La voluntad de Dios es buena agradable y perfecta

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La voluntad de Dios es buena agradable y perfecta

Cuenta la historia del proceso del pueblo de Israel, el propósito de Dios de llevarlos a la tierra prometida. Hablaremos sobre: «La voluntad de Dios es buena agradable y perfecta».

Cuando el Señor los saca de Egipto y ven la gloria de Dios allí atravesando el mar Rojo, viendo la maravilla del poder de Dios.

El Señor escoge doce espías, príncipes de cada tribu para que vayan a espiar la tierra prometida.

La visión de diez de los doce era, es tierra que traga sus moradores, es tierra de difícil acceso, están los gigantes de Anac, hay ciudades cuyas murallas suben hasta el cielo y esa fue la manera que reportaron al pueblo de la tierra que Dios había prometido.

Se les olvidó que habían traído un racimo de uvas, Dios había dicho que era tierra que fluye leche y miel, tierra de prosperidad y bendición.

Pero el reporte de diez fue, no es tierra agradable, no somos capaces de poseer, pero a veces la mayoría no tiene la razón.

Hubo dos que levantaron su voz y dijeron: si Jehová se agrada de nosotros, es verdad que hay gigantes, es verdad que hay ciudades amuralladas, que es tierra de difícil acceso, pero si el Señor se agrada de nosotros los comeremos como a pan.

El Señor está delante de nosotros abriendo puertas es la oportunidad para atravesarlas creyendo que Dios va adelante.

Faltaban doce días para que llegar a Cades Barnea, entonces llegan al río Jordán y es la frontera para llegar a la tierra prometida.

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Dice la palabra de Dios, que se levantó una familia de príncipes, de servidores del tabernáculo, de hombres y mujeres que adoraban y cantaban a Dios.

Encargados de adoración, de alabanza, de exaltación, integrantes del servicio al altar.

Dijeron: basta ya, que sean Moisés y Aarón los que transmitan la palabra, Dios también puede usarnos.

Se fueron en contra de voluntad delegada de Dios.

Y se rebelaron contra Moisés y Aarón, dice la palabra de Dios, que esto indignó al Señor.

Entonces el Señor convoca a todo el pueblo para que un ejemplo de castigo fuera totalmente la manera de que ellos iban a ser enseñados, de cómo respetar las decisiones, la voluntad y autoridad de Dios.

Dice la escritura, que la tierra abrió su boca y tragó a la familia de Coré, así murió aquel grupo que se reveló contra Dios.

Fuego consumió a más de 250 hombres para que esto sirviera de escarmiento a todo el pueblo.

La ley es severa, era radical; eso sirvió de ejemplo para que nadie más se revelara contra la autoridad de Dios.

Pero lo más severo no que castigaran a la familia de Coré, sino que fueron excluidos del servicio a Dios.

Antes podían entrar al atrio pero ya no podían, decía que los hijos de Coré solo podían llegar hasta la puerta porque quedó marcado el pecado de aquellos de desobedecían el mandato de Dios.

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Parecía que ya no quedaba ningún integrante de la familia de Coré, pero se hizo un censo en el pueblo, pero quedó un remanente de los hijos de Coré.

Se decía que esa familia se había extinguido por haberse revelado pero la Biblia dice, más los hijos de Coré no murieron.

Todo en Dios tiene un propósito, todavía hay algo que hacer.

¿Por qué no murieron los hijos de Coré si habían sido excluidos de la presencia? No murieron porque había un propósito glorioso de parte de Dios.

Pasaron algunas generaciones de los hijos de Coré y el uno al otro se preguntaba ¿de dónde venimos? ¿Quiénes fueron nuestros padres? ¿Por qué vivimos con esta afrenta?

Entonces los padres contaban, nuestros padres fallaron, fueron castigados por el pecado pero lo más grave es que fuimos excluidos de la presencia de Dios.

Pero se levantó una nueva generación que dijo, Dios es misericordioso, puede hacer algo y restaurarnos.

