Expediente 4 caso Eliseo

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Expediente 4 caso Eliseo

¿Sabes cuál es el lugar que nos pertenece? Dios nos creó para que estemos en lugares celestiales, donde se sientan príncipes, así que no digamos que nuestra naturaleza es para andar derrotados. Hablaremos sobre Expediente 4 caso Eliseo.

La naturaleza de los hijos de Dios no es para andar en lugares terrenales.

Dios no nos creó para andar derrotados, él nos creó para que andemos de poder en poder, de victoria en victoria, no somos unos fracasados, Dios nos ha llamado para mostrarnos su gloria, su espesura.

Cuando se necesitaba sustituir al profeta Elías, Dios le dice: “Vas a ser quitado, y necesito que unjas a un hombre”.

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Expediente 4 caso Eliseo.

Elías era un hombre que cuando decía “Caiga fuego del cielo” Dios mandaba fuego del cielo, tenía un ministerio profético poderoso, un hombre al que Dios no dejaba caer su palabra.

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Para reemplazar a Elías no debería ser cualquiera, pero la instrucción se la dio Dios “Eliseo es el que te va a suceder, Eliseo es el que va a tener el ministerio que tú tienes”.

Elías iba caminando y lo vio.

Eliseo tenía una yunta de bueyes, dejó la yunta de bueyes y se fue tras Elías diciéndole: “Yo quiero servirte, déjame andar”.

Elías le responde con una expresión “¿Qué te he hecho yo? Vete a la casa de tus padres” es decir, no me molestes.

Nosotros con lo susceptibles que somos no aguantamos una expresión como esa, y siempre que el orgullo es herido.

Eso es como un mecanismo de defensa, siempre que nos atacan, crece algo en uno que se llama orgullo, y uno dice: “bueno, tú te lo pierdes”.

A Eliseo le dicen “vete”, pero cuando un hombre está ubicado, sabe cuál es la dirección para donde va.

Eliseo era consciente de que él era el que iba a tomar el manto y dijo “Ese manto es mío”.

Recordemos que el oro para ser refinado tiene que pasar por el fuego.

Hay situaciones que no las vamos a entender ahora, pero que más adelante las entenderemos, y sabremos que pasaron para nuestra formación.

Los que anhelamos cosas grandes, debemos aprender a tener las cosas grandes, debemos capacitarnos, procesarnos para aguantar el peso.

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Expediente 4 caso Eliseo.

Hay responsabilidades grandes, ministerios que necesitan tener procesamiento.

Dice la Biblia que Elías y Eliseo descendieron a Gilgal, la primera estación.

Imaginemos que Elías y Eliseo iban en estaciones, Gilgal, el lugar de las experiencias, el lugar del llamado.

La Biblia dice que fue en Gilgal donde Jacob tuvo un llamado, en ese lugar Elías quedaba en silencio.

¿Iríamos detrás de un hombre que no quiere andar con nosotros?

Sería como masoquismo, pero Eliseo si quería algo; y descendieron a Betel, el lugar donde Jacob vio la escalera, el lugar de experiencias.

Pero en Betel aparecen una clase de personas que siempre aparecerán en nuestro ministerio, en nuestro liderazgo, en nuestra vida cristiana.

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¿Cómo se llaman?

A veces las críticas no las recibimos de los de afuera, sino de los de adentro.

Muchas veces las flechas no vienen de nuestros enemigos, sino de quienes están más cerca de nosotros.

Pero esa clase de personas Dios las usa para formar nuestro carácter como cristiano, como líder, como ministro, Dios las usa para que aprendamos.

Los hijos de profetas le dijeron a Eliseo “No sabes que va a ser quitado tu señor, ya se te va a acabar la chaqueta, quién te las tiras Eliseo”.

Pero Eliseo dice “Yo sé que él se va, pero cállense”.

La Biblia dice que después descendieron a un lugar llamado Jericó, y viene Elías y le dice “Vete a tu casa” una vez más un desprecio “vete a tus padres, ya no andes más conmigo”.

Pero Eliseo le dice: “Vive Jehová, vive tu alma que no te dejaré”.

Cuando queremos cosas grandes en Dios, y deseamos tener la bendición de Dios sobre nuestra vida.

Tenemos que pasar momentos duros, tenemos que pasar momentos en que las lágrimas no las podemos contener.

«Descendieron, pues, a un lugar llamado Jordán», Jordán significa gloria de Dios, pero en el Jordán Elías vuelve a decir:

“¿Qué tengo yo contigo? Vete, déjame en paz” y vuelve Eliseo insistente “vive Jehová, vive tu alma que no te dejaré”.

Y nuevamente estaban los hijos de profetas criticando, tirando lanzas, pero Dios cuando quiere darle algo a alguien o cuando pone su mirada sobre alguien, él pasa por encima de lo que sea o de quien sea.

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Y aquí es donde en el paso del Jordán Elías toma un manto, y golpea las aguas, y la Biblia dice que pasaron los dos en seco, pero aquí se vuelve a cerrar el Jordán.

¿Saben quién quedó del otro lado del Jordán?

Los hijos de los profetas no pudieron pasar, porque los hombres de Dios atraviesan dimensiones, Dios les enseña un poquito más.

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Y pasaron los dos.

Dios nos ha escogido para hacer cosas extraordinarias en nuestro entorno.

Y le dice Elías “si tú me vieres cuando me quiten de aquí, recibirás lo que pides” y ¿Qué pedía Eliseo? Una doble porción del Espíritu que tenía Elías.

Es decir, “Si tú tenías un ministerio que hacía caer fuego del cielo, yo quiero el doble”
Elías decía “no tienes que espabilar, tienes que estar pendiente”.

No espabilemos, hay que ministrar y pedir con ambición, y nuestro ministerio será diferente.

Y dice la Biblia que de un momento a otro el cielo se abrió, y un carro de fuegos se llevó al profeta Elías, pero Eliseo decía: “Padre mío, gente de a caballos, carros de fuego, que gloria tan grande”.

Nuestra petición debe ser siempre: Que no falte su gloria en nuestra vida

Cuando nos atrevemos a meternos en la puerta que Dios quiere para nuestra vida.

Cuando nos atrevemos a entrar a la dimensión espiritual de Dios, él comienza a mostrarnos milagros, prodigios, cosas que son exclusivas para nosotros.

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Pastor: Carlos Pérez

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