La suficiencia de Jesús

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La suficiencia de Jesús

El contexto social del capítulo 6 del evangelio de Juan es la muerte de Juan el Bautista, el ministerio de Jesús en Galilea estaba en el punto más alto. Hablaremos sobre el tema: «La suficiencia de Jesús».

La fama de Jesús se había regado por todas partes y las multitudes venían al él pero lo que muestra la palabra del Señor es que no venían a él por el mensaje sino por los milagros.

La muerte de Juan el Bautista despertó en Herodes un odio considerable por todos los predicadores de Jesús y todo lo que tuviera que ver con Jesús de Nazaret.

Por eso el Señor habla con los discípulos y los lleva al otro lado del mar de Galilea pues al otro lado Herodes no tiene dominio, ni autoridad.

Y llevándolos allá del otro lado lo que quiere brindarle a los discípulos es seguridad.

La palabra de Dios dice:

“El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado hijo”.

Nosotros estamos seguros porque estamos en las manos del Dios todo poderoso.

No hay problema tan grande que Jesús no sea capaz de resolver, no importa la dimensión de la dificultad.

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La suficiencia de Jesús.

Cuando la multitud está reunida el Señor llama a Felipe y le dice; necesitamos alimentar a toda la multitud.

Entonces en tus manos dejo el problema para que lo resuelvas pero ¿Por qué llamó el Señor a Felipe?

Felipe era de la región, era oriundo de Galilea porque él conocía los abastecimientos de harina.

Conocía dónde podía comprar cebada y la semana anterior Felipe se había encontrado con Nathanael y le dijo; vamos porque hemos hallado a Jesús de Nazaret que es el Cristo.

¿Sabe cuándo verdaderamente conocemos que estamos en el Cristo? Cuando estamos en problemas, cuando estamos en dificultades.

Cuando estamos en angustias, ahí es donde necesitamos poner en función la Cristología que hemos aprendido y conocer quién es el Cristo de la gloria.

¿Cuántos hemos tenido en nuestras manos situaciones difíciles? Y decimos, ahora ¿yo que puedo hacer? ¿A quién busco para que me ayude?

Eso le pasó a Felipe, él se desesperó y no sabía qué hacer, entonces se fue a buscar a Judas.

Porque Judas era el tesorero de los discípulos pero como Judas era como medio ladrón le dijo; hermano no hay dinero, vaya busque por otro lado.

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Y se fue hacer cuentas y de seguro llamó alguno de los discípulos y dijo; ni 200 denarios alcanzarían para darle de comer a toda esta multitud.

Diría él: será que el Señor no se da cuenta que esto es imposible.

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Todo el que viene a Jesús con una necesidad no se va igual porque él es suficiente para ayudarle al necesitado.

Eso que le sucedió a Felipe nos sucede a todos, buscamos recursos y recursos y nos olvidamos que ahí al lado nuestro tenemos la salida a nuestros problemas y a nuestras dificultades.

Felipe no tenía que ir a buscar a ningún lado, él tenía que caer de rodillas delante de la presencia del Señor y decirle:

No podemos, no tenemos cómo pero tú eres suficiente para hacer un milagro en esta hora.

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La suficiencia de Jesús.

La fe no calcula, la fe cree. Quizás usted ha ido donde el médico y este le ha dicho; vea, según mis cálculos usted se muere como en tres meses.

Según los cálculos usted pierde la casa porque ya no hay más nada que hacer, según los cálculos con usted no hay nada que hacer pero según nuestros cálculos en la fe, creemos que todavía hay algo que hacer en el nombre de Jesús.

No hay problema que él no pueda resolver, el Señor tiene poder para resolver todo problema que haya.

Crea que su Dios es suficiente, que la palabra de Dios es verdadera y que Dios va a resolver ese problema por difícil que sea tiene solución en el nombre del Señor.

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Lo otro que nos enseña es que no hay hombre tan pequeño que Dios no pueda usar, Dios es especialista en usar hombres y mujeres normales.

De pronto hay un niño con su merienda y va a comer calladito y diría yo me como esto antes de que alguien se dé cuenta y lo ve Andrés y dice; vea aquí hay un muchacho y lo toma de la mano y se lo lleva a la presencia del Señor.

No importante quién sea el hombre Dios lo puede usar.

Moisés dijo; no, es yo soy tardo para hablar ¡Eres tú!

Jeremías dijo; es que yo soy niño ¡Eres tú!

Es eso que te despierta en las noches, es una llama ardiendo en tu vida es que eres tú, Dios te está llamando. La suficiencia de Jesús.

Por: Jair Restrepo

 

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