El orden del culto pentecostal

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El orden del culto pentecostal

El culto es el centro de vida para todos nosotros los cristianos, en el culto es donde nosotros fortalecemos la fe, recibimos fuerzas, nos apropiamos de las promesas, nos fortalecemos y somos iluminados. Hoy hablaremos de: «El orden del culto pentecostal».

Un culto se constituye para nosotros en algo fundamental, lo hacemos con mucha frecuencia, lo hemos hecho por todos estos años y no nos hemos cansado.

Por lo contrario, nos hace falta los cultos, porque es parte de nuestra vida, es el alimento, es el momento de encontrarnos frente a frente con nuestros hermanos y fomentar la comunión.

El desarrollo del culto debe ser bien equilibrado, donde todos los componentes necesarios para el culto.

Encuentren un lugar, un espacio, y que los cultos no tengan desequilibrios en cuanto a su contenido.

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Cuando el apóstol Pablo le escribe a los Corintios, lo estaba haciendo por los desórdenes que se estaban viendo al interior de las congregaciones en la iglesia de Corinto.

Los Corintios tuvieron muchos excesos, que en su momento tuvieron que ser de alguna manera replanteadas por el apóstol Pablo.

Porque se estaban saliendo del orden y estaban yéndose a unos extremos, donde se ponía en riesgo el verdadero propósito de la reunión o del culto.

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Los Corintios tuvieron muchos desaciertos en lo moral; se dice de ellos que hubieron actos pecaminosos.

Que ni aun siquiera por fuera de los Corintios se oían o se daban, pero allí tuvieron y dieron lugar a muchos pecados vergonzosos.

En la celebración de la Santa Cena también se nota el desorden, como ellos no sabían administrar estos emblemas del pan y del vino.

Convirtiéndolo según la historia en algo egoísta, donde cada uno comía su cena y celebraba a su manera, pero no lo hacían para edificación.

También en el ejercicio de los dones los Corintios tenían problemas, pues ellos se habían inclinado por la práctica de algunos dones, más que de otros, y estaban desequilibrando la reunión.

Por eso Pablo siempre estuvo pendiente de enseñarles para que se mantuvieran en lo que había sido y lo que él les había enseñado, y no se salieran del orden.

Siempre ha existido la tendencia a abandonar el principio, a salirnos del orden, y ahí es donde las cosas no funcionan igual.

Porque el culto no está diseñado por el hombre, sino por el mismo Dios.

Los ingredientes para celebrar un culto, no pueden ser concebidos por la mente humana, sino que se basa en una inspiración divina.

Porque Dios es el que produce el querer y el hacer, y este culto se celebra es para engrandecer la presencia de Dios.

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Para celebrar un culto se necesita que sea Dios mismo quien esté inspirando cada acto y cada momento, para que la iglesia reciba edificación.

El ejercicio de los dones

Esto es bien importante, a Israel Dios se le dio algo que no le dio a ninguna otra nación, la Biblia dice que de Israel era la adopción, era la gloria.

De Israel era la promulgación del culto, las promesas, los pactos, las alianzas, porque Dios se las dio en exclusividad a su pueblo Israel.

Creemos que a la iglesia Dios le ha dado también la promulgación del culto, porque nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo de él.

Tenemos la presencia de Dios garantizada si hay dos o tres en su nombre reunidos, allí estará él.

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Hacer culto a Dios parece cosa fácil, pero no es tan fácil.

Quien hace culto a Dios, debe conocer el orden del culto, debe saber celebrar el culto, debe saber orientar el culto para que nadie se quede sin recibir lo que debe recibir.

Porque venimos es a suplir una necesidad, que se nos suple a través del ejercicio del culto y del ejercicio de los dones.

Todo culto debe tener un orden, pero si no lo estamos celebrando como deberíamos de celebrarlo.

La gente que entra se irá sin entender, sin saber, y menos sin recibir su bendición.

Cuando se realiza un culto dentro de el orden del culto pentecostal, en su debido orden.

La gente que viene al culto se postraran y adoraran y confesaran que verdaderamente Dios está entre nosotros.

La importancia de un culto bien hecho

Fijémonos en la importancia de un culto bien hecho, o el daño que se le hace a la gente por un culto mal hecho.

Diríamos que un culto bien hecho, es un culto en el que los dones son ejercitados ampliamente, por cada uno de los que participan.

Eso es importante porque debemos replantearnos en muchas cosas.

Lo que leemos en la Biblia es que cada uno debe ministrar a otros, pero según el don que haya recibido.

Te invitamos a que veas el siguiente mensaje, donde puedes ampliar más tu visión sobre cómo debe ser el orden del culto pentecostal.

Pastor: Orbein Hermida

 

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