La fe

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La fe

Un tema fundamental en la vida del cristiano, y que debe tener muy claro, es la fe. En esta ocasión hablaremos sobre ella.

Hablar de la iglesia primitiva es hablar de los comienzos de la misma, es ver el cumplimiento profético dado por Dios a través de hombres que en la antigüedad.

Se dispusieron para Dios que hablara al pueblo tanto en el presente como al futuro.

Isaías es conocido como un profeta mayor, no porque sea mas grande que los demás, sino porque su obra profética es un poco más extensa que otros.

Este profeta hablaba de la venida del Mesías, pasó el tiempo y se cumplió, nació Jesús y a su nacimiento del oriente, unos magos fueron guiados por una estrella hasta donde se encontraba él.

A los reyes en la antigüedad y aun hoy en día, se le honra con oro, y estos magos trajeron oro para Jesús.

También regalaron mirra, que en el oriente es conocida para embalsamar a los muertos, estos magos trajeron mirra haciendo referencia al sacrifico que haría Jesús por todo el mundo.

Y además de esto, los reyes le trajeron incienso, que era ofrecido a los dioses en la antigüedad, es decir, ellos le reconocieron como Dios.

Por esto el pueblo anteriormente alababa y admiraba a los apóstoles, porque en ellos estaba el Espíritu Santo de Dios, ese poder sobrenatural en la vida.

Y notaban que ellos eran serviciales, el pueblo notaba que estos hombres vivían lo que predicaban, es decir, daban ejemplo.

Es importante dar, así como aquellos apóstoles y esa iglesia primitiva testimonio.

Que nuestros vecinos y amigos sientan que somos diferentes y quieran imitar nuestras conductas y que así podamos llevarlos a conocer a Cristo.

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Muchos piensan que la gloria de la iglesia solo era en esa iglesia primitiva.

Pero nosotros somos una extensión de aquella iglesia; aunque no témenos a los primeros hombres con nosotros, estás tú y estoy yo.

Y hay quienes se equivocan al decir que todo lo antiguo fue mejor, que antes había mas avivamiento o la iglesia era mas santa.

La iglesia del Señor siempre será santa, sin importar los tiempos, al Dios que seguimos y servimos no le cambian los tiempos, y somos de él.

La Biblia dice: “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto” Proverbios 4:18.

Esto tiempos y los que vendrán en Dios serán mejores, esta generación que está rendida, a pesar que el mundo es peor, en Dios verá cosas grandes.

Debemos tener cuidado de cuidar lo Dios nos ha regalado, sea dones o ministerios.

Cuidemos que esto no se apague, sino que por el contrario se avive ese don de Dios en nuestras vidas.

El creyente y esta iglesia en general no puede conformarse a este siglo o dejar apagar lo que Dios ha dado.

No podemos conformarnos porque de esta manera se va apagando el don de Dios, aquí caminamos por la fe, y si nos conformamos dejamos de tenerla.

Mientras Jesús hablaba en una casa, de repente cuatro hombres empezaron a quitar el techo de esta y bajaron a un hombre que estaba paralitico.

Cuando Jesús vio la fe de ellos, ocurrió el milagro, y es que la fe se debe ver, se debe notar, Dios debe percibir nuestra fe.

Conocemos a Abraham como el padre de la fe, porque le creyó a Dios, obedeció.

Pero tuvo fe, aun sin saber para donde iba, se despojo de sus bienes y camino por donde Dios le indicó.

Muchos se sienten sin mucha fe, incluso los apóstoles le dijeron a Jesús que les aumentara su la fe.

Pero la fe viene por el oír la palabra, no cualquier palabra, esta palabra Gloriosa que predicamos.

“Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” Romanos 10:17.

Cuando permitimos que el Espíritu de Dios se mueva en nuestras vidas por el oír la palabra, nuestra fe se aumenta, y podemos ver cosas sobrenaturales, sanidades, prodigios y milagros.

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Recordemos ese verso que dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay…” Hebreos 11:6.

Dios le prometió a Abraham una gran descendencia, y muchos pueden decir:

¿Dónde esta eso que Dios le prometió a Abraham, el día que murió solo estaba su familia con él? ¿Dónde estaban los demás, si Dice la Biblia que serian tantos como las estrellas?

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“Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra” Hebreos 11:13.

Acá se encuentran los verbos de la fe:

  • Y cuando pidamos un milagro o tengamos una necesidad debemos primero mirar de lejos, que no importa que tan alejado se vea, Dios lo hará.
  • Creer que eso que pedimos ya Dios pago por ello en la cruz, sea un dolo o una enfermedad, el ya las llevó en la cruz.
  • Cuando dice saludándolo, se refiere a esa convicción y aunque parezca lejos, está muy cerca lo que Dios hará.
  • Al confesar que nuestra necesidad Dios la ha suplido, veremos eso que anhelamos.

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” esta iglesia seguirá caminando por la fe.

Hay quienes oran pidiendo, y lloran y su oración se convierte en suplicas.

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Hay otros que ayunan creyendo que deben hacer ese sacrificio para convencer a Dios.

Todo eso es equivocado, cuando creemos nuestras oraciones más que pedir, son de victoria.

Creyendo que aquel que prometió cumplirá su palabra y nuestros ayunos los hacemos para estar más cerca de Dios y sin pensar que es un canje con él; nuestra fe se ve, y Dios la puede percibir.

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“Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” Mateo 21:22.

Nuestro Dios es verdadero y su palabra también lo es, así que es momento de creer, de activar la fe.

Es momento de manifestar en nuestras oraciones esos verbos de la fe que tuvo Abraham y que lo llevaron a despojarse de lo material y ver lo celestial.

Por: Edgar Espíndola 

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