La preeminencia de Jesucristo

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La preeminencia de Jesucristo

“Y Él es antes de todas las cosas y todas las cosas el Él subsisten y Él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, Él que es el principio, el primogénito de entre los muertos para que en todo tenga la preeminencia”. Hoy hablaremos sobre el tema: «La preeminencia de Jesucristo».

Estos textos nos narran el pensamiento Paulino con respecto a la persona de Jesucristo donde se nos describe que Jesucristo es el primero en todo.

Y esto lo hace el apóstol reafirmando lo que desde que antiguo dijeran los profetas y sobre todo el profeta Isaías.

Jesucristo es el primero tanto en tiempo como en dignidad y esa primacía o preeminencia es el puesto que él ocupa en la iglesia.

Nosotros debemos estar muy conscientes de lo que Él es en medio nuestro.

Ahora si leemos los mismos textos en otras versiones de la Biblia observaremos que no hay discusión alguna de que Jesucristo es el primero.

Puede leerlo en cuantas versiones de la Biblia quiera y se dará cuenta que no hay discusión.

Por ejemplo: la nueva versión internacional.

“Él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, Él es el principio, el primogénito de la resurrección para ser en todo el primero” o sea que no cambia.

Versión palabra de Dios para todos dice:

“Cristo es la cabeza de la iglesia que es su cuerpo, Él dio comienzo a todo y fue el primero en resucitar de la muerte, entonces Él es el más importante en todo sentido”.

Nos damos cuenta que ningún creyente, que ningún líder, ningún pastor tenga cargo o no debe sentir complejo en este respecto.

No debe de esperar reconocimiento de nadie porque nos está diciendo la Biblia que Él es el primero en todo, que él es el principal.

Versión Dios habla hoy dice:

“Además Cristo es la cabeza de la iglesia que es su cuerpo, Él que es el principio fue el primero en resucitar para tener así el primer puesto en todo”

Así que la supremacía de Cristo no tiene discusión alguna, el dominio de Jesucristo no solo cubre el universo natural sino que se extiende también al ámbito espiritual, el dominio.

Entonces tenemos que hacer relevancia sobre todo lo que se dice de él con respecto a la iglesia y es cuando dice el apóstol.

Que él es la cabeza del cuerpo y si él es la cabeza del cuerpo de quien además todo el cuerpo que es la iglesia.

Deriva la vida, la vida que hace posible su crecimiento, si Cristo no es la cabeza de la iglesia.

La iglesia se quedaría sin crecimiento, ser cabeza implica ser el primero, ser el principal, ser el más importante.

Eso nos ubica tanto a los predicadores, como a los líderes de la iglesia, como a los hermanos que llevan años.

Porque a veces se nos suben los humos y crecemos que ya estamos graduados y que tenemos derecho a que nos reconozcan.

Que tenemos derecho a ser respetados por el tiempo o por determinado cargo que tengamos o por lo que hayamos hecho pero usted y yo somos carne.

Somos criaturas y si estamos hoy en la iglesia.

Si predicamos en la iglesia, si Dios nos ha dado honra entonces no es porque hayamos sido alguien, sino porque en su inmensa misericordia.

Él que es la cabeza quiso colocarte en su cuerpo que es la iglesia pero tu ni yo no nos olvidemos que él es el primero en todo en la iglesia.

Si esto está en nosotros todos estaremos humildes porque en la iglesia nadie es más grande que nadie, con la misma sangre fuimos lavados todos.

Vea también: ¿Jesús es el verdadero nombre de Dios?

Así que todos estamos bajo la gracia de Dios pero en la iglesia hay uno que si se merece la honra, la gloria, la alabanza, el honor, el reconocimiento.

Imposible que nos sintamos mal cuando no nos reconozcan porque sería robarle una tajada de gloria al que realmente lo merece.

Por eso cuando usted venga al culto nadie debe guardar silencio.

Toda boca debe abrirse, toda mano debe levantarse, toda rodilla debe doblarse ante aquel que es la cabeza de la iglesia.

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A veces nosotros los cristianos parece que el culto fuera para nosotros y aun a veces nosotros los líderes nos da una chiripiorca rara.

Porque queremos que las cosas se hagan a como a nosotros nos gusta “No a nosotros oh Dios, si no a tu nombre se a dada la gloria”.

Aquí nadie canta para nosotros, nadie ora para nosotros, hay es que cantarle a Él.

