No dejes perder la autoridad de Dios

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No dejes perder la autoridad de Dios

Hablaremos de la autoridad, pero no la autoridad que comúnmente conocemos, sino sobre el gran problema que hay cuando alguien pierde la autoridad; hoy te invitamos a que no dejes perder la autoridad.

“Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos” San Lucas 9:1-2.

Debió ser muy importante lo que Jesús hizo, reunió a los doce que andaban con él y cualquier día los observa y les dice todos ustedes son buenas personas.

Algunos son más apresurados que los otros, pero todos son buenos; algunos tienen más estudios que otros, pero todos son buenos; pero a pesar de ser buenos hay algo que les falta.

A cada uno de ellos les dio algo particular, algo que para poderlo recibir necesitaban fe, es decir, no era algo material, Jesús le dio autoridad.

Vea también: Dios a quien llama le da autoridad

Todos los seres humanos le obedecemos a las demás personas, dependiendo la autoridad que tengan, hay una serie de niveles de autoridad:

  • Hay una autoridad que se consigue estudiando.
  • Hay otra autoridad que se consigue bajo el estudio militar.
  • También está la autoridad de los cargos o por delegación.

Pero hoy hablaremos de la autoridad que Dios le ha entregado a la iglesia.

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Entendemos que el ser humano está acostumbrado a tener una autoridad y esta es la de mandar, gobernar, humillar.

Pero si alguien tiene autoridad y la mayor de todas y la sabe emplear es Jesús, toda potestad es de él.

No importa si en algún momento llegamos a perder bienes, cosas materiales, incluso personas.

Pero lo que nunca debemos perder es esa autoridad espiritual que el Señor Jesús nos entregó.

Perder la autoridad espiritual es cuando ya no se puede hablar, porque no se puede tener la dignidad para hacerlo.

Esa autoridad es de la que hoy hablamos, podemos perder cualquier cosa, pero el mensaje de hoy es para que no dejes perder la autoridad de Dios en ti.

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Cuando esta se pierde, se ha perdido todo, pero hay uno que todavía tiene autoridad. Pidámosle a Dios que nos ayude a nunca perder la autoridad.

Para que esta iglesia nunca pierda la autoridad, debe seguir recibiendo el poder del Espíritu Santo.

Ese regalo que Dios nos ha dado, que es el Espíritu Santo, no lo podemos desperdiciar; no dejes perder la autoridad que Dios ha depositado en ti.

Esta iglesia debe seguir anhelando la llenura del Espíritu Santo, que rebosemos de su gloria.

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Así como cuando a un automóvil muy lujoso se le acaba la gasolina, sin importar que haga diferente a llenar el tanque, no se moverá.

Así es la iglesia, el combustible que se necesita para que esta iglesia avance, no pare y por el contrario crezca y se mantenga en victoria, es el poder del Espíritu Santo en ella.

Se necesita esa fuerza para poder correr, la iglesia necesita es autoridad, así que no dejes perder la autoridad.

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El Espíritu Santo no se ha acabado, sigue vigente, Jesús dijo, que no era con fuerza, sino con su Santo Espíritu.

Todos necesitamos tener una autoridad espiritual, para orar por los enfermos y que estos sean sanos.

Necesitamos esa autoridad para reprender a los demonios, por eso, no dejes perder la autoridad de Dios en tu vida.

Es la misma autoridad que Dios entregó a aquellos doce, la que él nos ha dado a nosotros, somos esa misma iglesia. Estamos revestidos de él y su poder.

Pastor: Reinel Galvis

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