Cuidado joven, ¡No juegues con ellas!
En el mundo es normal ver como los hombres juegan con los sentimientos de las mujeres. Buscan enamorarlas para robarles su inocencia y luego cambiarlas por otra, alimentando su ego de macho y llenando sus estantes imaginarios de trofeos; cuidado joven, ¡No juegues con ellas!
Pero hermanos tengan mucho cuidado, en la iglesia del Señor eso ¡NO SE HACE!.
Las señoritas de la iglesia son las hijas de Dios y su hermosura está basada en la gracia que Jesús les ha dado.
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Jugar con ellas te llevaría a tener un problema directamente con Dios y «dura cosa es caer en manos del Dios vivo».
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Respeta las hermanas de la iglesia, vela por su integridad y ayúdalas a perseverar, no las mires como ingenuas y desamparadas porque ellas tienen quien las defienda Jesús.
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Cuidado con las niñas de los ojos del Señor, El murió por ellas.
«Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar» Mateo 18:6.
Por: Eduardo Cuadros
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