Dios es quien llama al hombre

4062

Dios es quien llama al hombre

Cuando Dios tiene un propósito con alguien, él mismo lo capacita y lo dota de cualidades, porque Dios es quien llama al hombre, tanto para ser salvo como para que le sirva.

La iglesia a través de los tiempos ha pasado por muchas dificultades, pero nunca hemos estado solos, siempre hemos tenido a quien clamar.

Dios siempre ha tenido cuidado de su pueblo y jamás dejará un hijo desamparado ni su descendencia que mendigue pan, Dios así sea en el último momento suple la necesidad de nosotros.

A veces vemos que no hay esperanza, que no hay salida, en el momento donde hay dolor y tristeza, aparece el Dios grande y poderoso en nuestro rescate, porque Dios nunca deja de ser fiel.

SUSCRÍBETE

Únete a más de 5.000 personas que ya reciben contenidos exclusivos.
Sólo ingresa tu correo electrónico en el campo de abajo y espera el correo de confirmación.

[wysija_form id=»1″]

La duda es una de las cosas que atemoriza al cristiano y en momentos donde vemos la situación un poco dura, nos entra la incertidumbre y se apodera de nosotros la duda.

Vea también: Un llamado en tiempo de crisis

Hasta el punto que dejamos de creerle y de confiar en Dios, quien es el único que nos ayudará en ese momento tan difícil.

Hay gente que puede servirle a Dios y no quiere, pero hay otra gente que quiere y no puede.

Dios en nosotros inicia la obra y la va perfeccionando, no importa lo pequeño e insignificante que seamos.

Dios lo que quiere es que nos dejemos usar por él, que seamos unos instrumentos útiles en sus manos.

Vea también: Atender el llamado de Dios

Si usted quiere que en la vida le vaya bien, hay que andar bien delante del Señor, ante todo hay que serle fiel, que de lo demás se encarga el Señor.

Síguenos en Facebook Generación Pentecostal

Recuerde cuando la dificultad llegue a su vida, no se olvide que usted tiene uno que tiene todo bajo control y que jamás lo dejará avergonzado.

Pastor: Jailson Navarro

«Te invitamos a que te suscribas a nuestro Canal de Youtube«

Artículo anteriorUn ministerio que no se ve
Artículo siguienteAsentados sobre la roca