La familia y la Biblia base fundamental

2500

La familia y la Biblia

Criar una familia es un arte, usted no puede decir, ¡Voy a tener una familia buena!, no, las familias buenas no resultan del azar, las familias buenas hay que construirlas, si no te pones a construirla te saldrá lo que sea, menos una buena familia. Hoy hablaremos sobre: «La familia y la Biblia».

Hay que sacarle tiempo, hay que ponerle inteligencia, hay que buscar a Dios, esto hay que hacerlo completo, sino no sale.

El conocimiento de la palabra de Dios es la base fundamental de la vida de las personas porque en la palabra de Dios están los principios que sustentan la vida según Dios.

Usted si quiere, puede comprarse un libro de Confucio o de cualquier chino y él le dirá allí los principios que él le enseña a la gente para que sean como él quiere que sean.

Si usted quiere que sus hijos sean como Dios quiere que sean, aquí está el libro de Dios, hay que enseñárselo a nuestros hijos porque allí está lo que Dios piensa y cómo es la vida según Dios.

El libro que usted llama Biblia es el libro más leído en el mundo y está traducido a más de mil idiomas y es el libro que más se vende en el mundo, no es por hablar, ni por ser fanáticos es que ese libro es importante.

También te puede interesar: Cómo ser un buen padre de familia

Así que, si usted quiere educar bien a sus hijos, hay un libro que tiene mucho que enseñar y es la palabra de Dios, hay que enseñarles a nuestros hijos la palabra de Dios.

Enseñar es la función principal que tenemos los seres humanos ¿Cómo sabe uno que enseñar es importante?

Todas las partes del cuerpo son un radar, un detector es todo para aprender.

No diga que usted no le puede enseñar a ese niño, nosotros tenemos toda la posibilidad de educar a nuestros hijos porque ellos están construidos para aprender, nadie diga que no puede enseñar, ¡sí puede!

Lo más importante que debemos hacer es enseñar la palabra y lo que mejor hacen los muchachos es aprender.

Eso de que le entra por aquí y le sale por acá, eso es un cuento, el que no quiere entender es porque no quiere.

¿Cómo le enseño lo que yo no sé?

Si usted quiere enseñarle a su hijo, primero tiene usted que saber y si pretende enseñarle la palabra de Dios, pues tiene que saber la palabra de Dios.

Síguenos en Facebook Generación Pentecostal

Esta palabra de Dios nos enseña de todo, la Biblia dice, “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará
”.

Si tú quieres que tu hijo sea próspero, tienes que saber la palabra y enseñársela, todo lo que haga prosperará.

Vea también: La familia es un tesoro valioso

Si no quieres que tu hijo lo arrastre cualquier vientecito que llegó por ahí, que la televisión, el que conoce la palabra de Dios.

Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará”.

Esta palabra de Dios es verdad, el Señor le dijo a Josué, “Guarda y escucha todas estas palabras que yo te mando, para que haciendo lo bueno y lo recto ante los ojos de Jehová tu Dios, te vaya bien a ti y a tus hijos después de ti para siempre”.

Suscríbete a nuestro Canal de Youtube

Por ahí andan enseñando el camino del éxito y eso está regalado en la Biblia, el camino del éxito ya está enseñado.

Vivir para Dios vale la pena como usted quiera mirarlo “El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.

Nosotros tenemos esta palabra para ponerla en nuestra familia, la Biblia dice, “Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”.

Vea también: Fortaleciendo nuestras familias

Vale la pena educar bien a los hijos, los muchachos ni salen buenos, ni malos porque el hijo que se cría bien sale bien.

SUSCRÍBETE

Únete a más de 5.000 personas que ya reciben contenidos exclusivos.
Sólo ingresa tu correo electrónico en el campo de abajo y espera el correo de confirmación.

[wysija_form id=»1″]

La familia y la Biblia.

Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado”.

Cuando un niño está pequeño él cree, lástima que tú lo engañes pero si tú no le dices mentiras él te seguirá creyendo hasta la sepultura.

La enseñanza es luz y si tú no quieres que tu hijo ande en tinieblas, enséñale, no críes a tus hijos en la oscuridad, dales luz.

“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”.

Construye tu casa y tu familia sobre la roca de la verdad y esa verdad permanecerá así vengan las tormentas, deja que vengan los problemas, la cosa es que tu casa esté bien firme en la roca, que es la enseñanza de la palabra de Dios.

La Biblia dice, que esta palabra es cual martillo que quebranta la piedra, cuando tú le vayas a enseñar a ese corazón duro.

Saca un buen martillo, no vayas a salir con cualquier martillo chiquito y la palabra de Dios es el martillo que quebranta la piedra.

Vea también: Tu familia le interesa a Dios

Tú tienes que enseñarle la palabra, la Biblia es la necesidad número uno, cuando no te quede más nada, que te quede la palabra de Dios porque con ella saldrás adelante.

La Biblia dice, que cuando lee la palabra de Dios es como si fuera un espejo y todo quedara al descubierto.

La palabra de Dios escudriña hasta las intenciones, todo lo que uno tiene por dentro queda al descubierto en la presencia de Dios.

Sembremos esa palabra en nuestros corazones, hagamos un pacto con Dios de sembrar en nuestra familia la palabra de Dios. «La familia y la Biblia».

Por: Álvaro Torres.

Artículo anteriorQué de la gran tribulación
Artículo siguientePor dos caminos diferentes y un lugar de encuentro