Si hay algo que le gusta a Jesucristo es que se le dé la honra a Él como al principal en la iglesia porque Él no comparte su gloria con nadie:

“Yo oh Jehová y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza, yo el primero”.

La gloria de Dios cae en la iglesia cuando la iglesia reconoce el puesto que Cristo tiene en medio de nosotros.

No guarde silencio si hay algo que le guste a Él es la voz de su pueblo:

“Ese pueblo eh creado para mí, mis alabanzas publicará”.

Cuando el apóstol presenta de una manera extraordinaria la su primacía de Jesucristo.

El apóstol lo hace en contra posición del concepto gnósticos respecto a Jesucristo.

Así que el apóstol Pablo de una manera magistral por el Espíritu Santo empieza a presentar algo tan extraordinario acerca de Jesucristo.

Porque los gnósticos decían que Jesucristo no era más que uno entre muchos intermediarios y que por muy glorioso que fuera, era solo una revelación parcial de Dios.

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La preeminencia de Jesucristo.

Como los gnósticos bebieron su doctrina de la filosofía de Platón, Sócrates y Aristóteles y otros pensadores.

De allí que no le dan el puesto a Jesús, que él debe tener y el apóstol por el Espíritu Santo quería que en la iglesia del Señor quedara bien definido cuál es el lugar que Él ocupaba.

De este concepto gnóstico han venido algunas confesiones religiosas llámese testigos de Jehová falsamente.

Si usted hace un análisis ellos bebieron de allí porque muchas confesiones religiosas han fortalecido su doctrina bebiendo de la filosofía.

Por eso dicen los mal llamados que Jesucristo es una criatura pero que no es Dios sobre todas la cosas.

De allí que algunos dicen que Jesucristo no es la revelación perfecta de Dios sino que es una revelación parcial de Dios.

Así que el apóstol por el Espíritu Santo le está hablando a la iglesia y ubica a la iglesia para que ella entienda cuál es el puesto que Él ocupa en su iglesia.

En la iglesia Él es primero, que no te reconozcan nada no importa, que no te digan nada no importa.

Para que en todo tenga la preeminencia, para que en todo ocupe el primer lugar en la iglesia.

Porque a veces queremos que nos vean más a nosotros que ha Jesucristo.

Hoy muchos queremos sentarnos en el templo de Dios como Dios pero el culto es para Dios, la alabanza es para Dios, la honra es para Dios.

A veces cuando Dios se derrama en la iglesia parece que hubiera gente graduada ya y no dicen nada, están en el culto como la estatua de la libertad, quietos.

El que sabe quién es él, cuando ve que él se mueve en su templo, él se levanta y da gloria al rey, da alabanzas al que es el primero.

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La preeminencia de Jesucristo.

No es intermediario, no es una revelación parcial de Dios.

“Esto te escribo para que si tardo sepas conducirte en la casa de Dios que es la iglesia columna, apoyo y soporte de la verdad” “grande es el misterio de la piedad, Dios fue manifestado en carne”.

No estamos hablando de una doctrina cualquiera, estamos hablando de cosa extraordinaria.

Esto es tan grande que dice la Biblia que en aquella hora Jesús se regocijó en el Espíritu y dijo:

“Te alabo padre, Señor del cielo y de la tierra porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos y las revelaste a los tuyos porque así te agradó”.

Vea también: ¿Quién es Jesús para ti?

Pablo hace un sumario de las características de Jesucristo y habla de manera extraordinaria y dice:

Jesucristo es la imagen del Dios invisible, la perfecta manifestación de Dios, el Dios que no se veía se reveló y se nos manifestó a nosotros.

Todo lo que Dios es, está en Jesucristo y la iglesia tenía que entender eso.

Él es el primogénito de toda creación, es decir, Jesucristo dio origen a todo lo creado y él sustenta todo.

En el cielo no hay otro mayor que él, él es mayor en el cielo y en la tierra, él es antes de todas las cosas y todas las cosas en él subsisten, él es el primogénito de los muertos.

Hay gente en la iglesia que quiere ser llena del Espíritu Santo y viene a soplarse.

Si usted quiere recibir el Espíritu Santo, recibir sanidad deje de estar relajado en la iglesia.

El culto es para Dios porque él es el dueño de esta iglesia.

Si la iglesia no guarda silencio habrá sanidad divina, habrá llenura del Espíritu Santo. La preeminencia de Jesucristo.

Por: David Alomia

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