Sin la presencia de Dios no hay santidad

1156

Sin la presencia de Dios no hay santidad

Anotando plenamente que en medio de las diferentes crisis del pueblo de Israel y de las generaciones siempre ha habido una palabra de promesa que contiene el poder de lo alto. Hablaremos sobre: Sin la presencia de Dios no hay santidad.

Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos” Isaías 44:3.

Porque cuando no hay presencia de Dios, no hay santidad y no hay poder para vencer el mal, en debilidad se peca, pero en santidad se vence el mal.

La escritura muestra de generaciones que no han tenido en cuenta a Dios, pero el Señor dice, que va a derramar su espíritu.

Síguenos en Facebook Generación Pentecostal

Porque en todos esos estados generacionales no se adora a Dios, pero sí debe haber una generación que lo adore en espíritu y en verdad.

Quizás alguno tiene dudas pero tenemos el poder de la palabra para erradicar todo lo que genera fracaso, aridez, ruina, caos.

Somos una generación que ha nacido del agua y del Espíritu.

Vea también: La presencia de Dios en mi vida

Hay vidas llenándose de odio, llenos de avaricia, idolatría, de conocimientos literarios que no acercan a Dios a nadie.

Al contrario se constituyen prepotente en sus conocimientos intelectuales y el problema continúa.

SUSCRÍBETE

Únete a más de 5.000 personas que ya reciben contenidos exclusivos.
Sólo ingresa tu correo electrónico en el campo de abajo y espera el correo de confirmación.

[wysija_form id=»1″]

Son generaciones de todas las edades llenándose de ambientes perversos pecaminosos.

Vidas que no sienten el gozo de Dios, pero el gozo de Dios es nuestra fortaleza.

Pero hay promesa para estos tiempos postreros “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” Hechos 1:8.

Con esa llenura del Espíritu Santo vienen los dones para la iglesia, para hacer su trabajo en medio de una generación perversa.

También puedes leer: Una generación que desea la presencia de Dios

Necesitamos jóvenes visionarios, llenos del Espíritu de lo alto, esta generación no necesita jóvenes amargados ni resentidos, ni llenos de inmundicia, se requieren jóvenes llenos del poder de Dios.

En nuestra iglesia todas las vidas nuestras deben estar llenas del poder del Espíritu Santo.

Hoy hay una generación que también podemos recibir el Espíritu Santo como cuando en el día de pentecostés.

No más el poder de la duda, de la incredulidad, ahora reina el poder del Espíritu Santo.

Por: Fernando Barragán

Artículo anteriorCómo vivir un cristianismo verdadero
Artículo siguienteEl servicio a Dios es un privilegio