Jesucristo el Mesías prometido

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Jesucristo el Mesías prometido

Cuando se habla de Jesucristo y de la escatología hay que tener en cuenta la doctrina Cristológica, las cuales son ciencias que van unificadas o enlazadas entre sí para llevar a cabo lo anunciado por Dios desde la antigüedad. Hoy hablaremos del tema: «Jesucristo el Mesías prometido».

Jesucristo el Mesías; que lo imposible se haría posible, de lo que era invisible se innovaría visible, lo espiritual se trasformaría a lo material, lo incorpóreo evolucionaría a lo corpóreo.

De allí que por definición la escatológica cristiana es la ciencia que estudia todas las cosas que están por suceder en tiempos venideros, bien sea antes y después del juicio final.

Es decir, hablar y explicar el plan que tiene Dios trazado con la raza humana, descrita por los profetas que fueron hombres inspirado por el Espíritu Santo.

Por otra parte, la Cristología es la ciencia que se dedica al estudio de lo divino hacia lo humano con todos los detalles superiores e inferiores.

Como lo demuestran todos los profetas escatológicos que apuntan hacia un personaje con diferentes características o cualidades.

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Isaías anunció en el tiempo que el reino de Israel fue dividido; le profetizó al reino del sur de Judá porque esa era la línea trazada para venir el verdadero Mesías.

Quien a su vez, lo presenta con muchas particularidades desde su nacimiento, ministerio, muerte, sepultura y resurrección, tomando dominio sobre todo, en una forma detallada e incluso, sobre la misma naturaleza terrestre y celestial.

Jesucristo el Mesías prometido

De este modo, podemos destacar algunos apartes tales como: Isaías, cuyo nombre pertenece al glosario hebreo, que significa salvación del Señor.

En la sagrada teología se conoce como el profeta mesiánico o el profeta evangélico, por la sencilla razón que su profecía se congela aproximadamente 85 veces en el Nuevo Testamento.

Según las sagradas escrituras, este hombre, fue uno de los profetas que más se inclina hacia el advenimiento del Mesías y lo observa con varias exclusividades cognoscentes.

Que si lo detallamos en el campo secular, no tendría sentido universal sino una interpretación confusa e inconsistente.

Ahora bien, éste paradigma se puede detallar en la siguiente cita: Isaías 9:6. Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz”. Del cual hablaremos más tarde.

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Este profeta le da mucho valor a la cristología, porque todas sus profecías se inclinan hacia el Mesías venidero, desde su nacimiento hasta su final.

Asimismo, en sus expresiones describe lo infinito con lo finito.

De modo que en muchos de sus capítulos se dejan ver diversos paradigmas que tratan de envolver lo material con lo inmaterial, como lo vemos a continuación:

Isaías 35:4,5. “Decid a los de corazón apocado: Confortaos, no temáis: “he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago: el mismo Dios vendrá, y os salvará”.

El siguiente versículo añade la señal del tiempo de aquella venida, entonces se “abrirán los ojos de los ciegos”, y los “oídos de los sordos se destaparán”.

Esta escritura se cumplió en Lucas 7:19-23 cuando Juan el bautista llamó a dos de sus discípulos, los cuales envió al Señor Jesús a preguntarle: ¿Eres tú el que “ha de venir, o esperamos a otro”?

Cuando los hombres llegaron a Jesús, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a usted a preguntarle: «¿Eres tú el que ha de venir, o esperamos a otro?«.

En esa misma hora curó a muchos de enfermedades y aflicciones, echó fuera malos espíritus y a muchos ciegos les dio la vista.

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Y respondiendo El, les dijo: Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos reciben la vista, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio”, y bienaventurado es el que no se escandaliza de mí”.

Otra profecía Mesiánica, “Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente” Isaías 52:6.

Esta profecía se cumplió en Mateo 1:21, cuando el ángel se le presentó a José marido de María, y le dijo: “Tu mujer dará a luz un hijo, le pondrás por nombre “Jesús”, ya que El salvará a su pueblo de sus pecados”.

El ministro Domingo Zúñiga en una de sus enseñanzas, apostillaba que, cuando se invoca el nombre de Jesucristo, Dios no se demora en estar allí; al decir, Jesucristo, es llamar a Dios, porque ese es “Su nombre”.

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Isaías 7:14. «Por tanto, el Señor mismo les dará esta señal: Una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y Le pondrá por nombre Emmanuel (Dios con nosotros).

Esta otra profecía, igualmente se cumplió en Mateo 1:22. “Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había hablado por medio del profeta, diciendo: “He aquí, la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa: “Dios con nosotros”.

Esta profecía, “Dios con nosotros”. Se aclara perfectamente, en Isaías 9:6. “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz” por las siguientes Particularidades:

Lo natural para la humanidad en este tiempo es creer que una mujer para concebir tiene primero que dejar de ser virgen y luego concebir.

Sin embargo, en esta declaración sucede todo lo contrario, esta mujer que aparece en esta predicción, concibió estando virgen; eso quiso decir que, no concibió de hombre alguno.

