El Espíritu Santo es la obra cumbre de la gracia de Dios

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El Espíritu Santo es la obra cumbre de la gracia de Dios

Prescindir del Espíritu Santo significa la muerte espiritual y es la obra cumbre de la gracia de Dios para su iglesia.

Vivir sin el Espíritu Santo, seria conformarnos con los formalismos religiosos que hoy pululan en el mundo.

Buscando e inventando cosas, teniendo a la gente entretenida en una y otra cosa.

El Espíritu Santo nos permite hablar en lenguas, desarrolla ministerios y todo eso.

Pero debemos entender que nosotros tenemos es Espíritu Santo en nuestra vida, es por la gracia de Dios.

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Diferencia entre la ley y la gracia

Hay algunos que quieren judaizar, porque no han entendido lo que es la gracia de Dios, pero la gracia trae consigo la presencia de Dios mismo por su Espíritu Santo en nosotros.

El apóstol Juan hace un paralelo entre la ley y la gracia y dice «La ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo».

¿Qué es lo que difiere entre la ley y la gracia?

Nosotros miramos la ley con una inflexibilidad tremenda, porque es que la ley exigía al hombre, pero el hombre no cumplía.

Ahora, ¿Por qué no cumplía? Porque la ley, aunque señalaba el pecado, señalaba la maldad y le decía cuál era el camino correcto.

No le daba la capacidad, ni le daba las herramientas para vivir por el camino correcto.

Por eso ninguno pudo cumplir la ley, el único que cumplió la ley fue Cristo.

En una ocasión Cristo le reprocha a los escribas y a los fariseos y les dice:

«Ustedes les ponen unas cargas a los hombres que ni siquiera ustedes con un dedo las tocan» lo que quiere decir que ningún hombre cumplió la ley.

Entendamos, la ley no le daba las herramientas ni la capacidad al hombre para cumplir las exigencias de la ley, por cuanto era débil por la carne, la carne es débil y sigue siendo débil.

La gracia trae consigo a Dios morando en nosotros, para sernos participante de su naturaleza divina.

Porque nosotros somos participantes de su naturaleza divina por su Espíritu Santo, o sea, que parte de Dios, está en nosotros.

Lo que es Dios en su Espíritu está en nosotros, esta operación del Espíritu Santo comenzó el día de pentecostés con ciento veinte.

Pero a veces pensamos que vino esa vez, y cada vez que alguien lo recibe fue porque vino y bajó otra vez.

El Espíritu Santo vino para quedarse y está en su iglesia, todo lo que vemos y vivimos es la influencia de él.

Te recomendamos leer: La actividad del Espíritu Santo

De pronto vemos que en algunos se evidencia más que en otros y hasta decimos: «Uy, aquel hermano está como más metido que nosotros», «aquel hermano si se le ve que aflora la presencia de Dios» y eso es verdad.

Eso nosotros no lo podemos desconocer, pero el asunto de la evidencia del Espíritu Santo, la mostramos cuando queremos mostrarla.

Porque tenemos que mostrar a Cristo a través de mi vida, o sea, si tenemos parte de Dios en nuestra vida, la gente va a mirar a Dios a través de nosotros.

Hay algunos que dicen «No me mire a mí, mire a Cristo que él si es santo y perfecto» a veces lo tomamos como un pretexto para hacer lo malo.

Pero ¿Cómo va a ver la gente a Dios, sino a través de nosotros?

El apóstol Pablo dice, que nosotros somos cartas conocidas por todos los hombres, o sea que la gente tiene que mirar a Cristo a través de todos nosotros.

Nosotros debemos hacernos participantes de su naturaleza divina, eso es el Espíritu Santo; por eso, también se le llama Espíritu de gracia.

¿Qué significa eso?

Eso significa, la influencia de Dios gobernando con sus leyes desde adentro, para poder cumplir la ley de la gracia.

El Espíritu Santo es la influencia de Dios gobernando desde adentro.

Por eso no estamos de acuerdo que el pastor ande por ahí atisbando por allá a ver quién es el que se comporta bien o quién es el que se comporta mal, a ver dónde se mete el hermano o a ver dónde no se mete.

Nosotros tenemos un vigilante y es celoso, ese vigilante es el Espíritu Santo y cuando hacemos algo malo él se contrista, porque hay algo dentro de nosotros que nos aguijonea.

Tener el Espíritu Santo en medio de la iglesia es una ventaja muy grande.

Por ahí hay muchas corrientes, diciendo que no se necesita el Espíritu Santo en esta época.

La gente acostumbrada al Internet, a las influencias externas, a la forma, pero de no ser por la presencia del Espíritu Santo, esta iglesia se muere.

Pero esta iglesia tiene vida porque el Espíritu Santo la alimenta, la nutre, es el que incorpora, atrae, es el que da el crecimiento, es el que santifica.

Te invitamos a que amplíes más sobre el tema, viendo la siguiente enseñanza.

Pastor: Ciro Calderón

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