente discutan. El consiente tiene muchas preguntas y contradicciones.

“Cuando no lo esperaban se oyó un estruendo del cielo y empezó a soplar un viento que llenó toda la casa, las cabezas les resplandecían como si tuvieran fuego encima…”

“Y empezaron hablar en otros idiomas que nunca habían estudiado”.

“Decían cosas claras que glorificaban a Dios y todos los entendían, y fueron llenos del Espíritu Santo”.

Este poderoso evangelio tiene algo que lo transforma a uno.

Fueron al templo el sábado y llegando había un mendigo que era paralítico de nacimiento más Pedro dijo:

“No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”. Hechos 3:6.

A nosotros nos cuesta trabajo caminar para atrás, hemos aprendido a caminar hacia adelante no por destreza.

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Sino porque él nos ha transformado, él cambió nuestra naturaleza y nos ha hecho hombres en vez de cangrejos.

Y Jesús se acercó y les habló diciendo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra…”. Mateo 28:18-20.

No estamos haciendo ninguna guerra estamos proclamando la victoria, Cristo la peleó y la ganó, el que está en victoria no eres tú, es Cristo, todo es porque yo voy detrás de él.

Porque los que están bautizados en Cristo, de Cristo están revestidos.

Por: Álvaro Torres