Enviado a llevar la luz del evangelio

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Enviado a llevar la luz

El tema que desarrollaremos hoy es: «Enviado a llevar la luz»; y el evangelista Mateo nos narra que el Señor Jesús volvió a Galilea y dejando a Nazaret vino y habitó en Capernaun ciudad marítima en la región de Zabulón y de Neftalí. Hoy desarrollaremos el tema: «Enviado a llevar la luz».

Hizo todo esto para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, “Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí camino del mar al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles”.

“El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y a los asentados en región de sombra de muerte, luz les resplandeció”, Mateo 4:16.

En este pasaje está sintetizado lo que es el ministerio, lo que es la misión de un hombre que es enviado a llevar las buenas nuevas a otros pueblos, llevar la poderosa luz del evangelio en eso consiste la misión.

Él va a llevar la luz que ilumina la mente, el corazón y el entendimiento de los que están cautivos en tinieblas, en regiones de sombras de muerte.

Es una misión grande y obviamente que cuando se trata de incursionar en las regiones de las sombras de muerte.

El hombre se va a enfrentar a situaciones difíciles porque hay todo un imperio.

También hay todo un gobierno de las tinieblas que está establecido, estructurado y bien organizado.

El apóstol Pablo dice:

“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.

Vea también: El orden divino de las misiones

Es toda una organización maléfica, perversa a la cual estos hombres se enfrentan y por eso necesitan ser enviados.

Estamos seguros que los hombres que han ido al campo de las misiones­­, han ido enviados, no se han ido por su propia cuenta, por capricho o porque les pareció.

O incluso porque alguien los animó y les despertó un interés humano, sino que detrás de todo esto está la voluntad de Dios determinando, seleccionando y apartando a este o al otro, y finalmente capacitándolos.

“Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres”

Y los envía como sucedió en la iglesia, en el libro de los Hechos.

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Que estando los ancianos en ayuno y oración ministrando, el Espíritu Santo les dio una orden:

“Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra que yo los he llamado”.

Si miramos la escritura con cuidado, nos damos cuenta que cuando una familia es enviada al campo de las misiones, lleva primeramente el respaldo del Espíritu Santo.

Además, ir a las misiones no es un capricho sino el propósito de Dios “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura y finalmente dice: yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin”.

Allí se da cuenta que el trabajo que el Señor le encarga a las misiones, está determinado y también la duración de ésta.

Es decir, que el trabajo de hacer misiones no va a terminar sino hasta que el Señor levante la iglesia.

¿En qué consiste la misión encomendada a un misionero?

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Enviado a llevar la luz.

“Pero levántate y ponte sobre tus pies…”

“Porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo y de los gentiles, a quienes ahora te envío”. 

Para que:

  • Abras sus ojos
  • Se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de satanás a Dios
  • “Para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados”, Hechos 26:26-28.

El asunto no es de apariencias sino de contenido, lo que estos hombres llevan por dentro en su corazón, en su mente, es la capacidad del cielo, hay una investidura que Dios da y es de la cabeza a los pies.

Se llama “La unción del Espíritu Santo”.

Hasta los hombres que han sido enviados por Dios con la facultad, con el respaldo y con la investidura.

No han tenido que regresarse avergonzados porque el Espíritu de Jehová el Señor está sobre nosotros.

Que no nos de miedo hacer misiones, sino tuviéramos el respaldo como el que tenemos, sino hubiera la unción.

No nos atrevamos a dar un paso porque sería fracaso asegurado, pero no nos de miedo porque esto está respaldado por el cielo.

También no es el hombre, es la investidura que Dios le ha dado, es la unción de Dios en él “Porque me ungió Jehová, me ha enviado”.

Es decir, Dios al que envía lo unge, sin unción no envía a nadie.

Si Dios te llama él te capacita y te envía, no hay porque temer.

El Espíritu de Jehová está en mi porque me enviado a:

  • Predicar nuevas a los abatidos.
  • Vendar a los quebrantados de corazón.
  • Publicar libertad a los cautivos.
  • Los presos apertura de las cárceles.
  • Proclamar el año de la buena voluntad de Jehová y el día de venganza del Dios nuestro.
  • Consolar a todos los enlutados.
  • Ordenar que a los afligidos de Sión se les de gloria en lugar de ceniza, oleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado.

Vea también: Vive las misiones

Nosotros no vamos al campo extranjero a negociar con el diablo, no vamos a sugerirle que suelte a las almas ¡NO!

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Enviado a llevar la luz.

Porque a estos hombres Dios los establece como plenipotenciarios con poderes plenos, ya que ellos van en representación personal y directa de Jesús.

Así que no debemos tener temor de hacer misiones porque el triunfo está asegurado, el hombre fuerte que había ya no lo hay, ese hombre fuerte fue vencido.

Cuando usted vaya a predicar el evangelio predíquelo sobre la base del gran triunfo que sucedió en el calvario que fue sellado y confirmado con la resurrección de Cristo.

Satanás fue desarmado, hay hermanos que le corren al diablo y el diablo juega con ellos como el gato con el ratón y son el hazme de reír del diablo.

El único triunfador se llama Jesucristo el Señor y él le quitó todas las armas.

“De modo que si alguno está en Cristo nueva criatura es”.

Por: Vicente Arango

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