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Cuál es el propósito de Dios en mí

Cuál es el propósito de Dios en mí

Muchas veces nos preguntamos qué cosas queremos hacer en nuestra vida o que propósitos tenemos en un futuro. Hablaremos sobre el tema: Cuál es el el propósito de Dios en mí».

Pero muy pocas veces nos preguntamos cual es el propósito que tiene Dios en nuestras vidas, ¿Cuál es el propósito de Dios en mí?

Es una pregunta que muy pocas veces cruza nuestra mente, pero a la cual debemos darle la importancia que merece, si en verdad pensamos como hijos de Dios.

Es muy importante que nos detengamos a pensar y nos hagamos esta pregunta ¿Cuál es el propósito de Dios en mí?

Muchas veces queremos alcanzar muchas metas, con nuestros estudios, con nuestros trabajos, también económicamente.

Pero ¿Es este el propósito de Dios en mí?, ¿Es esto lo que Dios quiere para mi vida?, ¿Es aquí donde él quiere que le sirva?

Puede que sean muchas preguntas y tal vez, tampoco sepamos o tengamos muy clara la respuesta a cada una de ellas.

Pero hay algo muy seguro en todo esto, y es que así como Dios es perfecto en todo, sus propósitos en cada uno de nosotros también lo son.

Hay una historia muy bella en la Biblia, y esta nos sirve de claro ejemplo con el tema que estamos tratando.

Dios tenía un propósito muy especial y muy específico con su siervo José, y este propósito era el de la sobrevivencia de su pueblo Israel.

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José fue vendido por sus hermanos mayores siendo él aún muy joven y tuvo que pasar por muchas pruebas en tierra de Egipto a donde fue vendido.

Sin embargo, a pesar de tantas luchas y dolor que padeció, Dios siempre estuvo a su lado y lo respaldó grandemente al punto de convertirlo en el segundo al mando en Egipto.

José desde muy joven siempre se hizo esta pregunta ¿Cuál es el propósito de Dios en mí?, su padre Jacob siempre supo cómo instruirlo.

Es por esta razón que José siempre dirigía sus acciones en pro de este pensamiento.

Luego que logro ocupar el lugar que Dios tenía preparado para él en tierra de Egipto, se presentó la situación para la cual Dios lo había llevado allá.

Es en este momento cuando se presenta una gran hambre en la tierra y sus hermanos se ven obligados a ir a comprar alimentos a José.

Es ahí donde este les revela la gran verdad de todo lo acontecido.

“No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos.

No quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus hermanos, entonces se dio a llorar a gritos; y oyeron los egipcios, y oyó también la casa de Faraón.

Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él”. Génesis 45:1-3.

Tal vez, sus hermanos atónitos no sabían en que pesar, pero se encontraban con una realidad que les mostraba como Dios podía hacer tanto con el más pequeño de ellos.

La manera en como Dios podía obrar en aquel a quien ellos tanto menospreciaban.

Pero entendiendo José cual es el propósito que Dios tenía en él, estas fueron sus palabras.

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“Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto.

Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros”. Génesis 45:4-5.

José con el pasar de los años en una tierra desconocida, aun pasando por momentos muy duros, por situaciones muy difíciles, supo cómo entender todo esto.

Supo cómo manejar estas situaciones, ¿Cuál es el propósito de Dios en mí?, tal vez fue una pregunta que se hizo muchísimas veces.

Pero con el pasar del tiempo Dios supo darle el entendimiento para que él pudiese entender las grandes cosas que haría con su vida.

Y a las muchas naciones que se verían beneficiadas junto con Israel en este propósito.

Como se mencionaba anteriormente, nuestros propósitos siempre están muy delimitados a las cosas que anhelamos.

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Esas cosas por lo general son materiales como lo son; casas, carros, una familia, un negocio exitoso.

Por otro lado hay quienes como propósito en la vida solo planean ser felices, ser libres, vivir la vida sin ningún afán ni apuro.

Pero hay algo más por encima de todas esas cosas, nuestro Dios siempre está por encima de todo ello.

Es por eso que como cristianos siempre debemos hacernos esta gran pregunta ¿Cuál es el propósito de Dios en mí?

¿Qué es lo que Dios quiere para mi vida?, ¿Hacia dónde va dirigida?, pero la respuesta a estas interrogantes solo las encontramos cuando doblamos nuestras rodillas.

Cuando de verdad ponemos nuestras vidas a disposición de Dios, cuando dejamos que él sea quien tome el control.

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Es justo en ese momento que nuestra vida tiene un verdadero rumbo, un verdadero sentido, un verdadero propósito.

José fue el hijo consentido de Jacob, siempre fue el hijo mimado, y se puede argumentar que esta fue una de las razones por la cual sus hermanos le tenían envidia.

O por la cual también decidieron venderlo como esclavo, pero nosotros también somos hijos consentidos de Dios, el a diario nos provee de todo lo que necesitamos.

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Cuál es el propósito de Dios en mí.

En todo momento nos guarda, nos cuida, nos guía. Razones sobran para que queramos poner nuestras vidas a disposición de Dios.

Razones hay muchas para que nos preguntemos ¿Cuál es el propósito de Dios en mí?, ¿Qué es lo que Dios quiere con mi vida?

A José se le fue dado un vestido, una túnica de colores, pero esto no era nada casual, si indagamos un poco nos daremos cuenta que estas vestiduras eran atribuida a la realeza.

Y aunque José la vestía con mucho orgullo, él sabía que el significado de que él fuese a gobernar no era en su casa, sino que Dios tenía un propósito distinto con él.

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De igual manera sucede en nuestras vidas, nosotros tenemos unas vestiduras reales las cuales debemos cuidar con mucha dedicación.

Las cuales debemos proteger en todo momento, de no mancharlas, de no arrugarlas, de mantenerlas limpias en todo tiempo.

Y velando que por nuestras acciones no interrumpamos ese propósito que Dios tiene en nuestras vidas.

Pongamos nuestras vidas en las manos de Dios el cual es dueño de un propósito perfecto, y de seguro que nuestra vida también lo será así.

Por: Hernán Gutiérrez

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