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Los polluelos del águila dorada

A quién se parecen los polluelos del águila dorada

El texto sagrado expresa: “Se remonta el águila por tu mandamiento, y pone en alto su nido. Ella habita y mora en la peña, en la cumbre del peñasco y de la roca”. Job 39:27-28. Hoy desarrollaremos el tema «Los polluelos del águila dorada». Textos: Job 39:27-28; Deuteronomio 32:11; Proverbios 23:5.

El águila es un animal de rapiña, y por ende, confecciona su nido en las partes más altas de los árboles, en las hendijas de gran peñascos, en rocas de difícil acceso.

Entre el mundo de los animales terrestres, acuáticos y volátiles siempre existe un rey:

  • Los animales terrestres tienen como rey el “león”
  • Los animales acuáticos poseen como rey la “ballena”
  • Entre los volátiles tienen como rey al “águila”

En el texto citado al principio encontramos en mención el “águila”, que se destaca entre los animales volátiles y que a su vez, es respetado por sus múltiples características tipológicas.

Que reflexionándolas en uniforme pueden ser aplicadas a la vida cristiana como algo típico, llegaremos a la conclusión, que preexistiríamos en ser unos cristianos destacados de entre el mundo religioso, subrayados “como hijos de Dios”.

Según el libro de Deuteronomio el águila excita, estimula su nidada. Hay que tener en cuenta, que entre las variedades de clases de águilas.

Existen dos clases que se destacan de las demás, por su homogeneidad en cuanto a la formación de su nido, las cuales son:

  • El águila dorada
  • El águila calva

Cuyos nidos son muy extensos y profundos, los cuales pueden medir varios metros al cuadro y hasta tres de fondo.

El nido más desarrollado que se ha encontrado, según el sitio web, ha alcanzado hasta 6 metros de cima y un poco más de 3 metros de intensidad.

Este género de rapiña se caracteriza de su especie porque se apareja con su compañero para toda su vida, y al cambio de polluelos construye un nuevo nido.

En esta lección hablaremos del “águila dorada”. Esta clase de águila, no puede invadir nidos que hayan cimentado otras águilas anteriormente.

Su misión es crear nido a su gusto, hasta el punto de estar segura que sus polluelos disfruten de una protección tangible, un cuidado único de una alimentación amena.

Esta clase de águila, hace su nido en las partes más altas de las montañas; ya que a su vez, su ambiente favorito es andar en las alturas.

Las alturas le son sus delicias, por ello, edifica su nido en zonas seguras y remontadas en donde sus enemigos no pueden tener acceso.

Además de ello, al saltar de su nidada al vacío, puede tomar elevación en su vuelo con facilidad oportuna.

Si estas características se la aplicáramos al creyente, sería algo trascendental porque la ideología del cristiano es no buscar refugiarse en las cosas bajas del mundo.

Sino que su refugio está en la peña más alta, que es Cristo Jesús. Colosenses 3:1-3

El cristiano verdadero vive escondido en Jesucristo, y su refugio está en los lugares celestiales.

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Porque se ha alejado de las ofertas bajas del mundo, y ha elaborado su habitación en el conocimiento del evangelio donde se encuentran las promesas divinas, predichas por la teología Paulina en:

Colosenses 3:1-4 “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria”

La escatología predicha por el profeta Ezequiel presenta un cuadro sinóptico en el capítulo 47:3-9, que no es otra cosa sino la aplicabilidad de la vida cristiana.

Porque el hombre que ha sido redimido por Cristo tiene que profundizarse en Dios, buscando siempre la corriente que procede de arriba, no la que viene del mundo.

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El Señor Jesucristo le dijo a la mujer samaritana, “Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; más el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente que salte para vida eterna”.

El mismo Señor Jesucristo en el templo, les dijo a sus asistentes: “El que cree en mí, como dice la escritura, de su interior correrán Ríos de agua viva”.

El hombre de Dios que ha sido aprehendido por el sacrificio del Señor Jesucristo es una persona que ha alcanzado la altura, la prosperidad que no es otra cosa que el río de agua viva.

El cual, hay que pasarlo a los tobillos, a la rodillas, a los lomos, y lanzarse al nado donde las pericias humanas desaparecen y queda la dirección del altísimo Dios.

Quien a su vez, es el Señor Jesucristo.

