A esta hora hemos llegado

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A esta hora hemos llegado

Hay mucha gente confundida y enredada, que no saben donde están, si son cristianos o no; peor aún hay gente en la iglesia que no saben si son salvos, no saben si en verdad se van a ir para el reino de los cielos, pero a esta hora hemos llegado.

Creemos que si estamos en la iglesia es porque hemos entendido que no estamos para calentar una silla, que no estamos para hacernos ver como gente que va a un culto.

Si estamos aquí es porque el Señor nos ha salvado.

Si nosotros analizamos, encontramos que en el caso del profeta Jeremías, había una situación difícil en el momento en que Dios lo llamó, el pueblo se había ido detrás de la idolatría y había abandonado los principios bíblicos y la adoración al verdadero Dios.

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¡Desviaron su visión y creencia en Dios!

Habían echado sobre si maldiciones que habían estado escritas desde la antigüedad, pero ellos no se habían dado cuenta en el momento, sino que estaban totalmente enceguecidos.

A pesar de todo esto, encontramos que Dios llamó a Jeremías en esa situación.

Aprovechó Dios el momento y lo trajo inmediatamente, siendo muy joven, lo llamó para cosas grandes y poderosas.

Pero encontramos también que este hombre pensó que estaba solo y se vio pequeño, se vio ignorante y muy niño.

Pero cuando uno piensa que está solo, que no podemos más, que no va a dar la talla, aparece Dios diciendo “Yo estoy contigo para ayudarte, para librarte y para defenderte”.

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Tengamos algo claro, nosotros no estamos solos, con nosotros y en nosotros está el poderoso gigante.

Así que Jeremías entendió que no estaba solo en el momento que Dios lo llamó, había una torre, una columna y una ciudad fortificada que pelearían contra él, pero no lo vencerían, él iba a salir en victoria delante de todos sus enemigos.

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Es cierto que en medio del mundo en el que vivimos entendemos que el Señor está con nosotros, vivimos confiados y tranquilos.

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Cuando entendemos el propósito de Dios, que hemos sido llamados para ser más que vencedores, podemos vivir tranquilos.

Pero cuando uno no se da cuenta del llamado de Dios, de su propósito, dudamos de todo e incluso de lo que uno tiene.

Dios llama a la gente en un momento determinado, para hacerles entender el mal camino, el mal proceder, hacerles entender que no van bien.

Dios llamó a Jeremías, porque hay gente que a lo bueno le llaman malo y a lo malo bueno.

Hay personas que se aferran de las cosas que hacen y le buscan siempre un pero a todo, hasta a la oración y al ayuno.

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Vivimos en un mundo donde hay mucha confusión, aun en el mundo hay confusión de identidad y de todas esas cosas, pero la iglesia debe estar muy bien definida, si somos o no somos, porque a esta hora hemos llegado.

Por ende, ahora más que nunca, debemos entender que el propósito de Dios es que nos mantengamos fieles, sea joven o anciano.

Pastor: Josué Gil

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