La adoración y el verdadero culto

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La adoración y el verdadero culto

En este artículo conoceremos sobre «adorador» y «el verdadero culto», sobre este último, podemos decir que, si estamos en el verdadero él es digno de recibir la adoración y un verdadero culto, en otras denominaciones no le garantizo si es así, pero el pueblo de Dios le brinda un culto especial a su creador.

«Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren’’ Juan 4:24.

El verdadero culto está relacionado con la verdadera adoración, entonces vamos a resolver la pregunta ¿Por qué es necesaria la verdadera adoración para que el culto sea verdadero?

Hay que decir en primera instancia que el propósito del culto es la adoración, cualquier otro objeto de culto, es idolatría.

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Existe una expresión bíblica donde el Señor Jesús hace gala de su capacidad de síntesis, esto significa: «una cualidad que tiene aquel que dice mucho en pocas palabras’’.

Nosotros los seres humanos decimos poco con muchas palabras, pero nuestro Dios es diferente.

¿Cuántos libros hay en el mundo de ingeniería? ¿Cuántos volúmenes de psicología o medicina existen?

Muchos, pero el Señor Jesús tiene capacidad de síntesis porque en el libro llamado Biblia lo dejó todo.

«Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén’’ Romanos 11:36.

En esta pequeña porción Bíblica se desprenden tres grandes principios:

  1. El principio de pertenencia, quien es el dueño de todo.
  2. El principio de la acción de gracias, de él hemos recibido todo.
  3. El principio de la acción de gracias, para quien hacemos todo.

Hay dos hombres en la Biblia que se pusieron de acuerdo en algo, aunque vivieron en épocas diferentes, el primero fue el hombre que escribió esta sencilla frase:

«Pues todo es tuyo (Pertenencia) y de lo recibido de tu mano (Gracia) te damos (Acción de gracias)’’ Crónicas 29:14.

En ese orden de ideas, el culto es nuestra respuesta a lo que Dios es, representa y ha hecho por nosotros.

Hay una ley física que se llama: acción y reacción, cuando usted va en un bus y este frena ¿Para dónde se va usted? Hacia adelante, y luego ¿Para donde se va? Para atrás.

La acción de Dios tiene que ver con todo lo que él es, representa y nos ha entregado en bendiciones, y la reacción nuestra, es todo lo que nosotros hacemos para darle las gracias a él.

¿Por qué es necesaria la adoración y el verdadero culto? En primer lugar, porque revela quién es Dios, ya es que imprescindible conocer al Señor que adoramos.

Si conocemos su grandeza, majestad, en contraste con nuestra pequeñez, ese reconocimiento será lo que nos hará brotar alabanza, gratitud, arrepentimiento, dependencia, sumisión, humillación y compromiso.

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La Biblia dice que Dios es Espíritu y yo te pregunto ¿Qué entiendes en la Biblia por esto?

Si tu respuesta es que él trasciende todo y no tiene límites, estás bien ubicado, él es el rey de reyes, Señor de señores, el eterno.

Entonces esto quiere decir que en nuestra posición humana y lo que nos compete, el verdadero culto y la verdadera adoración va mas allá de las cuatro paredes.

Los hebreos padecían de un problema: «Tenían a Dios encerrado en cuatro paredes’’ el tabernáculo y el templo.

Pero la iglesia del Señor no tiene este error, él es más grande que cualquier templo que se halla construido.

Nuestro culto, trasciende a nuestra vida personal, familiar y colectiva, hay hermanos que son muy buenos en el culto, pero cuando van a su casa, cambian.

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Hay hermanos que son educados dentro del templo, porque piensan que el recinto es lo que nos hace educados y bien puestos, en el templo gritan ¡Gloria a Dios! Pero en su casa, gritan a su esposa, pero una vez más te digo: Dios es Espíritu.

Lo anterior quiere decir que, el Dios que se mueve en el templo físico, en un retiro, es el mismo que está en tu casa, en la fábrica, en la universidad y donde te muevas.

Por esto, hay algunos predicadores que mencionan cosas que no son reales y dicen frases como: «Se terminó el culto’’, pero le tengo una buena noticia: «el culto verdadero no se termina’’.

El verdadero culto no se rinde en un campamento, un retiro, un culto especial solamente, el culto real lo rendimos al Señor en nuestro corazón.

Las 24 horas al día, los siete días de la semana, los treinta días al mes, y los doce meses del año.

El culto nuestro comenzó el día que nuestro Señor Jesús nos encontró, no ha terminado, y quiero decirte algo más, cuando nos vayamos con él, le vamos a seguir rindiendo culto por toda la eternidad.

Por eso es que el Señor con esa expresión de Espíritu, le derribó todo el argumento a la mujer samaritana.

Porque ella decía ¿Dónde es el verdadero culto? ¿en el monte de Sión o Jerisín? ¿Dónde los judíos o los samaritanos?

Las respuestas a las preguntas que la mujer samaritana le hizo a Jesús fueron: ni en un lugar, ni en el otro, porque Dios no está encerrado en cuatro paredes.

«Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren’’ Juan 4:23.

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Dios es Espíritu, está en todas partes, y si tu pastor no te está viendo, sigue confiado de que Dios te está viendo y que el culto sigue, vive para agradarlo a él, no a los hombres.

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Quizás has tenido momentos difíciles y te has olvidado de que el culto no ha terminado, y le has fallado a Dios.

Pero es un momento hermoso para que reflexiones y le entregues tu vida al Señor.

Tengamos un culto racional, donde seamos conscientes que lo primordial es agradar a Jesús.

Los motivos sobran, en acción de gracias, que nuestro comportamiento sea el mejor para él.

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