No nos cansemos de buscar a Dios

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No nos cansemos de buscar a Dios

En la Biblia encontramos una búsqueda de 1500 años de búsqueda de la gloria de Dios, y cuando menciono este tiempo, es una cifra aproximada, porque estoy haciendo referencia del momento en que se escribió un documento. Hablaremos sobre: «No nos cansemos de buscar a Dios».

Esta solicitud y ruego se dirigió al Señor, una de las lecciones que aprendió el hombre que escribió este texto, es que no se puede buscar el rostro de Dios y conservar el nuestro.

La expresión que el Señor utiliza es: «No puedes ver mi rostro’’, para Moisés era una respuesta desalentadora, y para nosotros, si no nos percatamos de algunas cosas, también podría serlo.

Precisamente, cuando nos damos cuenta que obtener los tesoros más profundos que están en la palabra de Dios, exige la muerte del ego del yo.

Entonces suspendemos la búsqueda, y la pregunta que yo me hago es ¿Por qué su presencia no nos llega en forma barata o fácil?

Quizá puede sonar como una pregunta impertinente y del mismo modo no tendríamos una respuesta, pero lo que me llama la atención es que este hombre, Moisés, persistió.

Y algo que debemos tener en cuenta es que no es una impertinencia buscar a Dios, por el contrario, para él es su mayor anhelo.

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El deseo de ver la gloria de Dios y contemplar su rostro cara a cara, es el mayor deseo de un cristiano.

Y si fuese una pregunta, estaría convencido de que usted respondería acertadamente.

Pero permítame preguntarle ¿Cuánto desea usted ver la gloria de Dios?, esa es una de las claves importante del avivamiento, la reforma que algunos la llaman protestante.

Comenzó justo por el deseo de unos hombres que quisieron buscar a Dios.

Pero no de cualquier manera, sino que querían contemplarlo a él de una manera diferente.

Ese que se constituye como el pilar y clave de la reforma, es el mismo, para el cumplimiento de los propósitos de Dios aquí en la tierra.

Ahora bien, necesitamos conocer de cerca los 1500 años de la búsqueda de Dios.

Que bueno saber que Moisés podía conversar con el Señor, así como tu y yo lo podemos hacer.

Pero esta conversación fue dada en circunstancias especiales, los israelitas ya le habían dado la espalda a Dios cuando Moisés buscó a Dios en el monte.

Pero este hombre a pesar de tener contacto con el Señor, quiso más.

Es que con Dios tenemos esa libertad, porque nuestro Dios es tan grande y suficiente, que si usted se atreve a desear mas de él, seguro va a tenerlo.

Moisés experimentó los milagros, provisión, y yo diría que nosotros no somos la excepción porque hemos visto milagros y provisión, hemos visto también el cumplimiento de sus promesas.

Una de las promesas que hizo el Señor con Moisés, era que él iba a caminar con el pueblo en el desierto, y así lo cumplió el Dios todopoderoso, pero Moisés siempre quiso más del Señor.

Alguien me dijo una vez, «ustedes los pentecostales, adoran al Señor como si lo tuvieran ahí al frente’’ ; y yo le respondí, «no solamente en frente, lo tenemos en nuestro corazón’’.

Es bueno tener a Dios con uno, pero es mejor tenerlo en uno.

Otra de las promesas que escuchó Moisés de parte del Señor es, «te daré descanso’’.

En otras palabras, te brindaré la capacidad y fuerza para ministrar y dirigir.

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Yo diría que esa capacidad y fuerza el Señor también nos la a dado a nosotros, porque no ministramos con nuestra fuerza.

Tampoco porque seamos competentes, es que sabemos muy bien, así como Pablo lo relata en una de sus cartas.

Dice de la siguiente manera: «No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios’’.

«El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, más el espíritu vivifica’’ 2 Corintios 3:5-6.

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No nos cansemos de buscar a Dios.

Yo sé que en la iglesia del Señor hay dones, ministerios, hombres y mujeres de Dios, pero a pesar de todo ello, que incluso, él mismo fue quien lo quiso así.

Pero debemos tener claro que hay un único que merece todo el reconocimiento, porque de él es que proviene toda dádiva.

Tal como lo dice la palabra del Señor: «Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación’’ Santiago 1:17.

Esto quiere decir, que debemos hacer la obra con esfuerzo, Moisés dijo: «he visto tus manos, prodigios, milagros, la zarza ardiendo, he percibido tu presencia, pero Señor permíteme desear algo más, te quiero a ti’’.

Y nosotros en nuestra vida cristiana, mal haríamos de enamorarnos de los dones y ministerios.

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Solamente porque tenemos que hacerlo es del dador de los dones, de aquel que nos ha capacitado para servirle.

Hay personas más enamoradas de su ministerio, que perder la salvación, pero recuerda, este día que para ser ministro se necesita ser salvo.

Y que el ministerio se deriva de la relación con la relación del que nos dio la vida y salvación.

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No nos cansemos de buscar a Dios.

Qué bueno que hagamos así como en las grandes ciudades que hay días sin carro, para mostrar como es de bueno el ambiente sin polución.

Incluso en otros lugares suspenden todas las actividades, en aras de presentar algo transcendental e importante.

También vemos que cuando se hacen las marchas de paz, se suspende el trabajo para hablar de algo sustancial e importante como es esto.

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Que bueno que nosotros un día también podamos suspender todas nuestras actividades para postrarnos en los pies de Jesucristo.

Que bueno que lo podamos hacer para sentarnos en su regazo, intimar con él, olvidarnos un poco de los dones, y buscar al dador de los dones.

Moisés deseaba algo que usted y yo deseamos también, este hombre anhelaba profundamente la presencia permanente de Dios.

Busquemos su presencia, no nos casemos hermanos, pues tendremos grandes recompensas por parte de él.

Pastor: Fernando López

https://www.youtube.com/watch?v=dUPUQSfw-TQ&feature=emb_title

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