Acuérdate de la misericordia, le decían a Dios y mientras clamaban en la puerta pidiendo misericordia, veían como al rayar el alba se levantaba el siervo como buscaba fuentes de agua.

Y decían ellos, así como el siervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti oh Dios el alma mía, mi alma tiene sed del Dios vivo.

Es fácil alabar a Dios cuando todo va bien, cuando la nevera está llena pero otra cosa es alabar a Dios cuando la enfermedad toca la puerta, cuando la escases llega, ahí se conoce quién conoció a Cristo.

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David lo entendió, él se inspiró en los hijos de Coré para decir, bendice alma mía a Jehová y bendiga todo mi ser tu santo nombre.

Hay creyentes que si no hay plata no están bien, pero con Cristo nos basta y nos sobra, la idea es tener a cristo y el que tiene a cristo, espera en él.

Hoy con tanto evangelio de prosperidad y nada de arrepentimiento, aprenda a vivir en abundancia pero también en la escases.

Dios es un Dios que prospera, que bendice pero siempre eso está como añadidura, hay que buscar primeramente el reino de Dios y su justicia y lo demás viene por añadidura.

Dios te va a recompensar, él ve en lo secreto, recompensa en público, esa lucha que has tenido contra las pruebas, las luchas, las tentaciones.

Eso no es en vano, hay un Dios de galardones, de recompensa, que conoce tu sufrimiento.

La vida es de decisiones y ellas marcan lo que va a ser nuestro destino y usted escogió a Cristo.

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La voluntad de Dios es buena agradable y perfecta.

La Biblia dice, no quitará el bien a los que andan en integridad, cosas mejores y gloriosas vienen para nosotros.

El Señor le estaba preparando a los hijos de Coré algo, por eso no murieron, llegó un día en que le dijeron al rey de Israel Josafat, rey se han unido Moab y Amón para destruirnos.

El rey convocó a ayuno a todo el pueblo y estaba clamando a Dios ayuda porque aquellos eran pueblos poderosos y estaban indefensos.

Y mientras clamaban, dice la Biblia, Y todo Judá estaba en pie delante de Jehová, con sus niños y sus mujeres y sus hijos”.

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Dice, la Biblia que descendió el espíritu de Jehová Y estaba allí Jahaziel hijo de Zacarías, hijo de Benaía, hijo de Jeiel, hijo de Matanías, levita de los hijos de Asaf, sobre el cual vino el Espíritu de Jehová en medio de la reunión”.

Y dijo: Oíd, Judá todo, y vosotros moradores de Jerusalén, y tú, rey Josafat. Jehová os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios”.

El Señor siguió hablando y sabe ¿Qué dijo el Señor? Llamen a los hijos de Coré, algunos dijeron, pero es que no son hombres de guerra, no son valientes.

Algunos muchachos son menospreciados en las congregaciones, a veces hasta el pastor no cree en nosotros.

A veces hemos cometido errores y gente que no nos ha perdonado, siempre señalando pero yo tengo un Dios que perdona, olvida, salva, renueva, restaura.

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La voluntad de Dios es buena agradable y perfecta.

“Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel con fuerte y alta voz”.           

Llegaron los hijos Coré diciendo, “glorificad a Jehová porque para siempre es su misericordia”.

Y mientras glorificaban a Dios, el Señor dice a través del siervo, vístanlos de ornamentos sagrados, de autoridad.

Dios quiere revestirte de autoridad, quiere ponerte una vestidura de rey para Dios.

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Llegó el día de la batalla e iban adelante los hijos de Coré y empezaron a glorificar a Dios vestidos de ornamentos sagrados.

Y la palabra de Dios dice, Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros”.

¿Sabe por qué no murieron los hijos de Coré? Porque Dios tenía un propósito con ellos.

Nosotros estamos aquí porque Dios tiene un propósito con nosotros, hay una batalla que librar.

Hay que pelear la buena batalla de la fe, echar mano de la vida eterna, esta batalla se libra quebrantados, humillados, buscando el rostro de Dios.

La voluntad de Dios es buena agradable y perfecta.

Por: Andrés Giraldo

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