Cómo alcanzar grandes cosas en Dios

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Cómo alcanzar grandes cosas en Dios

Todo está programado y todo fue hecho con una programación, como ejemplo: podemos ver que el día fue hecho para que habitualmente salga a la hora acostumbrada. Hablaremos del tema: «Cómo alcanzar grandes cosas en Dios».

Así mismo la noche; ambos no podrían salir al tiempo, a no ser que algo extraordinario ocurra, como un eclipse.

Si analizamos el mar con toda su grandeza y volumen de agua, vemos que Dios le ha puesto unos límites a tal punto que tiene un lugar determinado hasta donde llegar.

Y sus aguas no puede pasar ese límite, pero hay la posibilidad de que ocurra algo extraordinario como un tsunami o un maremoto.

De igual manera, el Señor también a su pueblo lo ha programado para alcanzar grandes cosas.

En esta temática, tomaremos como referencia a un personaje bíblico llamado Abraham, el cual pertenece al igual que nosotros, al tiempo de la gracia.

En el palabra de Dios encontramos en el libro de Génesis 11:31, que Taré tomó a Abraham, a Lot y a Sarai para sacarlos de Ur de los Caldeos y llevarlos a tierra de Canaán.

Al hablar de Ur de los Caldeos, vemos que era la ciudad donde abundaba el paganismo y la idolatría, la falta de valores y principios, y esta era la ciudad nativa de Abraham.

Es decir, podemos ver que este personaje era un hombre sin valores, esclavo del pecado y lleno de corrupción.

Pero vemos que a nuestro Dios un día le plació visitar a Ur de los Caldeos y no por ser la mejor ciudad, sino por su infinita misericordia.

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Y se manifestó en la vida de un hombre que no le buscaba, no le agradaba y no lo conocía, pero le visitó y le dijo, que lo tenía programado para grandes cosas.

Vivimos actualmente en un mundo que se encuentra lleno de idolatría, paganismo, pecado, maldad, inmoralidad y falta de principios, sin embargo, las personas no buscan a Dios por que les nace.

Las personas actualmente buscan a Dios porque él mismo fue a buscarnos y a salvarnos, como dice su palabra:

“El Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” Lucas 19:10.

Igual que Abraham, nosotros también éramos idólatras, paganos y nacimos en una cultura en donde la religión era el pan de cada día.

Pero un día Dios se nos reveló sin importar la condición en la cual nos encontrábamos.

Seguramente al día de hoy, dentro del pueblo de Dios deberían estar algunas personas mejores que nosotros, con mejores condiciones, con mejores talentos y demás.

Pero nuestro Dios en su gran misericordia nos extendió su mano y nos trajo a su pueblo.

Debemos estar seguros que la voluntad de Dios no es solamente que ocupemos un espacio en la iglesia.

Por encima de eso, el Señor nos salvó para realizar en nuestras vidas una programación poderosa.

No importa si el enemigo quiere intervenir o si se presenta alguna situación no agradable.

Ante cualquier situación debemos estar seguros que hay un plan de Dios para nuestras vidas.

Y ante ese propósito no hay nada que lo pueda impedir, porque el Señor es soberano sobre sus planes para con nosotros.

Actualmente, casi en todas las congregaciones de nuestra iglesia hay mucha gente que ni siquiera saben para qué el Señor los ha llamado.

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Piensan que están en la iglesia como en una religión más y no están bien enfocados.

Se han conformado y hasta su fe se ha estancado, están muriendo sus sueños, porque cuando un hombre de Dios se estanca, sus ideales, sus propósitos y proyección de vida desaparecen.

Pero debemos seguir luchando, no podemos quedarnos sentados en la silla del conformismo, debemos levantarnos y desempolvar nuestra fe.

Recuerda: El Señor sigue contando con nuestra vida para grandes cosas.

Es necesario recordar nuestro primer amor en Dios y recordar todos esos sueños que teníamos él.

Recordar los días en los cuales nos despertábamos con la necesidad de buscar de su presencia; no podemos permitir que pasen los meses o años y ese primer amor se acabe.

No importa los errores que se hayan cometido en el transcurrir de los días, porque son esos los que acaban con nuestros sueños en Dios.

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Recuerda que en ocasiones los hombres que más han fracasado son a los que el Señor ha puesto mucho más alto de los propósitos divinos.

El árbol que más fruto da, se le tira más piedra, es decir, en nuestra iglesia hay una gran variedad de talentos y potenciales poderosos, es por eso, que el enemigo ataca y quiere interrumpir la obra del Señor.

Tengamos claro, que no importa el concepto que las demás personas tengan de nosotros.

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Porque aunque estemos pasando por la prueba más dura de nuestras vidas, recordemos que el Señor nos tiene programados para alcanzar grandes cosas.

Cristo es el dueño de esta iglesia, el dueño de nuestras vidas y futuro, y él se encarga de llevarnos a lugares inimaginables para nosotros.

Hagamos un alto en nuestras vidas y definamos si queremos seguir luchando para un día no muy lejano encontrarnos con nuestro Señor cara a cara.

Así como dice su palabra: “Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará” Hebreos 10:37.

Saquemos de nuestras vidas todo eso que a nuestro Dios no le agrada, la mentira, el materialismo, el orgullo y todo el pecado que nos asecha.

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Porque hasta que no saquemos todo eso de nuestras vidas, el propósito que Dios tiene para nosotros no se cumplirá.

Siendo así y desechando todo lo que interrumpe la obra del Señor en nuestras vidas, no habrá nada ni nadie que puede interrumpir esa programación que el Señor tiene con nuestras vidas.

No habrá nada que detenga el propósito de Dios, porque si a él le toca pasar por encima de normas.

Por encima de estatutos, lo hará porque es él quien cabalga en las alturas y el que camina sobre las aguas.

Deja que los propósitos de Dios se cumplan en tu vida.

Pastor: Leonel Muñoz

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