La familia en la Biblia es fundamental

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La familia en la Biblia es fundamental

Es fundamental que pensemos en orientar nuestra familia en los caminos de Dios. Desarrollaremos el tema: «La familia en la Biblia es fundamental».

Esta época en la que vivimos es muy difícil, es una época de consternación y sin duda alguna, muchas cosas han sido beneficiosas para el hombre.

Sabemos que ha habido adelantos científicos y tecnológicos, el hombre ha avanzado en diferentes campos de la vida y eso es muy bueno.

Pero también sabemos que en medio de esos beneficios, debemos tener cuidado.

Es posible que con tantas cosas nos olvidemos y echamos a un lado que Jesucristo es el mismo de ayer hoy y por todos los siglos.

A algunas familias les sucede y es importante que tú que hoy lees estas líneas, te detengas a pensar en cómo está tu familia.

Jesucristo no pasa de moda, es interesante estar con él y hay familias que lo han sacado de su habitación, de la sala.

Lamentablemente hay familias que lo han sacado del lugar donde él merece estar.

Existen familias que lo han sacado de sus casas y no está hoy el Señor en medio de su familia; le han dado paso a otras cosas.

Es inevitable que cada generación vaya pasando, pero qué bueno que sigamos inculcando en nuestros hijos y en las futuras generaciones quien es Dios, su verdad y lo que somos en él, la gracia y la salvación que ha derramado sobre nosotros.

Este es un tema importante porque muchos lo han olvidado y en todas las familias debe existir esto, familias en las manos de Dios.

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Detengámonos un momento y pensemos, qué estamos haciendo como padres de familia para transmitir a nuestros hijos y nuestros adolescentes lo que nosotros sabemos hoy.

Lo que nos han contado y lo que hemos vivido, esas experiencias que hemos tenido en Dios.

Es posible que ellos estén en la iglesia, pero lo importante es que conozcan la razón de ser de esta iglesia, la razón de por qué vamos al servicio y a quién adoramos.

Reflexionemos, hoy meditemos y pensemos, que en medio de todas las cosas que hemos vivido, debemos recordar que tenemos una hermosa familia, la cual ha sido regalo de Dios.

Debemos ser padres sensibles, si no tenemos sensibilidad, no tenemos nada; hay padres que se han vuelto insensibles.

Algunos creen que por ser hombres no pueden llorar, pero en Dios debemos ser hombres y mujeres sensibles.

Hay padres que repiten crianzas, como a ellos los formaron, como ellos les hablaron, como a ellos los trataron, así mismo tratan a sus hijos.

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No tienen en cuenta que las generaciones pasan y ahora los métodos de enseñanza deben ser distintos, ya no son golpes, palabras duras, ni malos tratos.

Todo lo contrario, y más cuando somos hijos de Dios y Dios nos ha enseñado a amar y a corregir con amor.

Somos los responsables de que la nueva generación que se va levantando, es nuestra responsabilidad que nuestros hijos sean ejemplo, conozcan de esta verdad y proclamen de ella.

En la Biblia vemos que cuando murió Josué y se murió toda aquella generación, se levantaron después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho; la responsabilidad es nuestra.

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“Pero murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años. Lo sepultaron en su heredad en Timnat-sera, en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.

Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel” Jueces 2:8-10.

Bueno es cuando nosotros nos apropiamos de la historia de esta iglesia y le decimos a nuestros hijos quién es el Cristo vivo.

Que experiencias hemos tenido en él, cómo llegó el evangelio a nuestras vidas; explicarles todo eso, que como cristianos a futuro van a necesitar y deben saberlo.

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La familia en la Biblia es fundamental.

Éste presente de conocimiento sobre Dios, será el futuro de la fe de nuestros hijos, será el fruto de las experiencias que ellos van a vivir y de las convicciones que puedan tener.

Si nosotros no los instruimos en el camino, si nosotros no les guiamos, el mundo con mentiras los podrá atrapar.

Por eso, somos nosotros como padres los responsables; coloca tu familia en las manos de Dios, de esta manera en el futuro, su fe será gigante.

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Llega un momento en la vida de los jóvenes que empiezan a cuestionarse muchas cosas, el enemigo intenta arrebatarlos y a veces parece que pudieran salirse de nuestras manos.

Pero cuando se los entregamos a Dios, sabemos que de su mano no pueden salir.

Dios no pierde ninguna batalla y como padres debemos entregar a nuestros hijos completamente al Señor, ofrecerlos a él, para tener la plena seguridad que serán salvos.

El trabajo como padres puede ser duro, pero con la ayuda de Dios, la adversidad la podremos superar.

“Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Proverbios 22:6.

Coloca su familia en las manos de Dios.

Por: Julio Llinas

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