Comenté al principio, que las especies de las águilas doradas, cuyos nidos son muy extensos y profundos, sus polluelos se encuentran seguros, cómodos por la grandeza de sus habitaciones.

Donde el alimento es constantemente, fresco y abundante, debido a la pericia de sus padres.

Hay que tener pendiente que éstos animales son monógamos, se aparean con un solo cónyuge para toda la vida en su habitación, no permite compañerismo con ninguna otra águila.

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Si analizamos estas tipologías particulares, me lleva a los símiles encontrados en:

Deuteronomio 32:11. “Como el Águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas, Jehová sólo le guió y con él no hubo Dios extraño”.

En este texto personifica a Jehová con su pueblo Israel, con las figuras reflejadas en las pericias de esta especie de águila.

Es decir que, este texto es una paradoja singular de lo que, Jehová hace a favor de su pueblo.

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Israel son sus polluelos y la tierra prometida es su nido, hasta partir de la llegada de Jesús en Cesárea de Filipo.

Que es la división teológica donde Israel tenía que salir de su nido, como nación la cual se llevó a cabo en el año setenta d. C.

A la llegada de Jesús en Cesarea de Filipo, su ministerio se dividió en dos fracciones:

Primero: Antes de llegar a Cesarea, era conocido totalmente humano, es decir acreditado:

“Como Judío; el profeta que habló Moisés; el Cristo que habría de venir; el Mesías prometido; el hijo del carpintero; Juan el bautista resucitado o como algunos de los profetas de antes”.

Segundo: Desde Cesarea en adelante cambió el parecer de la gente, fue reconocido como el hijo de Dios.

La revelación en Filipo tuvo su objetivo primordial y era revelar que “Jesús el Cristo también era y es divino”.

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Quien a su vez, era hijo del Dios altísimo, lo que se conoce en teología, como “Cristología” es decir, Dios manifestándose en carne o Dios visitando la creación antropológica a través de ella misma; aunque sus salidas son desde la eternidad.

Esta revelación en Cesárea tuvo su aclaración y promesa cognitiva, donde Dios elevaría su nuevo nido llamase la “iglesia”.

San Mateo 16:18 “Sobre esta roca edificare mi iglesia y las puertas del infierno no prevalecerá contra ella”.

En teología es obvio, que esta roca no se trataba de San Pedro, sino de la revelación, que el Señor Jesucristo no era solamente humano, “sino divino”.

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Lo que se conoce en Cristología ciento por ciento humano y ciento por ciento divino.

Por ello, lo vemos en el Apocalipsis en medio de los siete candeleros de oro, que son una figura de la iglesia edificada sobre la roca, la cual se habló en Filipo.

Todo este comentario encierra que el águila con todas sus características exclusivas era una figura del plan de Dios que se iría a ser revelado en los tiempos futuros.

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Los polluelos del águila dorada.

Los cuales lo veíamos primeramente en Israel y posteriormente, lo vemos en la iglesia; en otras palabras: La iglesia es el nido de Dios para estos últimos tiempos, cuyos polluelos son los creyentes en Cristo.

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Recuerde que estamos desarrollando el tema: «Los polluelos del águila dorada»

La iglesia se ha construido como un nido tan grande, que cabemos todos desde el día de pentecostés hasta el último bautizado en el “Nombre del Señor Jesucristo».

Este nido conocido como la “iglesia del Señor”, tiene suficiente seguridad que las fuerzas del mal no lograrán destruirlo.

Porque está fundada sobre la roca inconmovible que es su nombre, cuyo principio es desde la eternidad y se eleva hasta la eternidad.

La iglesia es una comunidad donde Dios se deja sentir, tiene buena protección, buen alimento, buena asistencia de su presencia: «He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».

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Dios no tiene dos, ni tres iglesias, solo tiene una, predicha en cesárea de Filipo: «Sobre esta roca edificaré mi iglesia”.

Amigo lector, si quieres pertenecer a esta iglesia, las puertas están abiertas, hazlo pronto y tendrás la visita y la seguridad permanente del águila figurado, que no es otro, sino el Señor Jesucristo.

Esperamos que este tema «Los polluelos del águila dorada», haya sido de edificación y bendición para tu vida.

Copyright y engrosado por el pastor
York Anthony Shalom
Licenciado en Sagrada Teología
Magister en Divinidades Teológicas
Jorgesalomserpa@hotmail.com

Por: York Anthony Shalom

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