A Dios no se le conoce solo asistiendo a culto

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A Dios no se le conoce solo asistiendo a culto

Para comenzar a hablar de conocer a Dios, a Dios no se le conoce solo asistiendo a culto, cantando las alabanzas o diciéndole a todo el mundo: yo soy cristiano.

A él se le conoce cuando realmente tenemos un encuentro personal con él. ¡Joven el maestro te llama!

Hay jóvenes que Dios los llama al evangelio, pero a veces no entienden por qué los llama, algunos se pierden de tremendas bendiciones por no dejarse guiar.

E incluso se pierden esa oportunidad de tener un encuentro con su Dios y ser personas grandes en sus manos.

Por no acudir al anciano a contarle lo que le está aconteciendo y que este lo pueda orientar o ayudar.

Dios llama a hombres, mujeres, jóvenes, adolescentes, con diferentes propósitos.

El primer llamado que Dios nos hace, es a ser salvos, luego llama a los seres humanos para que cada uno tenga un encuentro personal con él y conozca quien es Dios, en medio de ese llamado Dios se da a conocer.

Tenemos un ejemplo bíblico, el llamado de Moisés, todos conocemos perfectamente este llamado.

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Así quiere hacer Dios con todos los seres humanos de este planeta tierra, tener un encuentro personal con cada uno de manera diferente.

Nosotros sabemos la historia, el Señor había oído el clamor del pueblo de Israel que estaba en Egipto esclavizado, ahora Dios llama y escoge a Moisés para liderar a su pueblo.

Aquel momento parece que para Moisés era bastante difícil, porque cuando Dios le dice que tenía que ir a sacar a su pueblo a rendirle culto en el desierto.

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Para luego meterlos a la tierra que él le había prometido a Abraham, Moisés comienza a poner peros.

Él estaba midiendo sus capacidades como ser humano, pero ignoraba que el Dios que lo estaba llamando es todopoderoso.

Que para él nada es imposible, que él tiene autoridad y reina sobre todos los reinos, y todo se tiene que doblegar ante él.

Cuando Dios ordena, hay que obedecer para que él se glorifique en nuestras vidas.

Moisés no era elocuente, como muchos de nosotros que no teníamos la capacidad de manejar las multitudes.

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Tener que ir frente a un gobierno o frente a un rey para que soltara a una multitud no era una tarea fácil.

Más Dios le dice: “No te preocupes, no te das cuenta que Yo soy el que hago los labios de los hombres, puedo hablar por tu boca cuando lo necesite”.

Y finalmente Dios cumple su propósito sacando al pueblo de Israel de la tierra de Egipto con grandes señales y prodigios.

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A Dios no se le conoce solo asistiendo a culto.

Dios por el que llama responde, aunque el enemigo ruja, Jesucristo nos guarda, porque él ha prometido estar con nosotros todos los días de nuestra vida hasta el fin del mundo.

Donde llega el maestro suceden cosas extraordinarias, si le creemos al maestro, cosas grandes hará con nosotros.

Joven el maestro llama para devolver la felicidad y la paz a las familias; ¿Cuántas familias lloran por sus seres queridos que están muertos en delitos y pecados?, ¿Cuántas madres lloran porque su hermano está muerto en el alcohol?

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¿Cuántas madres sufren a diario por esto?, pero Jesucristo nos llama para ser fieles testigos y creamos que donde se predique este evangelio Dios hace cosas extraordinarias.

Cuando un joven cree al evangelio de verdad y lo deja todo como dice la Biblia, se convierte en un instrumento de justicia y un instrumento grande para la gloria de Dios.

Miremos a Moisés, quién era, derrotado por un error que cometió en su vida, sin embargo, Dios que no le toma en cuenta al hombre sus pecados.

Lo llama a su redil, lo hace un líder para preservar vidas y salvar un pueblo. ¡Joven el maestro te llama!

Por: Enil Pérez

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