La familia que Dios quiere que seamos

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La familia que Dios quiere que seamos

Los seres humanos casi siempre reclamamos derechos. Hablaremos sobre el tema: «La familia que Dios quiere que seamos».

En Colombia es muy normal observar diferentes grupos que reclaman derechos, lo más preocupante de todo no es que reclamen sus derechos.

Sino que uno no alcance a entender que mis derechos llegan hasta donde yo cumplo con mis deberes.

En la vida todo tiene que ver con «yo recibo, si yo doy». A la mayoría de los seres humanos nos gusta es que nos den y no dar.

Dios muestra claramente que si el hombre quiere algo, debe dar algo.

En la vida los cristianos deben aprender a entender que no es justo recibir sin dar, reclamar derechos sin cumplir deberes.

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Hoy tenemos una problemática en la familia y está relacionada con nuestros hijos, ellos siempre reclaman derechos, pero para eso tienen que cumplir con sus deberes.

Los niños tienen derecho a tener una familia y esto es fundamental en el desarrollo de los niños.

Sin familia no hay sociedad, no hay iglesia, no hay posibilidad de cumplir los objetivos para los cuales el hombre fue creado.

Los hijos tienen derecho a tener un nombre. No es correcto cuando a los hijos se les pone apodos e incluso algunos son desagradables y en vez de producir alguna motivación, producen tristeza.

Nuestros hijos tienen derecho al alimento porque el alimento es necesario para la existencia, nunca los castigue por comida.

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Tienen derecho a la educación, nunca le niegue la educación en la medida de las posibilidades que usted pueda brindarle la educación.

Los hijos tienen derecho a estar bajo un techo, busquen por todos los medios que eso se de, así sea humilde.

Los derechos no se mendigan, se reclaman aquí y en cualquier parte.

Tienen derecho a la salud; hay niños que están enfermos e incluso desnutridos y los padres no hacen nada por ellos, esperan que el hijo pierda la esperanza para poder diligenciar.

En la familia cristiana lo hijos tienen derecho a la salud y cuando su hijo se queje, escúchelo y si es menor de 5 años con mayor razón.

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Tienen derecho a ser amados, merece respeto así como lo merece el acalde, el pastor, el funcionario público, es una persona e incluso su manera de pensar merece respeto.

En la iglesia no deben de existir enemigos. Existe gente que piensa diferente y las diferencias no pueden llevar a alguien a constituirse enemigo, más bien a buscar un punto de equilibrio donde podamos enriquecernos y aportarnos unos a otros.

Su niño merece tener un buen trato y hay gente que es vulgar, agresiva.

Usted tiene un privilegio de tener hijos, así que dele un buen trato a su hijo, hágalo sentir importante.

Nunca mire a su hijo con desprecio, eso no es la filosofía cristológica, hágale ver todo lo bueno y bonito, con amor hágale ver el error.

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Su hijo tiene derecho a ser escuchado, muchas veces sus hijos quieren hablar y no son escuchados.

Hay muchas cosas que se hubiesen podido evitar si los padres de familia hubieran respetado ese derecho de los hijos de ser escuchados.

Su hijo tiene derecho al vestido, tienen derecho a escogerla, no pretenda usted que su hijo se coloque exclusivamente lo que usted quiere, teniendo en cuenta que la prenda de vestir que se ajuste a los valores cristianos.

Tiene derecho a ser protegido, debe usted proteger a su hijo de todos los que quieran maltratar a su hijo.

Respetémosle los derechos a nuestros hijos porque a final de todo, a nosotros no nos gustaría que nos violaran nuestros derechos.

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Pero nuestros hijos tienen unos deberes que casi siempre no se cumplen.

Nadie tiene más importancia en su hogar que sus padres, cuando usted obedece a sus padres no están haciendo algo extraordinario, está haciendo apenas lo justo.

Si usted quiere que se le respeten sus derechos, lo menos que usted debe hacer es cumplir con sus deberes.

Un deber suyo es obedecer a sus padres, honra a tu padre y a tu madre.

Obedecer es una cosa y honrar es otra. Usted como hijo ha tenido muchos beneficios de sus padres, ellos han sacrificado muchas cosas para que tú seas la persona que hoy eres.

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Cuando recibe su sueldo ¿Por qué no comparte con sus padres? Eso es parte del reconocimiento.

“Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra” Efesios 6:2-3.

Gracias a Dios por nuestros padres, más allá de que se hayan comportado bien o no tan bien.

Busquemos que en nuestra familia Dios sea el centro, que exista la palabra amor, compresión, respeto, tolerancia.

Busquemos que el mundo entero se dé cuenta que las familias cristianas son diferentes porque somos hijos de Dios.

Pastor: Carlos Hoyos

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