Identificándonos con los niños

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Identificándonos con los niños

Cómo nos sensibiliza la situación que están viviendo los niños en el mundo entero, día a día escuchamos noticias muy dolorosas, niños violados, maltratados, sin derecho a vivir, lastimados, heridos. Nosotros como iglesia debemos estar a cada momento identificándonos con los niños.

Pareciera que viviéramos en un mundo donde la compasión se ha perdido, pero le damos gracias a Dios por que ha levantado un ejército de hombres y mujeres que aman los niños.

¿De qué manera estamos ministrando a los niños?

La enseñanza es lo más fuerte, poderoso y lo primero, pero no lo es todo, también hay otra área que no la podemos descuidar, es la ministración espiritual de los niños.

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Diríamos que este ministerio de enseñar, el 50% está en el púlpito y el otro 50% está en ministrar, en identificarnos con las necesidades, con los problemas y las diferentes situaciones que viven los niños.

No es desconocido para nosotros las situaciones tan tremendas, tan lamentables que muchos niños están viviendo.

Y quisiéramos invitar a que los maestros de escuela dominical se unieran con los padres de familia para hacer un trabajo en equipo por la vida espiritual de los niños.

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A veces el maestro hace un trabajo en la iglesia, pero resulta que en la casa los padres están sucediendo otra cosa, entonces ¿Qué se está sucediendo?

Están creciendo niños con una mentalidad dividida, y no podrán definirse porque en la iglesia reciben una cosa y en la casa están recibiendo otra.

Pero creemos que si se unen los maestros y padres de familia para ayudar la vida espiritual y la formación de los niños, vamos a tener mejores resultados; de la misma manera, como decimos, que queremos tener cristianos mayores en victoria, creemos que también queremos tener niños en victoria.

Es de vital importancia que como maestros debemos estar a cada momento identificándonos con los niños.

Situaciones que viven los niños

En la palabra de Dios encontramos que el Señor siempre le dio un lugar especial a los niños.

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No mirándolos como limitados, como pequeñitos o inútiles, sino pensando en todo el potencial que tenían en el futuro.

Escogió a:

  • Moisés desde la arquilla para ser un gran libertador.
  • Jeremías desde el vientre de su madre, para hacerlo profeta a las naciones.
  • Juan el bautista desde el vientre de su madre llenándolo del Espíritu Santo, desde antes de nacer. (Se dice que entre los nacidos de mujer, fue el mayor profeta que hubo).

Y aun con sus discípulos, el Señor Jesucristo dejó claro el lugar que tenían los niños cuando dijo:

«Dejadlos venir a mí, no se los impidáis, porque de los tales es el reino de los cielos».

Se requiere que como maestros, se le pueda dar una importancia a los niños que están a nuestro cargo, ellos merecen atención.

Cuidado pues Dios ha entregado en nuestras manos este potencial y así mismo Dios quiere que respondamos a lo que él nos ha entregado.

Recuerda Maestro, que Dios espera mucho de ti.

Por ahí hay un dicho que dice que un niño debe ser visto pero no oído, y consideramos esto una mentira, no le vemos a esto una justificación.

Porque los niños necesitan no solamente ser vistos, sino oídos y atendidos.

Lamentablemente en las iglesias encontramos niños con traumas, algunos extrovertidos, otros introvertidos.

Muchas veces escuchamos del maestro decir: “Que niño tan cansón e insoportable”, cuantas situaciones habrán en las aulas, que nadie las sabe.

Debemos comenzar a meternos en Dios de una manera especial, para que nos dé discernimiento de espíritu, para llevarle la palabra que ellos verdaderamente necesitan escuchar.

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Muchos niños llegan al culto, muchos de ellos están sanos, otros están enfermos, tal vez con situaciones espirituales en sus vidas.

Pero lamentablemente ellos están pagando consecuencias de los hogares donde vienen.

Si los niños no tienen un apoyo en la casa, ellos necesitan tener el apoyo de la iglesia; si ellos se convierten en un problema para el papá y para la mamá.

Nosotros no podemos dejar que ellos se conviertan en un problema para nosotros.

Tenemos que llenarnos de amor de Dios, de su misericordia, sabiendo que cada maestro Dios le puede dar autoridad espiritual y sabiduría, no importando la situación donde esté hundido el niño.

El niño puede tener el problema más grave que tenga, pero si hay un maestro, si hay una maestra que se preocupa por él, puede sacar a ese niño adelante en el Nombre de Jesús.

Recuerda maestro, nuestra tarea debe ser identificándonos con los niños.

Si deseas ver mas contenido sobre este tema, date una vuelta al siguiente video, sabemos que será de bendición para tu vida.

Por: Luz Marina de Galvis

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