Ser maestro es un ministerio

2845

Ser maestro es un ministerio

Dios fue un maestro, y nos ha enseñado a través de la Biblia cómo debe ser un verdadero servidor, ya que, ser maestro es un ministerio.

Dice la palabra del Señor: «Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros’’ Efesios 4:11.

Entonces partiendo del tema planteado, vamos a definir la palabra ministerio.

Según los diferentes diccionarios encontramos que viene del griego «Diáconos’’, nosotros hemos oído dentro de nuestras iglesias hablar de esto.

Es un encargado de realizar distintas funciones a la de un presbítero dentro de una iglesia.

Te puede interesar: Las siete iglesias del Asia

Eso nos va dando una idea de ¿Qué somos? ¿por qué estamos aquí?, la respuesta es que dejamos de ser esclavos del pecado y por voluntad propia ser de Jesucristo.

Entonces esa palabra ministerio se usa para demostrar el trabajo que hacemos en nuestra iglesia.

Por eso, la enseñanza que nosotros impartimos como ayuda pública es un ministerio.

Nosotros, tenemos el ministerio de la enseñanza, al ser maestros de escuela dominical, nos convertimos en el brazo extendido del pastor que podrá alcanzar a los niños de tres a cinco, etc.

Cristo nos levantó la dignidad y nos ha permitido ser maestros, nos ha dado de su amor y hoy estamos aquí, por su gracia.

Y seguramente, en algún momento de nuestras vidas, hemos revisado nuestro pasado y concluimos que lo que tenemos es por el Señor Jesús.

No hay nada que nosotros podamos decir: «me lo gané por mi inteligencia’’, «es por mis fuerzas’’, «yo soy maestro porque soy muy bueno’’.

Vea también: Maestro Dios espera mucho de ti

Quiero decirte, que el que piensa así está equivocado, usted es maestro porque Dios lo puso allí, lo constituyó para que usted fuese lo que es hoy.

Entonces nos damos cuenta que siendo maestros nos convertimos en unos conductos y canales para que fluya la palabra y la bendición de Dios a esos niños y adolescentes que lo escuchan.

Ahora, aunque humanamente tenemos capacidades todo servicio debe hacerse con la habilidad que da Dios.

Porque dentro del campo de educación cristiana, no solo manejamos la perspectiva humana sino también, la espiritual, entonces en ese plano, el Espíritu Santo es quien nos capacita.

La Biblia dice: «Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada’’ Santiago 1:5.

Entonces lo que debemos pedir es sabiduría, en nuestras oraciones, clamores y ayunos, y podremos obtener la facultad que solo da el Señor Jesús a los que de verdad le buscan.

Dice la palabra del Señor: «Quien sea apto para servir a los demás, que cumpla bien su servicio; el que enseña, dedíquese a la enseñanza’’ Romanos 12:7.

A mi me llamó mucho la atención este versículo, porque si yo soy consciente de que soy un servidor debo hacerlo bien, porque el que se va a llevar la gloria es el dueño de mi vida.

Si yo sirvo bien como maestro de escuela dominical, el niño y adolescente que forme con la ayuda de Dios, va a ser un buen discípulo.

También puedes leer: Maestros con pasión por aprender

En ocasiones sucede que, a veces no sabemos qué tenemos en nuestras manos.

Entonces comenzamos a subestimar lo que Dios nos ha dado ¡ay para qué soy maestro! ¡estos niños me tienen cansada/o!

Síguenos en Facebook Generación Pentecostal

Ser maestro es un ministerio.

Pero el día que no lo llaman entonces comienza a decir ¡por qué no me pusieron de maestro si soy el mejor! ¡no me tienen en cuenta!

Aprendamos a cuidar y a valorar el lugar que Dios nos ha entregado en el servicio, porque ni siquiera, merecemos eso, pero él nos ha hecho partícipe de esta gran oportunidad llamada: «Maestros’’.

Démonos cuenta que aquellos versos que se encuentran en 1 Timoteo 3:1-13 «Si alguno anhela obispado, buena obra desea’’.

Pero aquel, «…necesita ser irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero’’.

«o codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad…’’.

Aquí vemos una parte muy importante «apto para enseñar’’, y no solo se refiere a la capacidad humana, sino que, sus condiciones personales y espirituales sean las más adecuadas.

Todas las personas no son aptas para enseñar, cantar, predicar, si a usted lo colocan a cantar y no sabe, mejor dígale a su pastor en qué mejor área se desempeña.

Entonces cada quien, en la obra del Señor, se va ubicando en su sitio, yo no puedo estar buscando dónde me voy a ubicar.

Ya tu tienes una identidad sabes quién eres, debes pedir sabiduría del cielo para cada día mejorar el ministerio entregado por el Señor.

SUSCRÍBETE

Únete a más de 5.000 personas que ya reciben contenidos exclusivos.
Sólo ingresa tu correo electrónico en el campo de abajo y espera el correo de confirmación.

[wysija_form id=»1″]

Ser maestro es un ministerio.

Dios nos permite complementarnos con los demás servicios de la viña.

Porque qué tal el pie saliendo solo y sin pedirle permiso al cerebro, pero gracias a Dios que su iglesia es un cuerpo.

Como cuerpo del señor, tenemos un órgano que se llama maestros, y ellos deben ser conscientes que lo que tienen en sus manos es algo grande y hermoso, él nos constituyó.

Valora el lugar que Cristo te ha dado como maestro, el legado que dejas en cada niño marcará una pauta muy importante en su vida.

Por eso, pide sabiduría de Dios al momento de preparar una clase, de encontrarte con un niño difícil.

Que bonito sería que los niños en su adultez te recuerden por el amor y la sabiduría que le brindaste, y no por la ausencia de Dios en tu vida.

Recuerda maestro, haces parte del cuerpo de Cristo, trabajamos con los demás miembros para complementarnos y para cumplir el propósito con el cual el Señor no llamó.

Pastor: Julio Llinas

Artículo anteriorLa adaptabilidad de Dios
Artículo siguienteCuidar nuestra vida cristiana

Los comentarios están cerrados.