El abuso verbal

Es tratar groseramente o usar las palabras para ofender con el objetivo también de  insultar. Hoy hablaremos sobre el tema: «El abuso verbal».

El abuso verbal no se puede evidenciar con moretones pero provoca daño emocional y mental.

Las víctimas son los esposos, las esposas, los hijos, los padres de sus hijos afecta principalmente la familia.

El problema tiene su epicentro en el hogar, el comportamiento que manifiesta una persona en la calle está reflejando cómo lo criaron, cómo es el ambiente en su hogar y qué clase de cristiano es.

De manera que hay unos que se portan bien en la iglesia pero cuando ya van en la calle alguien lo cerró y ahí está el problema.

No le eche culpa a los temperamentos porque hay coléricos que son personas decentes y no son violentas.

El fruto del Espíritu Santo es para todas las diferentes formas de ser, amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe mansedumbre y templanza contra tales cosas no hay ley.

Algunos abusos verbales que hacen estragos en la familia.

El insulto: Es una palabra o expresión que se utiliza para lastimar u ofender, el insulto es una práctica social desaprobada y rechazada dentro del ámbito social se desaprueba y se rechaza.

Hasta el más mal educado rechaza esto porque hay gente que tiene el entendimiento para identificar la grosería o el insulto de los demás.

Pero cuando él comete ese tipo de errores, entonces él mismo no se auto examina, que él también tiene que entrar por el orden.

De manera, que esta es una práctica desaprobada y rechazada también por Dios.

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Palabras que se utilizan para ofender o para insultar, por ejemplo:

Imbécil: eso es un abuso verbal, es un irespeto y hace daño porque la persona se siente herida, ofendida.

Idiota: usted no le está mentando la madre pero le está diciendo una palabra que lo está hiriendo.

Rana platanera: la intención es ofender a la persona por su color de piel y todo eso hace daño, entonces si es negro le dicen negro chorro de humo, espanta la virgen, el pedazo de negro ese.

Todo eso es abuso verbal, insultar es un atentado contra la dignidad de la persona porque todos somos dignos de respeto y Dios es el principal interesado en esto.

Corroncho: porque comete torpezas o porque no es una persona preparada intelectualmente y maltrata el castellano, eso ofende a la persona el verdadero cristiano no actúa así.

Torpe, terco: todo esto es abuso verbal.

Hay amenazas que no se consideran abuso verbal pero hay otras que si, por ejemplo.

A veces en la intimidad por alguna dificultad, problemas hormonales, problemas emocionales de pronto la esposa no está en condiciones de atenderlo íntimamente.

Entonces el esposo llega, pierde la paciencia y dice “tu no me sirves para nada, me voy a conseguir otra mujer”.

Eso hiere a la mujer, es una amenaza, es abuso verbal también y hace daño.

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Pero Dios hace la obra completa así como liberta del vicio del cigarrillo toma nuestra lengua, que sea una bendición, que sea una medicina empezando por nuestro hogar.

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Cuando usted compara a su esposa con otra mujer odiosa, mal hablada, chismosa; eso de comparar a nuestra esposa con otra mujer para ofenderle, eso es abuso verbal.

Se hace con la intención de ofender, le dicen también “tú eres igualita a la despreciable de tu mamá”.

Una mujer temerosa de Dios será una buena mamá, una buena suegra, será buena en todo.

Porque una buena relación parte de allí porque si uno le es fiel a Dios le es fiel a todos el mundo.

Si uno respeta a Dios respetará a todo el mundo, si uno ama a Dios amará a todo el mundo porque si uno ama a su hermano a Dios y si uno aborrece a su hermano no está amando a Dios porque.

Dios es amor

Aplastarle de la idea a su compañero, a su compañera o a su hijo, nosotros no podemos ser abusivos.

Algunos dicen: “Vaya para allá, tonto” eso es un abuso de autoridad, claro, que como el niño no se defiende, no tiene argumentos, lo humillan.

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Cuando uno se equivoca debe reconocer el error y presentar disculpas, no hay una cosa bien bonita que uno reconozca sus errores.

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Eso le abre espacios a uno de reconciliación, de armonía que es la finalidad de Dios, que tengamos buena armonía los unos con los otros.

El levantar la voz de manera humillante es también abuso verbal y la Biblia lo dice:

“Quítense de vosotros toda amargura, todo enojo, toda ira, toda gritería palabras deshonestas de nuestra boca”.

Hay hermanos que son hasta usados en la iglesia y van conduciendo y de pronto alguien lo cruzó.

Enseguida bajan el vidrio y comienzan alzar la voz e insultar al otro y le dicen: “Oye, mira por dónde vas caminando, animal”, eso es grave, está faltando el respeto.

Uno con la grosería pierde con Dios pero con la mansedumbre gana uno gracia ante Dios y gracia ante los hombres eso es un buen negocio, somos humildes para agradar a Dios.

Y de paso también se agrada a los demás y la Biblia dice que Dios da gracia es a los humildes pero los altivos mira de lejos, también dice que todo lo que el hombre sembrare eso también segará.

Con relación a los niños, decirles palabras injuriosas despreciarlos, maldecirlos e insultarlos como:

“Eres un estúpido, despreciable” “ojala no hubieras nacido, debí haberte entregado en adopción” “ustedes son peores que los hijos de fulano de tal” todo eso se convierte en abuso verbal.

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Aprendamos del Señor que es manso y humilde de corazón.

Nuestros hijos son una bendición nosotros tenemos que criarlos en disciplina y amonestación del Señor.

¿Qué hacer ante las anomalías que presentan en las familias en el caso del abuso verbal?

Si Dios le dice a usted que deje la gritería, que deje la amargura es porque usted puede hacerlo.

Todo lo podemos en Cristo, es Cristo en nosotros la esperanza de gloria y él nos hace aptos para toda buena obra y hay otra cosa.

Ningún ser humano tiene la capacidad para domar la lengua pero Dios si puede, cuando él nos hace nuevas criaturas nacemos de nuevo, él comienza hacer un trabajo y es efectivo.

No miremos el evangelio como una simple religión, donde yo me porto bien simplemente ¡NO!

Más allá de la buena intención de portarnos nosotros bien, creemos que la diestra de Dios está en nuestras vida haciéndonos nuevos cada día y perfeccionándonos cada día.

Porque el propósito de Jesucristo es presentarse a sí mismo una iglesia gloriosa.

Que no tenga mancha ni arruga sino cosa semejante a lo que sea santo y sin mancha.

Por: Edison Berbesi