Hacemos parte de la gran comisión

2017

Hacemos parte de la gran comisión

Si a este plan de salvación que tenemos Dios le hizo una inversión tan grande, debe ser que esta empresa para Dios es prioritaria; desarrollaremos el tema Hacemos parte de la gran comisión

La gente tiene un valor, aunque veamos a uno tirado ahí, que parece una basura, no es una basura, por esa persona Dios ha hecho lo inimaginable, entonces tenemos que aprender eso.

Imaginémonos que Dios ha hecho todo este universo solo con decir la palabra, pero cuando fue a hacer al hombre, se tomó el trabajo de hacerlo con su propia mano.

Eso ya nos dice que Dios está haciendo algo especial, algo que no es de lo común, por más que la gente diga, hay algo en el ser humano que no es de lo común.

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Hacemos parte de la gran comisión.

Después que lo creo, el hombre se le echó a perder y pudo haberlo destruido y hacer otro, porque solo con decir la palabra “muérase ya”, se hubiera muerto, sin decirlo, solo con pensarlo nos hubiéramos muerto.

Entonces ¿por qué no lo hizo? ¿por qué no nos destruyó de una vez? “No, su gran amor” claro, pero ¿por qué ese amor?

El amor tiene una razón, no es sin razón “ay qué gran amor que Dios nos tiene” él sabe por qué, él sabe por qué de tal manera amó Dios al mundo.

Tengamos por seguro que Dios cuando nos ve, aunque nosotros no nos veamos bien, Dios nos mira con amor.

A nosotros nos aprecia, como nosotros no nos apreciaremos nunca, porque ni nosotros sabemos lo que somos.

Todos los milagros que hemos escuchado de la Biblia, el mar rojo, el pan que cayó del cielo, el agua de la roca, la parada del río, resurrección de muertos, multiplicación de los panes, todos estos milagros que Dios hizo tenían un solo propósito.

Pero estas señales fueron escritas con un solo propósito y es que nosotros creamos que Jesucristo es el Hijo de Dios, que creyendo nos podamos salvar.

Así que Dios hizo todo eso para convencernos, ese es el argumento de Dios, para que creyendo nos salvemos.

Después de haber hecho todo eso, se hizo hombre y para Dios hacerse hombre no fue cosa pequeña, además, no sabemos cómo pudo hacerlo, no lo entendemos, pero lo hizo.

Y nadie le pudo quitar de la cabeza y menos del alma, que él iba a salvar al hombre, costara lo que costara y pagó el precio por nuestra salvación.

¿Qué hace el mundo que nosotros no hagamos?

Es increíble que a una persona haya que decirle “hermano no se vaya al mundo” a veces somos bien cerrados de mente, nosotros caminamos, comemos, paseamos, lo que no hacemos es lo que nos mantiene jóvenes, así que nos envidien ellos a nosotros.

Y Dios tenía una visión universal impresionante, atrevido, él no pensó en Galilea, ni en Nazaret, ni en Jerusalén, él pensó en el mundo; lo que Colón no soñó, Cristo lo soñó, y dio su mandato Id por todo el mundo no habíamos nacido, pero estábamos ahí.

Hay empresas que con solo vender un porcentaje de sus productos están satisfechos, Jesucristo no se conformó con eso, él dijo “Vaya por todo el mundo y me le cuenta esto a cada persona, siete mil millones de personas, a cada uno”.

El territorio de Dios es el mundo entero, la Biblia dice “Todas las almas son mías” aquí las almas no son de nadie, el único que pagó por ella se llama Jesús, y él es el dueño.

Recordando que estamos desarrollando el tema: la gran comisión, es importante saber que:

Tenemos un mandamiento de parte de Dios “Id por todo el mundo, y predicad a cada criatura”.

Lo que nos está pasando a nosotros es que estamos predicando de todo, menos lo que Cristo nos mandó a predicar.

¡Ojo con lo que predicamos!

A la gente le preocupan los pantalones, las faldas, los cabellos largos, los escotes, todo eso está mal.

Pero no es lo que predicamos nosotros; y por estar metidos en lo que no nos mandaron a hablar, es que no nos ganamos a nadie.

¿Qué fue lo que nos mandaron a predicar?

El evangelio “Id por todo el mundo, y díganle que la iglesia pentecostal” ni existía, dejémonos de esa arrogancia.

La iglesia como cuerpo es una cosa, como organización es solo una persona jurídica para trabajar juntos, hacer edificios, campañas y todo eso.

Nosotros tenemos es un mensaje y claro, llega un pentecostal a un pueblo y lo primero que dice “vamos a orar para sacar los demonios de aquí”.

Entonces, en vez de predicar el evangelio, ya anunció a los demonios.

“Es que, en los pueblos, en cada esquina hay un demonio” y a nosotros que nos importa que haya demonios.

Dejémoslo ahí, dejemos que sea el demonio que se preocupe porque llegamos y no al revés.

“Llegaron los pentecostales aquí, anda” eso era lo que decían cuando llegaba Jesús, son ellos los que se preocupan, no nosotros.

No les tengamos miedo que nosotros estamos llenos del Espíritu Santo.

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Donde la iglesia llega, llega pisando fuerte y cuando los demonios saben que llegamos, ellos saben que les llegó la hora.

Porque más poderoso es el que está en nosotros, tengamos presente que: Hacemos parte de la gran comisión.

Cristo tiene un mandato, pero no nos pongamos a predicar lo que nadie nos ha dicho que se predique, eso que queremos predicar, dejémoslo al pastor.

Nosotros tenemos un mensaje qué predicar y es que Cristo salva.

Pastor: Álvaro Torres

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