Que no falte su gloria en nuestra vida

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Que no falte su gloria en nuestra vida

Creemos que nuestra petición y anhelo debe ser que no falte su gloria en nuestra vida

Cuando hablamos de la gloria de Dios, hablamos de su perfección moral, su santidad, su belleza inherente, su naturaleza, sus actos que manifiestan esencialmente lo que él es y lo que él hace.

Cuando hablamos de la gloria de Dios, es hablar de su presencia misma.

El rey David había tenido un deseo, y era de hacer una casa donde se honrara a Dios, donde la gloria de Dios se manifestara.

Pero como Dios le había dicho que él no la podía hacer, él se alegró solamente aun con haber recogido toda aquella ofrenda.

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Y cuando él ve todo aquello, comienza a hacer esa declaración hermosa y dice “Bendito seas tú Jehová, Dios de Israel” y comienza a declarar quien es el dueño del poder, quien es el dueño de toda gloria.

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Dice “Tú eres el que da la riqueza, tú eres el que da poder a todos”.

Así que todos tenemos el gran privilegio de poder ser llenos del poder de Dios; de pronto si aquí el poder lo diera alguno de nosotros, de seguro habría decepción, de seguro habría preocupación, de seguro alguno diría “será que alcanzará, será capaz”.

Pero podemos estar seguros, porque el que da el poder es el Dios soberano.

Cuando hablamos de que no falte su gloria en nuestra vida, tenemos que comprender algo, tenemos que irnos al propósito, al objetivo de Dios, porque desde el principio Dios ha tenido un objetivo, y es que su gloria pueda morar con el hombre.

Por eso comisionó a Moisés, en el principio, allá en Éxodo, a finales declara que lo comisionó para que hubiera un tabernáculo, una tienda, y no solamente era para que la viera el pueblo.

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Sino que el propósito principal de ese tabernáculo portátil era que morara la gloria de Dios en medio de su pueblo.

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Cuando uno mira el contexto histórico, y futuro de este pasaje, nos damos cuenta que ese siempre ha sido el propósito de Dios.

Habitar, morar con el hombre, para demostrarle su poder, gloria y grande amor, para protegerlo.

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Cuando alguien no entiende esto, se va nuevamente allá al mundo; pero cuando alguien tiene bien claro esto, entiende que Dios lo trajo aquí para llenarlo de su gloria.

Pero nos llama la atención que lo primero que hicieron fue el arca del pacto, eso fue lo primero que hicieron cuando se iba a hacer el tabernáculo.

Para el pueblo de Israel esa arca significaba la gloria de Dios, la presencia de Dios.

Y ¿por qué no hicieron las otras cosas primero?

Siquiera la casa donde la iban a meter a ella, esto da a entender que lo principal en el pueblo de Dios debe ser su gloria, lo principal en nuestra vida debe ser su presencia.

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Lastimosamente, estamos viviendo en un mundo que está absorbiendo a la gente, y tratándole de demostrar que Dios se puede dejar para otro día.

Que la presencia de Dios se puede dejar para más tarde, pero la gloria de Dios debe ser lo principal.

Nuestra petición siempre debe ser que no falte su gloria en nuestra vida.

Pastor: Celso Martínez

 

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