Los cuidados de una familia misionera

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Los cuidados de una familia misionera

Hablar de la familia misionera, es hablar de algo muy preciso, porque son personas que Dios nos ha dado para complementar nuestro ministerio. Hablaremos sobre: «Los cuidados de una familia misionera».

A veces vemos que posiblemente algunos pastores no vean en su esposa un ministerio, pero créame, lo tiene.

De pronto, no son mujeres elocuentes predicando y tampoco algunas tendrán la capacidad de manejar el público.

Pero son excelentes madres, cuidadosas de sus hijos, ejemplares en la iglesia y buscadoras de Dios.

La verdadera mujer cristiana, hace caer en cuenta a su esposo de lo que debe corregir, son personas que aunque no se ven predicando continuamente.

Son grandes observadoras que usan muchas veces ejemplos, frases y maneras de hacernos entrar en razón en el error que estamos o vamos a caer.

Entonces la familia es un ejemplo, sus hijos, su esposa y usted, forman ese enorme valor para las personas que lo rodean en su barrio, trabajo, iglesia, ciudad y donde usted quiera vaya.

Cuando se trata de vocación misionera, debemos seguir el desarrollo de esta inspiración, de cómo Dios nos necesita para ir a regar los campos.

Pero más nos debe interesar de dónde proviene ese manantial y quién es el nos manda.

Acordémonos que no estamos solos, y que éste precioso trabajo que tiene un valor grande, está representado por quien hemos permanecido hasta el momento, el Espíritu de Dios.

Por eso, es importante tener en cuenta cuáles son los valores que nosotros tenemos en nuestra familia, y quién es el que nos ha enviado a desempeñar este precioso trabajo.

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Yo creo, que en ese punto es donde debemos tener en cuenta cómo ha nacido ese llamado que usted tiene para trabajar en la obra preciosa de Dios.

Y que hemos entendido para poder ir a regar junto con nuestra familia esa semilla de fe al lugar donde el Señor nos mande.

Cuando se habla de esto, no solamente es ir y trascender con las banderas en otros países, salir a evangelizar, o a orar por un enfermo.

Cuando usted vaya a hacer un trabajo para el Señor, debe estar convencido de qué va hacer, a quién le trabaja y qué es lo que usted está desempeñando en la labor ministerial.

Esto es importante saberlo, porque no podemos tampoco equivocarnos, es así que, si no conocemos lo que estamos haciendo con nuestro ministerio, familia y deber, seguramente que no podemos decir de forma inocente: «cometí un error».

Preparémonos de tal manera, que sea por compromiso o con propósito, podamos dar lo mejor para el Señor.

Esto quiere decir, que a donde usted vaya se va a desempeñar con su familia como embajador de la gloria de Dios allí donde se encuentran.

Entonces como hijos de Dios, sea que desempeñes el papel de pastor.

Debes recordar que tienes unos hijos de los cuales debes cuidar, consolar, instruir y que debes ejercer un liderazgo en tu familia.

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A veces los hijos de las familias misioneras o pastorales, pasan momentos críticos y muy duros en la vida, así como los demás seres humanos.

Pero a veces tendemos a estigmatizarlos, a tal punto que queremos ver en ellos perfección.

Entonces los padres deben estar atentos al cuidado de los hijos, no es solamente dejarle la crianza a la mamá.

Sino que el papá también se involucre, aun siendo pastor o profesional, la crianza es de ambos progenitores.

Por esa razón, el liderazgo que los padres representan en la iglesia, del mismo modo deben hacerlo en su casa.

Dice la palabra del Señor que primero debe salvarse Jerusalén, lo cual tipifica simbólicamente nuestro hogar.

La responsabilidad no se debe dejar solamente a la esposa, no podemos descuidar nuestra viña, el amor y el respeto van de un mismo sentido.

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Los cuidados de una familia misionera.

Por eso, es que es importante que nosotros sepamos que este trabajo es amplio y generoso.

El esposo como amante ideal después de Dios en la vida de este hombre debe ser a su esposa, al cual se le ordena amarla más que a su propio cuerpo.

Dice textualmente la palabra del Señor:

«Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella’’ Efesios 5:25.

Un esposo que cultiva un amor, tiene garantías para desafiar conflictos, tragedias y aun el propio egoísmo.

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La Biblia también nos muestra que no pueden estar dos juntos si no están de acuerdo.

Por eso, es que es importante que el esposo, recuerde que tiene obligaciones con su familia, hijos y esposa.

Amarlos, protegerlos, cuidarlos, alentarlos en todos los momentos, es el deber de un padre y de una madre, que el hogar se convierta el lugar más seguro y confiable para ellos.

Tener una familia es un regalo de Dios, por eso, debemos mantenernos unidos para que el enemigo no nos haga daño.

El padre y la madre, no se deben descuidar en la oración, no deben perder los buenos hábitos espirituales, porque a través de ellos es que se obtienen victorias.

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Los cuidados de una familia misionera.

Dice la palabra del Señor: «El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia’’ San Juan 10:10.

Vemos que el diablo vino a destruir y dentro de su plan, también está la familia, porque él sabe que es el núcleo de esta sociedad.

Y si el hogar se encuentra inestable, de la misma manera, nuestra sociedad será un caos.

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Por eso, insisto en que debemos buscar la presencia del Señor y pedirle a él, que nos guarde de toda maldad y plan que el enemigo tiene contra nosotros.

Así como el enemigo ha venido a matar y a destruir algo tan valioso, Jesús vino a salvar, restaurar, ayudar y hacer milagros en las familias.

Es por eso, que si estás atravesando una situación familiar difícil.

Quiero decirte, que el Señor tiene la respuesta a tu problema, recuerda que solamente está a la distancia de una oración.

Por: Mario Valencia

https://www.youtube.com/watch?v=tL9OOCxVPFk&feature=emb_title

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