La Biblia nos dice que María concibió estando virgen, pero José su marido no lo quiso creer; pero mientras pensaba en esto, he aquí que se le apareció en sueños un ángel del Señor.

Recordemos que estamos llevando a cabo el tema de» Jesucristo el Mesías prometido».

Diciendo: “José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque el Niño que se ha engendrado en ella, es del Espíritu Santo”. Mateo 1:20. Este bebe que estaba a punto de nacer con tantos misterios tendría el nombre “Admirable”, por lo que Él era:

  • El Dios omnipotente, se hizo hombre en el momento de su engendro, quien a su vez, tuvo el rotulo de “hijo”, porque nació de una mujer;
    Gálatas 4:4. “Pero cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley”.
  • Siendo hombre se caracterizaba como consejero, lo vemos en el templo siendo un joven con los eruditos de la ley; sentado entre los maestros religiosos, escuchándolos y haciéndoles preguntas.
    Todos los que lo oían quedaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas.
  • En su manifestación de humano, su perfil es de Dios fuerte, lo reconocieron los demonios.
    Lucas 4:34. «Déjanos. ¿Qué tienes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres: el “Santo de Dios”.
  • En su naturaleza humana se dio a conocer como el Padre eterno, Jesús se lo declaró a Felipe, cuando le dijo: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y aún no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre?»
  • Para el mundo que vive en guerra su especialidad es de Príncipe de paz, esa paz se la ofreció a sus educandos.
    Juan 14:27. “La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.

Todas estas evidencias reposan en el Nuevo Testamento, que confirman que Jesucristo es el Mesías prometido y Dios sobre todas las cosas.

El escritor a los Hebreos, redactando la epístola que lleva su nombre, hebreos 1:1, explora que Dios habiendo hablado en muchas veces y de muchas formas en otros tiempos a los padres, por los profetas.

Es decir, en todo el Antiguo Testamento que contiene cerca de 4000 años, todo este tiempo lo reduce en un solo texto o versículo.

Pero este ensayista, cuando fue hablar de Jesucristo lo presenta como hijo, también como creador y sustentador de todas las cosas.

Por quien asimismo hizo el universo; le atribuye el resplandor de su gloria, la imagen misma de su sustancia, a su vez, quien sustenta todas las cosas por la palabra de su poder.

Con todas estas evidencias positivas; proclama, que este ser el cual nació y quien además se tituló como “hijo”, es el mismo que antes se había manifestado en “Espíritu”.

Como lo demuestra Génesis 1:2 “y el Espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas”. Y será el mismo que estará dentro de sus discípulos y seguidores en el tiempo de la gracia. Juan 14:17.

Luego, le atribuye sus acciones llevadas a cabo en su estado de carne, como esta: “habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo”, e inmediatamente, pasó a los cielos para gobernar su creación celestial 1. Pedro 3:22.

Quien habiendo subido al cielo se sentó a la diestra de Dios; y a él están sujetos ángeles, autoridades y potestades.

Diestra en griego significa “poder” es decir, al subir al cielo, como hombre glorificado, tomó la jurisdicción que tenía antes de haberse manifestado en carne.

Por ello dice Hebreos 1:4 que Jesucristo, en su manifestación de carne fue hecho tanto superior a los ángeles, cuando heredó más excelente nombre que ellos.

Jesucristo el Mesías prometido

Amigo lector, el punto principal de la cristología, es que la naturaleza divina se fusionaría con la humana, llevando acciones teofánicas interactuadas entre sí.

Como dice: Juan 1:1,14; En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios; Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.

Hebreos 2:14. Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo”.

Una evidencia más patente lo relata la historia sagrada quien nos anuncia que el discípulo más cercano de Jesús, fue Juan, quien tuvo el honor de que sus manos tocaran su cuerpo, y él lo llamó “el verbo de vida”.

En aquella experiencia, conoció que la vida misma se había manifestado, además de esto, apostilla que él vio, conoció.

Que aquella gloria que el padre tenía en el principio, ahora estaba en este cuerpo de carne en el tiempo. San Juan 1:14

Luego atestiguaba en sus escritos, que el hijo de Dios había venido, y les había dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su hijo “Jesucristo”.

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“Éste es el verdadero Dios, y la vida eterna”. 1 Juan 5:20-21 Y concluye, “Hijitos, guardaos de los ídolos”.

Juan sabía perfectamente, que adorar a alguien fuera de Dios era un idolatra, pero él adoraba a Jesús y no era tenido como idolatra, entonces ¿Quién es Jesús? Por eso el concluye: éste es el verdadero Dios, y la vida eterna. 1 Juan 5:20.

A nuestros estudiantes en todo el mundo, especialmente los europeos, gracias por sus comentarios, estamos para servirles y esperamos seguir siendo de bendición para sus vidas.

Copyright y engrosado por el pastor
York Anthony Shalom
Licenciado en Sagrada Teología
Magister en Divinidades Teológicas
jorgesalomserpa@hotmail.com

Por: York Anthony Shalom

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