Maestros con pasión por aprender

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Maestros con pasión por aprender

Jesús como persona aprendió, porque él crecía en conocimiento, así que debemos ser maestros con pasión por aprender para poder enseñarles a nuestros niños la palabra de verdad.

A veces como profesional permitimos que el cartón (título) nos nuble la visión, en vez de colgarlo en la pared, nos lo ponemos en los ojos y no nos deja ver.

No creas que el conocimiento hace ir a la gente al mundo, porque la ignorancia no puede ser premiada.

«Mi pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento», necesitamos del conocimiento, porque mucha gente va en busca de ayuda y nosotros debemos debemos darle una mano.

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Así que el maestro debe ser un discípulo que esté apasionado por aprender.

Si tu quieres aprender de Dios, que es nuestro maestro por excelencia, tienes que caminar con Dios y observar cómo es que Dios hace, como piensa, como habla, pero eso no se consigue en sólo medio día, sino que es una experiencia de vida.

Tenemos que vivir cerquita de Dios, a ver cómo es que a él le gusta y como es que él hace las cosas.

Dios quiere es que lo conozcamos a él para aprender de él.

No te enamores de los milagros enamórate de Dios, que en él es que está la respuesta.

Si nosotros queremos aprender de Dios, lo primero que debemos hacer es caminar con Dios.

El que verdaderamente ande con Dios, las cosas que hace las hace bien.

¿Cómo debo ser yo?

La Biblia dice que «Somos imitadores de Dios como hijos amados».

Nosotros que somos maestros, somos discípulos del maestro de maestros, que nos ha dejado sus huellas por el camino, entonces aprendamos de Dios y sepamos cómo es que él hace las cosas.

Debemos aprender, cómo ser, qué saber, cómo actuar y qué debemos decir.

Aprendiendo por medio de la investigación

La investigación no es una incredulidad es un deseo noble de aprender.

Todo maestro es necesario que sea investigador, porque la revelación de la palabra de Dios, va de la mano de la investigación.

Aparte de orar debemos investigar, nuestro trabajo es investigar la verdad asiduamente.

Todo predicador debe investigar antes de exponer su sermón, porque el bosquejo completo no le llagará sino estudia e investiga.

Dios no quiere cristianos flojos, Dios quiere cristianos investigadores.

El maestro debe ser un alumno apasionado por aprender, porque el conocimiento viene de la investigación.

Como maestros no puedes seguir repitiendo lo que siempre haz odio, debes ir a la fuente e investigar, para que cuando usted enseñe algo, el niño se vaya con el conocimiento verdadero.

A veces le cambiamos en sentido a las palabras citándolas mal, terminando enseñando lo que no debemos enseñar.

La investigación es una fuente necesaria, el maestro que enseña tiene la sagrada obligación de investigar la verdad.

El maestro que sabe lo que dice porque lo ha investigado, será un obrero que no tiene de que avergonzarse.

Como maestro no digas palabras rebuscadas, el sabio es el que dice las cosas más difíciles con las expresiones más sencillas.

Aprendiendo de la enseñanza

Para poder enseñar tienes que preparar la lección, y si son niños pequeños, mejor todavía, porque tienes que aprendértelo bien, para poder decirlo muy sencillamente y así lo puedan entender.

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Para hablar se aprende hablando, a caminar se aprende caminando y para enseñar se aprende enseñando.

Nosotros tenemos un recurso que un maestro común no tiene, es el Espíritu Santo, él nos da lo que tenemos que decir.

Nosotros sí utilizamos la parte pedagógica, pero nosotros tenemos una fuente de la cual mana el conocimiento y la enseñanza.

A veces nos sorprendemos por las cosas que decimos en una enseñanza, pero no creamos que esas son cosas nuestras, eso viene directo del cielo.

a Un maestro ungido generalmente los niños no se le desordenan

El Espíritu Santo es la herramienta esencial en la enseñanza.

Aprendiendo a partir del alumno

Con el solo de tener a un niño sentando escuchando lo que yo digo, eso a mi me debe mandar un mensaje.

Es necesario que nosotros le prestemos atención a los mensajes que los niños emiten.

No es el maestro el que decide, qué va a aprender el niño, es el niño que le dice al maestro qué quiere aprender.

Con el comportamiento del niños, cómo se viste, qué preguntas hace, que piensa, todos estos son mensajes, que el maestro debe aprender a descifrar.

Debemos observar a los niños y allí comenzar a descifrar esos mensajes, que nos ayudarán a saber cómo educarlos y nuestro objetivo debe ser Maestros con pasión por aprender.

Amplía más tus conocimientos en la palabra de Dios, con la siguiente enseñanza, que será de ayuda para servir mejor a Dios.

Pastor: Alvaro Torres

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