Qué le ha pasado al hijo de Cis

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Qué le ha pasado al hijo de Cis

Cuando una persona profetizaba en el Antiguo Testamento, entraba como en una especie de trance o forma estática y había unos cambios y reacciones en su vida, esto porque caía bajo el control de Dios. Desarrollaremos el tema: Que le ha pasado al hijo de Cis.

Es una pregunta que obedece al observar unos cambios en el comportamiento.

De allí que como en la vida de Saúl se dan unos cambios, la gente que ya lo conocía, desprende una pregunta:

¿Qué le ha pasado al hijo de Cis?, porque nunca habían visto a Saúl profetizar, pero ahora lo ven que está profetizando.

Así que cuando ellos observan esos cambios en el comportamiento y en la actitud de la vida de este hombre.

Que en un momento dado le permitió al Espíritu de Dios manifestarse en su vida, llevó a que preguntarán ¿Qué le ha pasado al hijo de Cis?

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Cuando viene el Espíritu a la vida de él, todo cambia, ya no actuaba como antes lo hacía.

Porque hay unos cambios sustanciales y no estamos hablando de fabulas o de cuentos, estamos hablando de realidades.

No estamos leyendo un cuento, hay unos cambios en la forma de actuar, hay una forma diferente y cambios en la forma de pensar, incluso en la forma de tomar decisiones.

Todo porque viene la presencia de Dios a la vida de esa persona y surte unos cambios, reales y sustanciales que afecta toda la estructura del ser.

Es decir, la persona ya no sigue siendo la misma.

¡Cuando estamos cerca de Dios, nuestro comportamiento cambia!

Hay un efecto producido por la presencia de Dios en la vida de la persona y es notable a la vista de los demás, eso no se puede ocultar.

Algo raro pasó en la vida Saúl, surtió un cambio diferente, por eso acercarse a Dios no es una palabra de cajón que usamos, sino que es una realidad.

Porque Dios realmente existe, es un ser real, que interactúa con nosotros y se deja sentir.

No es un ser inalcanzable, porque Dios camina en medio nuestro, se mueve en medio nuestro y se mete en la vida de nosotros.

La persona que se acerca a Dios cambia y eso se nota, ya no es la misma y es notable.

A los apóstoles que habían estado cerca de Jesús, la vida se les afectó para bien por la relación que tuvieron con Jesús, de tal manera que la forma de hablar les cambió.

“Hermano es que yo, yo no sé, es que a mí no me pueden decir nada porque es que mi papá era así, entonces yo le tengo que poner la mano”.

Un momento, la Biblia dice: “De modo que, si alguno está en Cristo”, “no hermano, es que yo grito porque toda mi familia es gritona y yo soy así por mi papá”.

“Hermano es que yo tengo que tener tres mujeres porque mi papá era mujeriego” no, algunos dicen “hermano y qué pasa con ese muchacho que salió raro”.

Cuando Dios llega a la vida del hombre, rompe con todas las estructuras pasadas.

¡Dios cambia todo, no dudes!

Esto no es cuento, estamos hablando de cosas serias, estamos hablando de un Dios que es capaz de meterse a la vida del hombre y le cambia todo el pasado.

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Si no pagábamos antes, el Espíritu Santo no nos deja estar tranquilos:

“hermano es que fui a la tienda y el Señor me bendijo, pagué con un billete de cincuenta mil y me dieron dos de cincuenta mil” regréselo, porque el Espíritu Santo no nos deja estar tranquilos.

Cuando una persona está cerca de Dios, su forma de hablar cambia; a los apóstoles les dijeron:

“Tú también eres de ellos porque tu hablar te distingue”.

Pero hoy en día encontramos a los hermanos diciendo: “Entonces qué parce, huy bacano parce, a lo bien”.

“Tú eres de ellos” parece que el haber estado cerca de Jesús como que le aprendieron y no podían hablar diferente.

Cuando Dios se mete a la vida del hombre, a nosotros no tienen que decirnos “cante”, yo tengo que cantarle a él.

“Tú eres de ellos, porque hablas como él” es que cuando estamos cerca de Jesús eso se nos pega.

¿Cuándo habían visto a Saúl?

Era un muchacho loco por ahí, pero un día cualquiera llegó el Espíritu de Dios sobre él y empezó a profetizar y la gente dijo:

“También Saúl entre los profetas ¿Qué le ha sucedido?”

Dice la Biblia: “Y le reconocían que habían estado con Jesús”.

Le reconocían, porque cuando la presencia de Dios llega a la vida de nosotros, cambiamos porque cambiamos.

Y no nos cambiamos nosotros, es que él nos afecta de una manera positiva.

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Pastor: David Alomia
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