Vivir en familia pero vivir bien

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Vivir en familia pero vivir bien

El hombre fue diseñado por Dios para vivir bien, pero debemos aprender a convivir como familia, cada miembro debe aportar un poco para que podamos vivir en armonía. Hablaremos sobre el tema: «Vivir en familia pero vivir bien».

Para vivir en armonía, unidad, en comunión unos con otros, es bueno tener en cuenta la tarea que hoy tenemos nosotros.

No es solamente que nos entregamos al Señor y que él haga todo, es que haya luz, que haya entendimiento a lo que hemos sido convocados.

A lo que el Señor nos ha invitado, formar familia, esto es aprendido.

Nosotros normalmente caracterizamos 3 tipos de familias:

  • La familia genética

Nos define por ese grado de consanguinidad, por los cromosomas de papá y mamá, por esos genes que arman ese mapa genético del cual pertenecemos a una familia.

Esos vínculos están bien definidos, no hay que agregarle más, todo está allí escrito, el ADN revela de dónde y de qué familia es.

  • Familia emocional-psicológica

Este tipo de familia se construye, no existe hasta que nosotros no la construyamos, pero así como se construye.

Se destruye, también se acaba, se rompe, se desvincula, somos familia por la emocionalidad.

Este tipo de familia es construida por una cercanía duradera y agradable.

Luego que nosotros tenemos conciencia, que tenemos cómo decidir.

Después que Dios ha impactado nuestros corazones con su palabra, entendemos todo.

“A los que creen en su nombre, a los que les recibieron, les da potestad der llamados hijos de Dios”.

Entonces venimos a nacer de nuevo y a constituirnos, a ser miembros de la familia de la fe, la familia de Dios.

  • La familia de Dios

Igual también hay que cuidarla y también se construye, la Biblia habla de la unidad del cuerpo, del espíritu, de la fe, que tiene que ver mucho con la correspondencia de cada uno.

Es decir, cómo correspondemos a esas ofertas de Dios, para que podamos crecer y todos lleguemos a esa unidad hasta la estatura nivel que él nos quiere llevar a cada uno.

Es un reto que nosotros tenemos, ser familia, el tipo de familia que nosotros queremos no lo define solo la genética, se necesita ese otro ingrediente, el emocional.

Esto define los adjetivos o los calificativos de esta familia y quiénes son, cómo son.

El estilo de vida de cada familia, familia que se supone deben vivir juntos, en comunión y en armonía.

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Cuando nos referimos a vivir en armonía, es tener bienestar, viven bien, se ven bien, crecen bien.

Armonía es sinónimo de deleite, ese hogar debe ser agradable, esa cercanía que no molesta, que inspira.

No es fácil, que las familias se mantengan ante los desafíos, pero la armonía hace que se sostenga y Dios envía bendición y vida eterna.

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Las familias están organizadas, son puestos que ocupa cada miembro de esa organización, es una tarea nuestra.

Porque después que el pecado entró al hombre, la Biblia dice que pasó a todos los hombres.

Por lo tanto, la maldad está ligada, los designios del corazón del hombre son de continuo a el mal.

Estamos atacando lo des armónico, lo desatinado, lo atacamos porque las familias están siendo disparadas por ese tipo de dinámica que golpea al que viene abriendo sus ojos.

Pero como ese movimiento de cada familia es tan brusco, violento, porque se han aprendido cosas.

Porque hay conductas que están ancladas en el corazón de los abuelos, esas conductas tienden a mantenerse.

Por ende, genera la segregación de las familias.

Entonces el llamado es “Mirad, cuan bueno es habitar los hermanos juntos y en armonía”.

Es que es una necesidad de bienestar, las familias en el Señor tenemos una gran bendición del auxilio de Dios.

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Las personas que no tienen la luz del evangelio no ven igual, por eso es que nos entregamos al evangelio, porque al llegar se nos ilumina el entendimiento.

Lo que hace estar juntos a las familias es la armonía, en una familia todos tienen que actuar hacia el objetivo, porque este el encargo de nuestro Dios.

Si nosotros participamos en cada una de nuestras funciones y dentro de las funciones, esto es hallar el equilibrio que es la armonía.

Cuando no somos conscientes de qué es lo que perseguimos, aparece cualquier miembro de la familia generando movimientos bruscos y perturba la estructura familiar.

Y esta persona necesita entender, reflexionar y Dios dice: “Reflexiona pues hoy en tu corazón”, la reflexión es el único medio que favorece los cambios.

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Cuando se usa la fuerza que no baja la ira, sino que la hace subir el furor, se observan restricciones de espacios, no hay voz, hay niños invisibilizados y son actos que no invitan a la reflexión.

Por lo tanto, no habrá cambios y esa familia seguirá de mal en peor, los seres humanos reflexionamos.

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Las familias se construyen a voluntad, tanto el pequeño que ya entiende y asume su rol desde su capacidad mental, hasta el más viejo.

Qué bonito es que las parejas quieran estar juntas, buscamos tener presencia, vivir en armonía es tener presencia, el ser pareja reconoce que es una sociedad conyugal y que los dos estén para que sean uno.

Hay familias que le dan vida de humanos a los perros, hay que tratarlos como tal, no hay que exceder el alto concepto con los animales, hay que ser justos ni más, ni menos, justos.

Esto se presta para problemas y no armoniza la relación, porque tienden a tratar mejor a la mascota que a la pareja y hay que tratar al perro como perro, no más, como es, un trato digno, pero como tal como es.

Nosotros no nos mantiene unidos solo la comida, el vestido, importancia es porque estemos juntos y en armonía, viviendo en familia, pero bien.

Por: Elkin Torres

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