Hablar en lenguas es señal de recibir el Espíritu Santo

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Hablar en lenguas es señal de recibir el Espíritu Santo

El hablar en nuevas lenguas es una señal que debe manifestarse en todo creyente, como muestra del bautismo del Espíritu Santo, el hablar en lenguas es señal de recibir el Espíritu Santo.

Algunos enseñan que desde el momento que la persona recibe a Jesús como su salvador, en ese momento recibe el Espíritu Santo.

Pero la Biblia muestra que la señal visible y audible es hablar en otras lenguas, según el Espíritu mismo de Dios le dé que hable.

La manifestación del poder de Dios ha sido por medio de señales que se han visto por el ser humano.

En este tiempo se están levantando algunas personas que no les gusta el mover del Espíritu Santo en los cultos.

Quieren que los cultos sólo se canten, se alabe, se oye el sermón y todos devuelta para la casa.

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Pero cuando esta iglesia comenzó, había una insistencia de que todo el que se entregara, pudiera tener una experiencia personal con el Señor.

La gente se iba arrepintiendo, se iban bautizando, pero al mismo tiempo eran llenos con el poder del Espíritu Santo, hablando en nuevas lenguas.

Recordemos que hablar en lenguas es señal de recibir el Espíritu Santo.

Recomendamos: ¿El bautismo del Espíritu Santo es cosa del pasado?

Pero creemos que el Dios nuestro no ha cambiado, Jesucristo sigue siendo el mismo de ayer, de hoy y por los siglos de los siglos.

La iglesia no puede estar dormida, la iglesia no puede estar quieta, este Dios nuestro es un Dios vivo, que se mueve con libertad dentro de su iglesia.

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En Apocalípsis encontramos que es Dios el que se mueve en medio de los siete candeleros de oro.

Esos siete candeleros de oro representan su iglesia, o sea que él se mueve en medio de su iglesia, él es el que manda, el que gobierna en medio de su pueblo.

En la Biblia hay señales en las que Dios muestra su poder, quiere decir que si Dios está presente algo tiene que pasar, algo tiene que suceder.

La Biblia dice que el Espíritu de Dios es el que da el gozo, es el que da la alegría, el gozo de Jehová mi fortaleza es.

Su Palabra dice: «Que en su presencia hay plenitud de gozo, y delicias a su diestra para siempre».

En Génesis encontramos que Dios estaba presente al principio de la creación, y cuando Dios habló, algo pasó; el Señor dijo: «Sea la luz y fue la luz».

Esto quiere decir, que cuando su palabra es predicada, el receptor quien le está escuchando, cree en el mensaje, algo tiene que pasar en su vida.

Porque no es una palabra muerta, no es palabra de hombre, es palabra de Dios.

Ese Dios del Antiguo Testamento, incursiona a través de la historia en el Nuevo Testamento, no estando en el Espíritu.

Sino que se ha humanizado o encarnado en Jesucristo, que es el mismo Dios, pero manifestado en carne.

Ese que estuvo en las bodas de Caná, dice la Biblia que cuando hubo entrado en la barca, sus discípulos estaban con él y le siguieron.

Y se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas subían en la barca, mas él dormía; viniendo a él sus discípulos le despertaron diciendo:

«Señor, sálvanos porque perecemos», y él les dijo: ¿Por qué teméis hombres de poca fe?.

Cuando a nuestras vidas llegan las olas, las tempestades, como humanos que somos, lo que sentimos es miedo, inseguridad, nos embarga que todo está acabado.

Pero si él está ahí aunque aparentemente esté dormido, no se nos olvide que Dios no duerme, que Dios vela la guardia, que él edifica la casa, que está pendiente de cada cosa en nuestra vida.

Y dice la Biblia que levantándose reprendió a los vientos y al mar, y se hizo grande bonanza; cuando Jesús habla, algo sucede.

Sigue diciendo la Biblia que cuando hubo grande bonanza, los hombres se maravillaron diciendo: ¿Qué hombre es este que aun los vientos y el mar le obedecen?

Es que él no era un hombre normal, era el Dios manifestado en carne, era el que había hecho los vientos, el mar, por eso tenían que obedecerle.

Nuestro problema puede ser grande, pero más grande es el que adoramos, y si él se levanta, lo que sea tendrá que abrir paso.

Podemos tener un templo bonito, muchos instrumentos, pero pese a todo lo que tenemos, lo más importante es que Dios esté con nosotros, que su gloria se manifieste, que su poder esté en medio de nosotros.

Hablar en otras lenguas es fundamental en la vida del cristiano porque hablar en lenguas es señal de recibir el Espíritu Santo.

Pastor: José Luis Ramírez

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