Una extraña sorpresa

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Una extraña sorpresa

En ocasiones leemos versos en la Biblia que aparentemente no dicen mucho, decimos aparentemente porque todo en la Biblia tiene una profundidad incalculable, pero en ocasiones vemos versículos y los pasamos por alto; el tema de hoy es: «Una extraña sorpresa» y partiremos de este verso.

“Después de él fue Samgar hijo de Anat, el cual mató a seiscientos hombres de los filisteos con una aguijada de bueyes; y él también salvó a Israel” Jueces 3:31.

Este verso anterior presenta una historia muy fascínate, se refiere a una persona que aparece en un tiempo de mucha necesidad, este hombre tal vez no era un referente del momento.

Su nombre era Samgar, que significa una extraña sorpresa, la vida de él solo está escrita en el versículo anteriormente escrito.

Samgar no pertenecía a la línea de los jueces, recordemos que esta época era muy complicada, el mundo entero y el pueblo se habían olvidado de Dios y de sus obras, dice la Biblia.

Pero sabemos que Dios levantaba jueces cuando el pueblo se humillaba y clamaba para que los librar de la mano de los enemigos.

Pero Samgar no estaba por ahí, su nombre no pertenece a nadie, es decir, que parece que es una extraña sorpresa.

Este Dios nuestro tiene esas extrañas sorpresas, que no tienen apellido y no tienen nombre.

Samgar estaba siempre detrás de los animales, no tenía un título, ni parecía un líder, nadie le conoce.

Él era de ese tipo de personas que pasa por desapercibida, que parece que no dan mucho, que no prometen mucho.

Samgar no había ido a estudiar para la guerra, nadie lo creía guerrero como esos hombres de renombre para la guerra que menciona la Biblia.

Él era una extraña sorpresa, y así es Dios, tiene en el mundo y en la iglesia sorpresas que aparecen en el momento en que más se necesitan.

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Tu que estas leyendo esto, puedes ser ese Samgar en las manos de Dios, ese que quizá nadie percibe, que no te creen con las capacidades pero que Dios puede usar enormemente, tú puedes ser una extraña sorpresa para muchos.

Sin necesidad de alguien que te impulse, ni que te apadrine para llevarte lejos, a los Samgares de esta generación los apadrina el Señor Jesucristo y no necesitan a nadie más.

Es Dios que va contigo si te dispones, aunque muchos duden y aunque muchos no crean, cuando Dios abre puertas y capacita, nada ni nadie detiene su obra.

Cuidémonos de equivocarnos al menospreciar a nuestros hermanos en la fe, cuidémonos de desanimar a los nuestros, el que menos creamos puede usar Dios para impactar nuestra vida y a muchas almas en el mundo.

Dios tiene una extraña sorpresa para quien se disponga y lo deje actuar.

No importa la edad, no importa tus estudios, no importa si pareces no atractivo para la misión, es Dios quien va contigo.

Pero debemos aprender hoy estos cuatro aspectos que tenía Samgar:

  • Guardarse en santidad para Dios: Samgar lo había hecho; al leer el contexto de los jueces podemos evidenciar que todos se habían olvidado de Dios, pero este hombre era un campesino que lejos en los montes tenía a Dios presente.

En medio de una generación donde muchos corren al pecado, algunos se salpican de él y muy pocos se guardan santamente, como Samgar.

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Ese es el atractivo mas grande de Samgar, él no se había contaminado con la época, con el pueblo, él se guardó.

Este hombre había tenido un encuentro especial con Dios y no se olvidaba de ello.

Seamos de esos que a pesar de como vive el mundo hoy, queramos guardarnos en santidad para nuestro Dios.

Seamos santo porque tenemos un Dios santo. Somos humanos y hemos fallado pero la Biblia dice:

“Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra” 2 Timoteo 2:21.

Gracias a Dios que hoy nos da la oportunidad de sr como ese Samgar, una extraña sorpresa.

  • Comenzó donde estaba: Samgar era un campesino que tenía unos animales y en su mano siempre tenía una quijada de bueyes, él no estaba pidiendo cargos de renombre, puestos altos en el pueblo, no quería esas cosas.

Muchos quieren y anhelan que Dios los use en lugares grandes, pero el hombre que quiere ser útil en Dios no pregunta el lugar.

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No pregunta, ni le interesa eso, sea una cárcel, un pueblo, una vereda, en la ciudad o en el monte, el va, porque sabe para quien hace su misión.

Debemos aceptar la voluntad de Dios.

Detengámonos un momento a pensar ¿Qué esta ocurriendo en donde estamos?, que está pasando a nuestro alrededor, en la escuela, en el trabajo en el barrio.

Porque Samgar aparte de guardarse en santidad, comenzó donde estaba.

Para hablar del evangelio no se necesita economía, ni tratados, ni folletos, se necesita un Dios grande y alguien que decida empezar donde está.

Ya tenemos ese Dios grande que nos da palabra, ahora esta en ti empezar donde estas.

No estas solo, tienes la presencia de este Dios que te está llamando para que seas una extraña sorpresa en él.

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  • Uso lo que tenía: Samgar tenía una aguijada de bueyes, esto es una vara como de tres metros de alto con una punta arriba que se usaban para ayudar a estimular a los animales para que trabajen.

También se usaba para trabajar la tierra, eso era lo único que tenía Samgar.

Eso significa que el hombre de Dios no tiene que envidiarle nada a nadie, Dios nos ha dado capacidades y elementos que podemos usar para servirle.

El hará con eso grande que te ha dado, pero debes creerlo.

Muchos menosprecian lo que Dios le da, olvidándose que tenerlo a él es suficiente, él es lo mas grande y poderoso, tenemos su Santo Espíritu.

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Usa lo que tienes que Dios hará algo grande.

  • Hizo lo que podía hacer: Samgar hizo lo que podía hacer, pero confiando en que Dios también haría lo que solo él puede hacer.

Cómo puede ser que un hombre, solo con lo que tenía en su mano mate 600 hombres, parece imposible peor recordemos que tenemos al mas grande guerrero de nuestro lado.

Él sabía que había una mano divina que le dio la gracia para hacer lo que hizo y salvar a Israel.

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Los extraños instrumentos que Dios nos da, son una extraña sorpresa que nos hace ganar la batalla.

No son nuestras capacidades, no son nuestros títulos, definitivamente no somos nosotros, es él.

El Espíritu Santo de Dios que esta en nosotros, nos lleva a pelear y ganar la batalla, no importa lo que sea, salimos en victoria.

Dios quiere hacer de ti una extraña sorpresa y usarte de manera extraordinaria.

Pero debes guardarte en santidad, comenzar donde estas, usar lo que tienes, y haz lo que puedes que Dios hará lo que solo él sabe hacer.

Pastor: Jeremías Velásquez

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