La doctrina de la unicidad

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La doctrina de la unicidad

El arma secreta que Dios tenía para redimir la humanidad era Cristo. El diablo no entendía muy bien de cómo iba hacer Dios, siendo espíritu meterse a este mundo, para salvar al hombre. Explicaremos un poco en que consiste la doctrina de la unicidad.

Nosotros no negamos la trinidad, porque se niega lo que existe y lo que no existe no se puede negar, nosotros creemos que Dios es uno.

La doctrina de la unicidad consiste en entender que el caso de Jesucristo es un caso único, porque Dios sí engendró un hijo, Jesucristo no solo es el primogénito sino que también es el unigénito.

«De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito…»

Lo que quiere decir, que no hay otro engendrado de esa manera.

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«El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse».

Su naturaleza primero es divina, o sea que antes de ser humano ya era Dios.

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Jesús como hombre fue hecho menos que los ángeles, se hizo así porque en todo debía ser semejante, eso es lo que el diablo sabia y decía:

«Si Dios quisiera salvar a los hombres tendría que ser como ellos y no un salvador extraterrestre» y eso era lo que el diablo veía imposible, y algunos también ven imposible. Hebreos 2:7,17.

Al Dios ser hombre, no quiere decir que el cielo se quedo solo, porque Dios es omnipresente, por tal razón está en todas partes, en el cielo y está en la tierra a la misma vez.

Dios por definición, está en todas partes; así que cuando estaba en Cristo no abandonó el cielo para nada, porque no hay ningún sitio donde Dios no esté.

Jesús era semejante a sus hermanos y al mismo tiempo era Dios sobre todas las cosas, vemos a una persona con dos roles.

La naturaleza humana de Cristo no fue una mera apariencia, la carne de Cristo no era una idea ni una imaginación, era una carne verdadera.

Cuando resucitó y pensaban que veían un fantasma él le dijo:

«Mirad que yo mismo soy, si creen que soy una aparición, metan sus dedos aquí en mis heridas».

Jesucristo no era una ilusión ni una imaginación, Jesucristo en su carne era real, tenía que ser real para poder llevar a cabo el plan de la redención.

jesús Así como era realmente hombre, también era realmente Dios

Si Cristo hubiese heredado el pecado de alguien, él sólo hubiese podido morir por su pecado y después de muerto no hubiera podido hacer nada.

La mejor prueba de que Cristo fue engendrado del Espíritu Santo y que no tenía pecado, es que resucitó al tercer día y dominó la muerte.

Así que tenemos estas dos versiones en una sola persona, su parte natural y su parte divina, de lo divino a lo humano.

Es una equivocación decir que María es la madre de Dios, no porque no la respetemos sino porque simplemente no es.

María es madre del hijo del altísimo más no del altísimo mismo.

Si éste tema te parece interesante, te invitamos a que veas la siguiente enseñanza, que es de suma importancia para ampliar los conocimiento sobre la unicidad.

Pastor: Alvaro Torres

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