La unción y su liderazgo

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La unción y su liderazgo

El liderazgo del siglo XXI hace parte que hable bastante aunque hable mal hay que escucharlo, Jeremías aparte de ser profeta fue líder. Hablaremos sobre el tema: «La unción y su liderazgo».

Pero a la manera que Dios quisiera que fuera, el líder que usted quiera puede tratarse a la manera suya, pero el líder que Dios quiere tiene que tratarse a la manera de Dios.

Entonces Jesús cuando reúne un cantidad de personas y les dice; aunque ustedes no hablen mucho no se preocupen, que ese poder divino vendrá sobre ustedes y les hará hablar.

Hay muchos líderes pero también hay algunos que tienen un yugo, parece que quieren arrancar y no pueden.

Parecen que quieren hacer algo y no lo pueden hacer, parece que quieren pero no encuentran la forma, ni la manera, ni la alternativa, ni la oportunidad, ni todo aquello.

Puede ser así, que no lo encuentra pero ya ha llegado el momento que aquel hombre o mujer de fe logre entender que si tiene ese yugo por ahí, se va a romper en el nombre de Jesús.

El que logre descubrir la unción y el liderazgo será muy privilegiado por Dios, el que lo logre descubrir para llevarlo de la mano de Dios.

Porque es que algunos lo descubren pero en una forma desequilibrada, cuando no es líder tiene un unción pero a veces el tanto conocimiento confunde las dos cosas.

Vea también: No saques la unción de tu vida

Ese conocimiento humano es cuando la persona se acostumbra a hablar y hablar y la otra persona escucha y se alegra pero sigue viviendo igual, la unción ya es algo mayor.

Es cuando usted escucha la palabra y se le quedó en la mente, se le grabó, se fue de viaje y la lleva ahí.

Se acuesta y le lleva ahí entonces ya la palabra no es algo que tiene que estar leyendo para acordarse y tratar de pensar en el predicador para recordar, sino que ya se le grabó, la tiene ahí.

«Estas palabras que yo te digo hoy estarán contigo todos los días, al acostarte, al levantarte.

Entonces ya la palabra se vuelve algo tan exclusivo de la vida y es ahí donde se logra detectar qué tanto conocimiento se confunde.

Con la unción se va a sacar lo que es la verdadera unción y el verdadero conocimiento humano.

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El conocimiento humano es bueno, es agradable y lo necesitamos todos pero la unción ya no se consigue donde se consigue el conocimiento humano.

Pero cuando está el conocimiento y está la unción las cosas cambian.

Se necesita la unción, se necesita que haya esa libertad «mi corazón ha dicho de ti: buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová».

Mientras más se conoce a Dios más sencilla tiene que ser la persona, más humilde, mas tratable.

Si nosotros sacáramos un estudio de aquellas personas en el tiempo de los apóstoles.

Lograríamos llegar a descubrir que los líderes de allá son personas casi con más defectos que nosotros pero Dios los usó porque Dios en su momento dado les dijo

«Si ustedes guardan, obedecen mi palabra, si creen lo que yo les digo y han visto todo lo que yo he hecho, entonces ustedes estarán en mí y yo en ustedes».

Es bueno el conocimiento pero si tiene unción es mucho mejor, lo que hace te doblegues, te quebrantes, que llores.

El verdadero líder es ese que se deja moldear, que agradable que nos dejemos moldear por las manos del alfarero.

El quita lo que impide y la vasija queda perfecta y entonces nos llama instrumentos.   

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Cuando dice que el yugo se pudrirá es porque algo impide, hay jóvenes que son tan amables pero tan enamorados, le gusta la carne, el sexo, la pornografía.

Va a tratar de orar y lo primero que se le viene a la mente es ese yugo, le impide pero parece que en nuestra juventud hay ese yugo.

Hay una cantidad de jóvenes que quieren y no pueden, algo les atormenta y hay muchos jóvenes introvertidos encerrados en prejuicios.

Problemas y angustias pero necesitamos jóvenes que derriben ese yugo en el nombre de Jesús.

No esperen ser el líder que todos quieren que sea, sea el líder que Dios quiere que sea.

Llénese de libertad, mire su área, sírvele a Dios porque tu espíritu sea de servicio no de competencia.

No digas; quiero ser un líder como el hermano o la hermana tal ¡no! Sé un líder como Dios quiere que sea.

Vea también: Quieres unción

El liderazgo y la unción deben ir acompañados de veracidad, ser leal.

Qué bueno que hayan líderes que no los recuerden por lo malo que hicieron, sino por todo lo que Dios le usó en su tiempo.

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La unción y su liderazgo.

El líder necesita dejarse:

  • Orientar
  • Ayudar
  • Aconsejar

No se confundirá, practica la humildad y la sencillez, no se dejará llevar fácilmente ni por orgullo, ni la prepotencia, ten cuidado de ti mismo y de la doctrina que has aprendido.

Los grandes hombres no fueron porque los vicios lo hicieron así porque si fuese por vicio no hubiesen durado nada, fue porque tenían coraje, valentía, dedicación.

El líder debe ser la clase de persona que en su decisión debe ser firme y estable.

Esos son los jóvenes que necesitamos en este siglo XXI, la iglesia del señor es incomparable «un señor, una fe y un bautismo».

Necesitamos esa clase de jóvenes que digan; mientras yo viva cuenta conmigo, las piedras no hablaran, soy yo el que va a hablar.

No te quedes con una, quédate con las dos ‘unción y liderazgo’

Por: Reinel Galvis

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