La calidad de la doctrina

Nuestra doctrina no es una copia que se sacó del original, sino que ella sigue con calidad original porque la trajo el mismo Jesucristo.

«Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo«.

«Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.
Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios». 1 Corintios 2:1-5.

A través de la luz de la verdad profética y apostólica, se nos presenta esto tan especial que no es una copia, no es algo que se sacó de lo original no, ella sigue con calidad original, esta es la calidad de la doctrina que profesamos.

El fundamento, la sabiduría, la durabilidad y calidad de esta doctrina es Jesucristo.

Por eso la declaración de los apóstoles lo cual el texto presenta:

“Edificados en el fundamento, en la doctrina, en los principios de los apóstoles y profetas siendo Jesucristo lo principal”.

No hay necesidad de agregarle nada por aquí, está completa la doctrina.

Una doctrina que tiene el poder de Dios, dice el apóstol:

“Por lo tanto, nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino que hemos recibido el Espíritu que proviene de Dios”.

Esa es la verdad gloriosa, esta iglesia tiene la doctrina que nos enseña que podemos ser llenos del Espíritu Santo.

¡Todavía podemos recibir el Espíritu Santo hablando en otras lenguas!

Entonces de verdad esto es confiable y nos permite a nosotros confiar plenamente que hoy estamos en una nueva vida mediante solo el poder de Jesucristo.

“De modo pues que si alguno está en Cristo nueva criatura es”.

Por eso esta gloriosa doctrina es confiable y nos garantiza que el que nace de agua y espíritu es el que puede entender y entrar en el reino de Dios.

Y dicen los apóstoles que declaran que el que es nacido de Dios no practica el pecado.

Es muy riesgoso una información equivocada, es peligroso una doctrina que tenga parte de verdad y parte de mentira porque en verdad no puede garantizar vida eterna ni morada en la patria celestial.

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Pero gloria a Dios que la doctrina de los apóstoles y profetas siendo Jesucristo la sabiduría y principal de ella, nos garantiza que podemos tener vida eterna e ir a la gloria celestial.

Falsificar la doctrina que es lo que cambia y transforma, lo que nos lleva a la vida eterna es muy riesgoso.

Es como falsificar una medicina; corre riesgo la vida de alguien y merece castigo, es terrible.

Por eso el apóstol San Pablo a los Gálatas les declara:

“Estoy maravillado de tan pronto os hayáis alejado del os llamó por la gracia de Cristo para seguir un evangelio diferente”.

“No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo”.

Es importante anotar lo que los apóstoles recomiendan a la iglesia, la doctrina que presenta esta iglesia es confiable, segura, veraz porque te lleva a la vida eterna.

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El apóstol San Pablo recomienda a Timoteo y dice: “Le exhorto delante del Señor que no contiendas de palabras las cuales para nada provecha, sino que es para perdición de los oyentes”.

“Procura con diligencia presentarte aprobado por Dios, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”.

Nosotros en verdad tenemos esa parte confiable, esta doctrina no hace gente impía, injusta, pecadora.

Sino gente libre del pecado, santa, honesta, hace y convierte familias llenas de la gloria de Dios.

Algunos tal vez pensaron y presentaron a Jesucristo como un psiquiatra, psicólogo, un ángel grande.

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Pero en verdad Jesucristo es algo más glorioso, él no es eso, él es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos de los siglos.

Entonces el apóstol Pedro también está hablándonos y haciéndonos unas recomendaciones.

Las autoridades apostólicas que nos presenta nuestro texto sagrado nos dan esa garantía, porque hay enseñanzas peligrosas y riesgosas.

Falsificadas con apariencia de verdad, pero no son la verdad, la principal piedra del ángulo y de esta iglesia es Jesucristo y no permitimos falsificarla.

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No somos fanáticos sino convencidos que esta iglesia tiene la doctrina apostólica y profética, no hemos recibido espíritu de error sino el Espíritu que viene del Dios verdadero.

Jesús dice: “El que cree en mí como dice la escritura, de su interior corren ríos de agua viva”.

“Tenemos la doctrina más segura a la cual hacéis bien en el estar atentos como una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”.

Entendiendo esto, que ninguna profecía de la escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana.

Sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Esta iglesia tiene inspiración, revelación y unción del poder del Espíritu Santo.

Por eso Jesucristo que es el epicentro, el centro, lo principal pero no lo adoramos de cualquier manera.

Es en el orden de la doctrina apostólica, que Jesucristo les dio el mandamiento a los 12 apóstoles.

Les dijo: “Vayan adoctrinen, enseñen y bauticen en el nombre del padre, del hijo y del Espíritu Santo, pero esperen primero la promesa que viene de lo alto”.

Luego cuando vino sobre ellos la promesa les dijo: “Id y predicad y bauticen en el nombre de Jesús”.

No podemos tener un texto que nos escriba las palabras de Cristo en rojo como verdaderas y las de los apóstoles en negrilla como si fuera algo dudoso.

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Las palabras de los apóstoles son verdaderas porque hablaron inspirados por el Espíritu Santo.

Entonces les fue revelado que padre no es nombre, es un título, que hijo no es nombre es alguien engendrado y que el espíritu tampoco es nombre porque lo declara algo invisible.

Pero la manifestación de Dios en el oficio de padre, hijo y de Espíritu tiene un nombre, somos monoteístas, unicitarios, creemos que Jesucristo es el Dios verdadero, es confiable esta doctrina.

El único Dios verdadero tiene nombre y lo confiable, es que esta iglesia está edificada en esa doctrina, siendo Jesucristo la principal piedra del ángulo. Esta es la calidad de nuestra doctrina.

Por: Fernando Barragán