Vive las misiones

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Vive las misiones

“Más vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”. 1 Pedro 2:9. Hablaremos del tema: «Vive las misiones».

Quiero compartirte de tres factores de una iglesia misionera.

La iglesia es el proyecto de Dios, él es el creador y formador de la iglesia, tiene un creador y un hacedor, Jesucristo.

En la iglesia él ha invertido tiempo, trabajo, para formarla, perfeccionarla para que la iglesia llegue a la estatura del varón perfecto.

Porque la iglesia tiene una misión, la iglesia en la tierra no es eterna, nuestro paso por la tierra tiene contado sus días porque en el cualquier momento el que ha de venir vendrá.

La iglesia es más que un grupo de personas que se reúnen para escuchar la palabra de Dios, es mucha más que cantar alabanzas, más que tener una vida diseñada bajo las leyes diseñadas por la palabra de Dios.

La iglesia en la tierra representa la esperanza de un mundo perdido, es la que tiene un mensaje para llevar al pecador hacia el camino de la salvación y ese camino es Jesucristo.

Dice la Biblia que el Señor no retarda su promesa, pero algunos la tienen por tardanza, el propósito de Dios es que nadie de pierda.

El sentir de Dios es el motor de la iglesia y no podemos perder nuestro enfoque, nuestra misión que es salvar al perdido.

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Si somos la iglesia de Jesucristo, tenemos que amar las misiones.

Hay 3 grandes situaciones que marcaron la historia del planeta, marcaron un antes y un después, la primera situación:

1. La hambruna

“Y de toda la tierra venían a Egipto para comprar de José, porque por toda la tierra había crecido el hambre”. Génesis 41:57.

José fue nombrado gobernador de Egipto, después de que Dios lo usara para interpretar un sueño, donde se reveló la hambruna.

Un hambre que devastaría los países, secaría los ríos y que nunca nadie se acordaría de la abundancia de los años anteriores.

Dios levantó a José con un propósito en ese tiempo.

Hoy el mundo tiene una gran necesidad, hay hambre en el mundo, hambre espiritual, de soluciones, de encontrar una verdad, una respuesta.

Esa hambruna ha llevado al hombre a rebuscar la manera de saciar su necesidad.

Ya los médicos no solucionan, los psicólogos tampoco, las ONG tampoco, así que el hombre busca pan, matrimonios destruidos.

A veces uno no sabe lo que busca, pero sabe que necesita algo. Y hay alguien que quizás esté hambriento y necesita algo, y o es dinero porque se necesita pan.

Pueden tener el dinero del mundo pero si Dios falta, falta todo en la vida.

2. La esclavitud

Otra de las grandes necesidades que se vio fue una de la esclavitud en Egipto en tiempo de Moisés.

430 años de esclavitud, de duro trabajo, de tristeza, años que necesitaban libertad.

Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado”. Juan 8:34.

Vivimos en una sociedad que está bajo el yugo de los peores verdugos y es el pecado que ha causado suicidios, divorcios, el mundo está esclavo y por más que quieren no pueden soltarse, la voluntad la tienen amarrada.

Están esclavos de sus deseos, de su pasiones y prácticas, pero Dios no está ciego, tú no lo ves pero él si te ve y ve la condición de los hombres.

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3. Peligro de muerte en tiempo de Ester

Hubo un decreto, en tal día y en tal fecha, todo el pueblo Hebreo va a morir y no tendrá derecho alguno de defenderse.

“Bienaventurado y santo es el que tiene parte en la primera resurrección; la muerte segunda no tiene poder sobre éstos sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con El por mil años”. Apocalipsis 20:6.

El pecador tiene una sentencia de muerte en su pecho y esa es la condenación eterna, porque la muerte es un estado temporal, los muertos van a resucitar.

Hay un juicio establecido donde Dios dará sentencia por todas las obras que todos los hombres hemos hechos.

“Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. Apocalipsis 20:15.

Hambre, esclavitud y sentencia de muerte, necesidad, heridas, golpes y condenación, ese el panorama en el que vivimos.

El pecado es como una bomba atómica, cuando estalló en el Edén sus ondas expansivas destrozaron el universo.

Empieza por tu casa, no te vayas a evangelizar a otro barrio, empieza por los tuyos, por tu casa, ellos tienen hambre, háblales a los tuyos que están esclavos y condenados a muerte.

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Vive las misiones.

Ir al templo no te hace salvo, no te hace partícipe del pan, tiene que arrepentirte de pecar.

Dios tiene un plan con esa condenación “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. Juan 3:16.

Jesucristo es salvación, Dios quiere salvarte y para eso siempre se busca un hombre y la obra más grande de salvación él mismo vino como hombre.

Había mucha hambre y Dios se fijó en José, pero ¿Por qué en Egipto había pan y lo demás había hambre? Dios tenía un instrumento, Dios preparó a José para un momento clave en el mundo, para un momento de hambruna.

Somos una iglesia que pan tiene pan en abundancia que es la palabra de Dios, Jesucristo ha levantado una iglesia en media de una generación con hambre y ha levantado un José que abre sus puertas siempre.

Y dice a los hambrientos “Jesucristo es el pan de vida que da hambre a los hambrientos”.

Él es el pan que devuelve la vida al hombre, no predicamos manera, ni formas, predicamos al Cristo resucitado, hay pan en estos tiempos de hambre.

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Quizás tu vacío sigue grande y todos han intentado ayudarte. Somos misiones porque aquí hay mucho pan.

Jesucristo sacia la necesidad. El mundo no necesita religión, necesita conocer a Jesús, no hay otro nombre salvador.

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Vive las misiones.

La esperanza del mundo está en el restaurante llamado iglesia.

Dios se buscó la manera de solucionar la esclavitud, se buscó un Moisés, el arsenal de poder y maravillas para libertad a una nación del cautiverio.

“Más yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte. Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir”. Éxodo 3:19-21.

Hablar de la iglesia es hablar de Espíritu Santo, de un fuego consumidor que llena el alma, hablar de milagros de sanidad, liberación, de conversión, de poder, de autoridad, de dones, muertos resucitar.

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Esta iglesia tiene poder para liberar a los cautivos.

Tu no fuiste sellado solo para hablar en nuevas lenguas dice el texto “Y me seréis testigos”.

Levantamos las manos porque un día el poder de Cristo nos libertó.

Teníamos la vida destrozada pero Jesucristo nos libertó, la iglesia tiene el poder del Espíritu Santo para liberar a los cautivos, tenemos pan, tenemos poder. «Vive las misiones».

Pastor: Marcos David Pabón

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