Dios tiene sus medidas para todo
Las cosas viejas pasaron, y he aquí, todas son hechas nuevas, así que permitamos que, así como hemos cambiado la manera de vestir y de divertirnos, se hace necesario que cambiemos nuestra manera de vivir, porque Dios tiene sus medidas.
Eso fue lo primero que debimos cambiar, nuestra manera de vivir.
Dios tiene sus medidas y sus parámetros, sus maneras de medir la vida de las personas, y no son precisamente como nosotros las medimos.
La relación entre la pareja tiene unas leyes que son inquebrantables, y el que las quebranta paga las consecuencias.
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Entonces, no podemos decir “mi vida es así”, aunque puede ser como queramos, pero eso sí, asumimos la responsabilidad.
Si inventamos una vida como a nosotros nos parece, entonces asumamos las consecuencias solitos, no digamos “es que la biblia, es que Dios, es que la iglesia”.
Nosotros mismos tomamos nuestras decisiones, y atengámonos a nuestras propias consecuencias.
Ahora, si queremos que Dios responda por lo que él ha predicado y proclamado, y por los resultados que eso da.
Entonces hagamos como él dice, vamos a creer lo que él dice, vamos a dejar que eso afecte nuestra vida.
La vida de pareja tiene una base fundamental:
Como yo perciba a la otra persona, así voy yo a entablar mi relación con ella.
Si creemos que vivimos con una persona que es un águila, (que se da cuenta de todo), dice “no, mi mujer no se cree eso”.
¿Por qué?, porque, así como percibo a la otra persona, me relaciono con ella.
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Depende del concepto que tengamos del otro, si creemos que es un pícaro, que apenas de la vuelta está enamorando a otras mujeres, así nos relacionaremos.
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Nosotros necesitamos fundamentar nuestro hogar en alguna base, y esa base parte de cómo yo veo a la otra persona.
- ¿Cómo la veo?
- ¿Cómo me relaciono con ella?
Así que mi percepción determina la condición.
Dios tiene sus medidas, tiene una forma que nos explica cómo hacerlo, pero nosotros debemos vivir en el plano de Dios.
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La dignidad humana está fundamentada en la igualdad, en todo; incluso los derechos humanos se basan en eso.
Si nosotros para salvarnos nos tuvieron que predicar el evangelio, el que está afuera, para salvarse, se le tiene que predicar el evangelio, todo por el derecho a la salvación.
Así que la dignidad humana está fundamentada en la igualdad.
Donde no hay igualdad, no hay dignidad
Donde alguien es la alfombra para pisotearla, y el otro es el que pisotea, no hay igualdad, y tampoco dignidad.
Esto no pasa del hombre hacia la mujer, sino que también pasa de la mujer hacia el hombre.
No es bueno que pensemos que los hombres son los malos, y las mujeres son las buenas, aquí cada quien tiene su parte.
Entonces, somos iguales, en las cosas buenas y en las malas, y en la igualdad nace la dignidad.
Estas cosas son las que fundamentan la vida, y si no las aprendemos, seguiremos cantando coros bonitos, sin vivir la vida cristiana; y teniendo cultos pentecostales, sin vivir la vida cristiana.
La Biblia tiene advertencias muy graves; hay en la Biblia una iglesia que fue construida al nombre de Jesús, y estaba llena de personas que supuestamente adoraban a Jesús, pero Jesús estaba en la puerta.
Jesús decía: “oigan en esa gritería, si alguno oye mi voz, abra la puerta” y ellos mientras le hacían culto al Señor, el Señor estaba afuera.
Tenían el culto pentecostal y la iglesia hecha al nombre de Jesús, pero también era una iglesia que tenía a Cristo afuera.
No podemos hacerle un culto a Jesús, con Jesús afuera.
El culto es el que le ofrecemos a Dios todo el día, así que, si hacemos culto a Cristo en la casa, él no debe estar en la puerta viendo si lo dejan entrar, él debe ser el primero que entre.
Así que, el Señor lo que quiere es que le rindamos culto, y estas cosas hay que entenderlas para poder hacer un culto inteligente.
El apóstol Pablo dice “Éste es vuestro culto racional”.
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Para tratar a la gente con dignidad en nuestra casa, debemos saber que somos iguales, que no hay diferencia, y a veces los padres permitimos que los hijos se crean más que nosotros.
El día que Dios vio que Adán estaba solo, dijo “pobre Adán, vamos a hacerle su contraparte, vamos a nivelarlo porque está desnivelado”, reafirmando que tiene la manera de nivelar las cosas.
La dignidad se fundamenta en la igualdad, “Yo la acepto a ella, porque, así como soy yo es ella”, así que la igualdad es lo único que nos va a traer dignidad.
Pastor: Alvaro Torres