Un mensaje claro y preciso

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Un mensaje claro y preciso

El mensaje del capítulo 2 en adelante de Apocalipsis, es un mensaje directo a cada una de las siete iglesias del Asia.

El número siete en el Apocalipsis, es un número simbólico, un número que significa plenitud, que significa perfección.

Por lo tanto, esas siete iglesias en Asia, a quien el Señor mandó que se les escribiera, están representando también a la iglesia del Señor de todos los tiempos.

Ese mensaje que él le manda a cada una de ellas, es una palabra vigente, una palabra también para el presente.

Porque la palabra de Dios nunca pasa, vive y permanece para siempre.

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Lo primero que hace el Señor para hablarle a su iglesia, es presentarse e identificarse en varios aspectos y atributos de su plenitud.

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Dios no aparece hablando sin que ellos supieran quien era el que les hablaba.

Sino lo primero que hace es que se presenta para que su iglesia supiera que era el que les hablaba.

Y creo que es lo que Dios siempre hace, Jesucristo dijo:

“Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy vida eterna, y nadie las arrebatará de mi mano”.

A Dios le gusta que su pueblo le reconozca su voz, que cuando él hable sepamos que es él quien habla, que no seamos confundidos, que no escuchemos la voz de otro sino sólo la voz de él.

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Así que lo primero que él hace para hablar a su iglesia es presentarse, Dios siempre ha querido que su pueblo lo conozca.

Que sepamos cuando es que él nos habla, y que podamos distinguir su voz, que cuando nos hable cualquier otro, sepamos que no es él.

Formas como Dios se presenta:

  • “El que es, el que era y el que ha de venir”.
  • “El testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberanos de los reyes de la tierra”.
  • “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo lo verá”.
  • “Yo soy el principio y el fin, el todopoderoso”.

Cuando la iglesia oye todas esas expresiones, sabe de quién son, así iba encabezando cada mensaje a cada iglesia.

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Y Juan el apóstol lo vio en el espíritu, dice que Juan se refiere a que oyó una voz como de trompeta que le hablaba, Juan no se podía confundir quien era el que le estaba hablando, porque le habló clarísimo.

“Yo soy el primero y el último, soy el que vivo y estuve muerto, más he aquí que vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del hades”.

Entonces le dice “Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas”.

Luego se identifica también de esta manera “El misterio que has visto de las siete estrellas en mi diestra, y de los siete candeleros de oro”.

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“Las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias; y los siete candeleros que has visto son las siete iglesias”.

Más adelante dice “El que se pasea en medio de los siete candeleros de oro dice esto” y aquí afirma que tiene siete estrellas en su diestra.

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Está el Señor indicando que todos sus siervos que predican su palabra, que le sirven de corazón, están en su mano derecha, y los candeleros significan las iglesias, las congregaciones.

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Pero lo importante, y lo que agrada aquí en esta escritura, es cuando dice “El que se pasea en medio de los siete candeleros de oro”.

Así que creemos firmemente que Dios se pasea por su iglesia, es una realidad, ojalá todos seamos conscientes que su presencia está en medio de nosotros.

Pero cuando estamos desorientados, esperando a ver qué pasa, y si no somos conscientes de la presencia de Dios.

Es muy poco lo que podrá suceder en nuestras vidas, pero si somos conscientes, cosas grandes van a pasar.

Puedes ampliar más sobre este tema, si así lo deseas, viendo la siguiente enseñanza, sabremos que será de alimento espiritual para tu alma.

Pastor: Plutarco Torres

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